La designación de la exministra de Minas y Energía, Irene Vélez, como cónsul de Colombia en Londres no se oficializa.
Aunque su aterrizaje en el gobierno de Gustavo Petro es una realidad desde hace varias semanas, la página de la Presidencia no publica su hoja de vida, uno de los trámites que le permite posesionarse en el cargo.
Este jueves, la exministra justificó indirectamente en sus redes sociales su llegada a la vida diplomática, pese a que es filósofa, magister en estudios culturales y doctora en geografía política.
Tras compartir una columna de opinión de Elisabeth Ungar, publicada en el diario El Espectador sobre las Humanidades y las ciencias sociales en cuidados intensivos, Vélez dijo que desde los 90, el sesgo tecnocrático contra las ciencias sociales ha llevado a excluirlas en manuales de funciones de las principales agencias del Estado.
“Un efecto colateral es la marginación de las mujeres de cargos directivos altamente masculinizados”, argumentó.
Reconoció que el pensamiento crítico y el saber histórico son capacidades despreciadas para el servicio público y ejercicio de gobierno. “Pero aún es que este sesgo engrosa el techo de cristal contra las mujeres, pues las profesiones privilegiadas para cargos directivos son todas hipermasculinizadas”, manifestó.
Y añadió: “Ingenierías, derecho y economía son las profesiones para cargos directivos. Pero este sesgo frente a las ciencias sociales está superándose con la novedosa formación interdisciplinar en universidades de USA y Escandinavia. Ojalá desde ahí se inspire un pluralismo del conocimiento”.
Vélez llegará a la carrera diplomática a respaldar algunas de las labores que viene empujando el embajador de Colombia en Reino Unido, Roy Barreras.
La exministra es cercana al presidente, pero tiene simpatías políticas con la vicepresidenta Francia Márquez. De hecho, la vice es amiga personal de Hildebrando Vélez, el padre de la exministra. Él, actualmente, labora en el Ministerio de la Igualdad como asesor del despacho.
Vélez fue una ministra controvertida. Es activista de izquierda con conocimientos en filosofía, una carrera alejada al conocimiento y de los intereses mineros y energéticos del país.
Por eso, sus diversas posturas generaron ampolla y cuestionamientos en el sector a nivel internacional.
Ella, por ejemplo, protagonizó once meses de una gestión turbulenta, llena de salidas en falso, declaraciones problemáticas y acciones que sumieron al sector en la inoperancia.
Más allá del área de profesión de Irene Vélez, su principal lunar es una investigación disciplinaria en su contra porque, al parecer, se aprovechó de su papel como ministra de Minas y Energía para sacar al hijo menor de edad de Colombia sin cumplir los requisitos de ley de cualquier colombiano.
Una serie de correos electrónicos enviados por funcionarios de Migración Colombia son la piedra angular de este pliego de cargos. En los mismos, se hace mención de la situación que se presentó en el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, de la ciudad de Cali, con los hijos de la ministra, el 18 de enero de 2023.
“Ella llamó aquí directamente. Se le autorizó. Ella dijo que mandaba un correo más tarde, para que tenga conocimiento”, señala uno de los correos electrónicos. Esto confirma lo revelado en exclusiva por Juan Felipe García, presidente del sindicato de Migración Colombia (Osemco), quien le contó a SEMANA que, por no contar con todos los documentos, se le iba a negar la salida del país al hijo menor de la entonces ministra.
La Fiscalía también abrió investigación contra Vélez por los mismos hechos.