La senadora del Pacto Histórico Isabel Zuleta ha estado en el ojo del huracán por sus declaraciones de los últimos días. Para justificar su sueldo durante el debate de reducción salarial de los congresistas, se comparó con los futbolistas. “El pueblo reconoce y por eso nadie discute cuánto es el salario de un futbolista. ¿Saben por qué? La gente del pueblo reconoce a quien se esfuerza”, dijo.
Además, reconoció que parte de su salario lo ha usado para financiar personalmente campañas políticas de 2023, algo prohibido por la Constitución, y que tiene grandes deudas de su campaña al Congreso, aunque hizo parte de la lista cerrada del Pacto Histórico. Como si esto fuera poco, también reveló que su mercado le vale 2.500.000 pesos y de arriendo paga 4.600.000 pesos. Con esa vida que quisiera cualquier colombiano, está clara la razón por la cual no quiere bajarse el salario. No obstante, resultó votando el proyecto porque los reflectores estuvieron encima de la plenaria.
Pero como Zuleta dijo, dentro del debate, que ella pasaba noches “enteras leyendo y construyendo leyes de la República”. SEMANA revisó su gestión como senadora y las cifras indican que no es cierta su afirmación. Lo primero es que su informe de la legislatura 2022-2023 tiene 25 páginas, un número muy bajo si se compara con el de otros colegas de la corporación.
Aunque cumplió el requisito de presentarlo y publicarlo, la información no da cuenta de que sea una congresista estudiosa que se desvela por su trabajo.
Sin contar con los errores de ortografía que tiene dicho informe, la labor legislativa de Zuleta ha sido discreta. En los 12 meses de la primera legislatura solo hizo tres debates de control político en la Comisión Quinta del Senado, que no tuvieron trascendencia. El primero, el 16 de noviembre de 2022, para tratar la situación de Hidroituango; el segundo, el 11 de abril de 2023, para citar a la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, y el 12 de abril, a la entonces ministra Irene Vélez.
En comparación con los otros 13 integrantes de dicha célula legislativa, Zuleta se ubica entre los congresistas que menos control político hicieron. Durante el mismo periodo, nunca citó a un debate en la plenaria, un indicador de que su gestión no ha sido tan eficaz como quiso presentarla a los colombianos.
Al revisar proyectos de ley, ítem que es medible no por el número de iniciativas radicadas sino aprobadas, Zuleta radicó en el periodo 2022-2023 un total de 17 proyectos de los cuales tres fueron aprobados, pero no son de su autoría. En el informe asegura que es autora de la ley 181 de 2022 que prorrogó la Ley de Orden Público, pero esa iniciativa fue del Gobierno Petro. Otra aprobada fue de autoría de varios partidos y cambió el nombre del Ministerio de Cultura por el de Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes. Sin duda, una ley que en nada beneficia a los colombianos. También dijo ser autora del proyecto que dio vida al Ministerio de la Igualdad y la Equidad que radicó el Gobierno Petro. Sencillamente puso su firma, pero no construyó el articulado.
Para rellenar más su informe de gestión, incluyó una lista de más de 80 acciones de trámite de peticiones que se respondieron, es decir contestar correos electrónicos, derechos de petición o información que la ciudadanía pide. Lo más seguro es que esta tarea la hayan hecho sus asesores.
En conclusión, no se evidencia que la afirmación de la senadora de pasar noches en vela trabajando para los colombianos sea cierta. En esta nueva legislatura ha radicado 20 proyectos de ley y un proyecto de acto legislativo, por lo que habrá que esperar su próximo informe para determinar si sus cifras mejoran. Eso sí, hay que reconocerle que asiste cumplidamente a las sesiones.
Aunque las comparaciones son odiosas, Roy Barreras, del Pacto Histórico, en ocho meses logró aprobar cuatro actos legislativos, varios proyectos de ley e hizo siete controles políticos. Un solo ejemplo dentro de esa coalición política sobre el verdadero trabajo legislativo.
Sobre Zuleta, sus propios compañeros del Pacto la definen como una mujer complicada, que le gusta el conflicto y que divide la bancada si no se hace lo que ella pretende.
Zuleta, quien dijo en la pasada campaña presidencial que: “A Fajardo lo quemamos”, le está pasando cuenta de cobro toda su polémica gestión y podría resultar quemándose ella misma con las diferencias que genera y el poco trabajo que hace para ganarse 43 millones de pesos mensuales.