Álvaro Córdoba Ruiz, hermano de la senadora Piedad Córdoba, podría pasar los próximos años con uniforme naranja en los Estados Unidos, si el presidente Gustavo Petro firma el trámite para su envío a ese país, luego de que la Corte Suprema de Justicia en Colombia avalara su extradición.
Teniendo en cuenta lo anterior, la excandidata a la Presidencia Ingrid Betancourt se pronunció a través de su cuenta en Twitter. Dijo que sin duda será una ‘prueba de fuego’ para el presidente Gustavo Petro, quien deberá firmar la solicitud de extradición.
“La decisión que tomará @petrogustavo después del aval de la Corte Suprema de Justicia para la extradición de Álvaro Córdoba, hermano de Piedad Córdoba por narcotráfico, dejará al desnudo si este gobierno es para el pueblo o para los bandidos”, indicó puntualmente Betancourt a través de la citada red social.
En el documento de más de 43 páginas, con el que los magistrados de la Sala Penal sustentan las razones para dar “luz verde” a la extradición del hermano de la congresista, aparece un hecho que resulta escandaloso.
La Corte Suprema de Justicia cuenta que Córdoba habría sido informado sobre el hecho de que exmiembros de las disidencias Farc brindaran protección de los envíos de drogas al exterior mediante el empleo de armas de fuego de corto y largo alcance, con las que contaba el grupo al margen de la ley.
“Se refiere en dicha documentación que ese armamento militar se encontraba en un campamento de la precitada organización ubicado en Popayán (Cauca)”, se lee en la decisión. Como este hecho ocurrió en Colombia, la Corte revocó ese cargo para extradición, es decir, el de porte de armamento o ametralladoras, pero deja claro que se tendrá que investigar en Colombia.
El documento de la Corte señala que Mathew S. Passmore, agente Especial de la Administración para el Control de Drogas (DEA), declaró que hubo una reunión el 17 de diciembre de 2021, o alrededor de esa fecha, como respuesta a una pregunta sobre seguridad.
Su testimonio señala que Córdoba Ruiz “declaró que, en el campamento de las Farc, donde se encontraba un comandante, había al menos 300 hombres armados hasta los dientes, incluso con armas para derribar objetos (una referencia aparente a misiles tierra-aire)”.
Y agrega la Corte: “Córdoba Ruiz explicó que el campamento de las Farc estaba en Popayán, Colombia, y se ofreció para hacer arreglos para que dos personas (que no menciona el documento) viajaran allí para reunirse con el comandante para hablar de la cantidad, los precios y la logística. Y que las Farc tenían rutas y camiones que podían ser utilizados para transportar la cocaína, así como recursos en México”.
SEMANA también ha venido revelando el expediente de Córdoba Ruiz, según el cual sería el encargado de conseguir la droga con el jefe de las disidencias de las Farc en el sur de Colombia, Miguel Botache Santillana, alias Gentil Duarte, con quien había establecido los contactos desde hace más de un año. Él habría asistido a reuniones para pactar negocios en Bogotá y Medellín.
Y es bien sabido que, tan pronto se acordaba la compra de la cocaína por medio de Córdoba, las disidencias de las Farc se comprometían a llevar la mercancía hasta el Pacífico en tres puntos claves: Tumaco (Nariño), Cauca y Buenaventura (Valle).