Colombia todavía no ha superado las divisiones que dejó el resultado del plebiscito en el que ganó el No y mucho menos las diferencias políticas generadas por el Acuerdo de Paz, que finalmente se firmó con las extintas Farc-EP durante el gobierno de Juan Manuel Santos.

Ahora, un nuevo capítulo se escribe por quienes recibieron beneficios del Estado así como la bondad de muchos colombianos que los aborrecieron durante la guerra: quieren acreditarse como víctimas del conflicto.

Precisamente, Rodrigo Londoño, quien fue conocido en la guerra como Timochenko, publicó una serie de trinos que han generado indignación porque dan muestra de lo que los excomandantes guerrilleros quieren buscar ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

A pesar de que Timochenko conoció y ordenó graves delitos, como secuestro, asesinatos y reclutamiento de menores, conductas que ahora están reconociendo ante la JEP en calidad de victimarios, pedirá que él y otros ex-Farc sean reconocidos también como víctimas del conflicto.

Aunque parezca increíble, el excomandante de las Farc argumentará que la extinta organización guerrillera fue víctima del Estado y que prácticamente los obligaron a delinquir desde las montañas de Colombia. Además, el presidente de Comunes asegura que el extinto excriminal Alfonso Cano debe ser reconocido como un falso positivo.

“Contra las Farc-EP se realizaron ejecuciones extrajudiciales. No son pocos los casos en que el Estado asesinó a guerrilleros capturados y puestos fuera de combate. Así fue el falso positivo de Alfonso Cano, un hombre de 63 años y casi ciego, asesinado en estado de indefensión”, dijo Londoño.

Como si esto fuera poco, Timochenko en una serie de trinos acusó al Estado de cometer violaciones a los derechos humanos y perseguir a las familias de los exguerrilleros, por lo que reveló que entregó a la JEP un informe con más de mil páginas donde documentan “toda clase crímenes del Estado contra el conjunto de la organización”.

En el marco de la denominada Operación Odiseo, el Gobierno de Juan Manuel Santos confirmó, el 4 de noviembre de 2011, que Alfonso Cano había muerto.

Londoño afirma que la fuerza pública usó “patrones criminales” para combatirlos y lanzó una serie de acusaciones sin prueba alguna. “La fuerza pública persiguió, despojó, torturó, extorsionó, asesinó, detuvo arbitrariamente a familiares de guerrilleros y comunidades señaladas de ayudar a las extintas Farc-EP con la finalidad de obtener información, castigar o enviar un mensaje contra la insurgencia”, sostuvo.

Además, indicó que durante la negociación en La Habana (Cuba) se acordó “un sistema de justicia para jamás repetir la historia, sin intercambiar impunidades ni evadir responsabilidades. Es momento de que los máximos responsables por los crímenes del Estado en la ejecución de la política contrainsurgente digan la verdad en la JEP”.

Rodrigo Londoño

Sin embargo, Timochenko no hace alusión alguna a su prontuario criminal y a los vejámenes que cometió la organización que dirigió por varios años y que fueron frenados por cuenta del Acuerdo de Paz.

Tampoco habla de las víctimas del conflicto que aún esperan verdad, reparación y, sobre todo, arrepentimiento de quienes le hicieron tanto daño a Colombia.

La postura de Timochenko se da luego de conocerse la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) de condenar al Estado colombiano por el exterminio del Partido Unión Patriótica (UP), colectividad que nació tras la firma de un proceso de paz.

Por ahora, no se conocen las pretensiones de esta postura de Timochenko, pero integrantes del Partido Comunes aseguran que serían económicas y que él habló de una reparación del Estado.

JEP Justicia especial Para la Paz: Reconocimiento del Exsecretariado de las FARC EP caso 01 Pablo Catatumbo, Rodrigo Londoño, Pastor Alape, Jaime Alberto Parra y Rodrigo Granda. | Foto: ALEXANDRA RUIZ

De hecho, la postura de Londoño no es compartida por toda la militancia, pues algunos consideran que hacer esa petición ante la JEP sería anticipar una muerte política ya que en 2026 se acabarán las diez curules que tienen en el Congreso de la República y muchos se preguntan si los colombianos los respaldarán electoralmente.