SEMANA (S.): ¿Cuál sería el impacto de no firmar más contratos para explorar petróleo y gas, como lo ha anunciado el Gobierno nacional?
José David Name (J. D. N.): Ya el debate se dio y quedó claro que Colombia no tiene el suficiente gas y petróleo hasta 2042. Si no se sigue explorando, no se va a poder tener esa autonomía por más de ocho años y esto ocasionará que no vamos a poder cargar nuestras refinerías –Barrancabermeja y Cartagena– para producir gasolina para el consumo interno del país. Si no producimos gasolina, hay que importarla y, por tanto, la gasolina va a salir mucho más cara. Por otro lado, el gas está más o menos a 1,07 dólares, mientras que en el mercado está a 30 o 40 dólares. Si nosotros no tenemos autonomía y reservas de gas, también tenemos que importarlo y también se disparará. El gas en Colombia se utiliza más que todo de manera domiciliaria y vamos a tener problemas con la industria, porque vamos a depender de otros países para poder darle gas a la industria.
S.: ¿Habría un golpe en las finanzas del país por los recursos que dejaría de recibir Colombia?
J. D. N.: El marco fiscal de nuestro país está hecho basado en las regalías y la plata que recibe Colombia por la exportación de petróleo. Tendríamos a futuro un gran problema de hacienda pública, no solamente por los recursos que Ecopetrol entrega todos los años –este año fueron algo más de 20 billones de pesos– al Gobierno nacional, sino que muchas de las obras que hacen los municipios y departamentos del país se hacen a través de las regalías que recibe el país por la explotación de petróleo y gas.
S.: ¿Qué panorama tendrían las empresas extranjeras de exploración y exportación de hidrocarburos si se insiste en esta renuncia a nuevos contratos?
J. D. N.: Si no hay seguridad jurídica, las empresas no van a invertir. Están temas como el de Arauca: allí la empresa Parex ya está sacando alrededor de 6.000 o 7.000 barriles diarios. Ese departamento depende directamente del funcionamiento de este contrato y hoy está parado, porque el ELN tiene amenazados a empleados y empresa y esta ha parado totalmente su trabajo en Arauca. Esas son pérdidas millonarias diarias que están pasando hoy en un solo caso. Entonces no es solamente la incertidumbre jurídica y los mensajes que está mandando el Gobierno, sino también la seguridad en muchas regiones del país, en las que las disidencias de las Farc y el ELN están otra vez impidiendo el desarrollo de los contratos ya firmados.
S.: Para usted, ¿la ministra de Minas debe quedarse o debe irse?
J. D. N.: A mí me parece que Irene Vélez es una persona bien intencionada, pero debe entender que ya no es una activista, ella es la ministra de Minas y Energía y en ciertas ocasiones se le sale el activismo, lo que ella piensa, pero realmente ella tiene que pensar como la jefe de la cartera de Minas y Energía. Fue una activista medioambientalista, está por las energías renovables, quiere hacer una transición energética, pero ella tiene que entender que ya no es la activista del Cauca, sino la ministra de Minas y Energía y tiene que pensar en lo que más les conviene a los colombianos.
S.: ¿El proyecto de ley para eliminar el ‘fracking’, en el que usted ha presentado algunas objeciones en el Senado, se afectaría de alguna manera con estos anuncios recientes del Gobierno nacional?
J. D. N.: Ese tema del fracking sería echarle más combustible a la hoguera. Creo que ese proyecto no se necesita, es ideológico, presentado por el Pacto. El Gobierno tiene la facultad de hacer o no fracking. Actualmente Ecopetrol hace fracking, la fracturación se hace hace más de 50 años, entonces eso sí podría enviar un mal mensaje a los mercados, a la inversión, podría afectar zonas como La Guajira y el Cesar, donde se está produciendo gas a través del carbón. Hay que tener mucho cuidado. En eso hemos sido muy claros en que no vamos a afectar la industria petrolera a través de decisiones o proyectos ideológicos.
S.: Luego del anuncio de la salida de Felipe Bayón de la presidencia de Ecopetrol hay quienes dicen que sería un excelente ministro de Minas, ¿usted cómo lo ve?
J. D. N.: Sería el mejor, eso es claro, pero no para este Gobierno. Esta administración tiene un pensamiento diferente al que el doctor Felipe puede tener o puede impulsar. Ya lo vimos en Davos, donde hizo una presentación completamente diferente a los anuncios que hizo el señor presidente. No creo que él pueda engranar en la política de este Gobierno.
S.: ¿Qué tan positivo o negativo es que el presidente Petro retome la administración de los servicios públicos, como lo anunció hace un par de días?
J. D. N.: A mí me parece una decisión acertada, lo que pasa es que con los últimos mensajes que ha enviado este Gobierno, el tema del informe sobre las reservas, los mensajes sobre la no firma de nuevos contratos de exploración, se crean dudas e inseguridad para que el Gobierno o, directamente el presidente, puedan tomar buenas decisiones, pero esa debería ser la línea que el presidente tiene que tomar. Creo que hay que hacerle una modificaciones a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), que no ha actuado rápidamente y a favor del usuario. En Colombia se paga un cargo por confiabilidad por parte de los generadores hidráulicos que no se les debería estar pagando.
S.: ¿Por qué?
J. D. N.: Porque no podemos estar pagando cargos por confiabilidad a hidráulicos que tiene represas de 30, 40 o 50 años. Tampoco lo podemos hacer por el agua de los colombianos. Yo estoy de acuerdo que el cargo por confiabilidad se siga pagando a los generadores términos, porque ellos tienen que comprar el combustible, pero los generadores hidráulicos, ¿por qué se les va a pagar cargo por confiabilidad si el agua no es reemplazable? Esto ha encarecido las tarifas de energía, que cada día son más caras. Estoy de acuerdo con que el presidente momentáneamente vuelva a asumir las competencias que tenía la Creg. Genera dudas e incertidumbre, precisamente, porque no se ve que este Gobierno tenga buenos asesores para tomar buenas decisiones. Ahí está el reto del presidente Gustavo Petro de no ir a tomar decisiones desacertadas.