La Segunda Marquetalia llegó a Caracas, Venezuela, con el argumento de que se abandonó el Acuerdo de Paz de La Habana por un supuesto entrampamiento que se adelantó contra Iván Márquez y otros integrantes de esa disidencia que ya fueron dados de baja.
En la instalación de los diálogos, Márquez argumentó que esa fue la principal razón por la que dejaron el tránsito a la legalidad y decidieron rearmarse.
“Han transcurrido casi cinco años desde el lanzamiento de esta nueva insurgencia en respuesta al incumplimiento y la traición del Estado al Acuerdo de paz de La Habana, y al entrampamiento judicial al genial vocero guerrillero en la mesa, Jesús Santrich; entrampamiento que tuvo la pretensión de extenderse a otros compañeros, así como el operativo militar puesto en marcha por el batallón “la Diosa del Chairá” para asesinarnos a Oscar Montero El Paisa y a mí, cuando nos encontrábamos en El Pato, región histórica de la resistencia armada a la opresión del Estado”, dijo Márquez.
Agregó: “Consideramos, además, en medio de esas circunstancias, que nada se quería hacer por avanzar en la superación de las causas históricas del conflicto y que era válido ejercer una vez más el derecho a la rebelión contra el orden social vigente”.
Después de esas afirmaciones, reconoció que Jesús Santrich, alias ‘El Paisa’, ‘Romaña’ e Iván Merchán fueron dados de baja.
Como esa postura de Márquez fue el derrotero para saber que esa será una de las principales tesis en la negociación de la Segunda Marquetalia, Armando Novoa, jefe de la delegación de paz del Gobierno Petro, habló sobre ese particular y desestimó esas pretensiones.
Aclaró que esa postura no será validada en la mesa de diálogo y que nada justifica el nuevo alzamiento armado que se produjo en 2019.
“En cuanto al entrampamiento, hemos agregado también que para nosotros, independiente de las razones que la Segunda Marquetalia ha invocado, no tiene justificación alguna que se hubieran nuevamente alzado en armas. Nosotros no compartimos ese criterio porque ese criterio tiene varios problemas; entre otros que en el fondo lo limita a un pleito entre el Estado y los firmantes del acuerdo que se encuentran en esta agrupación, dejando de lado toda consideración sobre la sociedad y las comunidades que deben ser protagonistas en estos procesos de paz”, dijo el jefe negociador.
Por esa razón, dijo que los diálogos no pueden perder tiempo sobre las causas por las que decidieron abandonar el Acuerdo de Paz y que esa será la primera postura que se les manifestará a los disidentes.
“El tema del incumplimiento y del famoso entrampamiento es un asunto de naturaleza judicial en donde tendrán que intervenir las autoridades que tienen competencia para esclarecer esos hechos; me refiero a la Fiscalía o a la JEP . Hay unos informes de la relatora de Naciones Unidas para los derechos humanos que mencionó de alguna manera ese aspecto, de tal manera que esta es una negociación de otra naturaleza y no podemos adelantar conceptos sobre un asunto que es de carácter judicial”, reiteró Novoa.
Así mismo, dijo que están claros los problemas en la implementación del Acuerdo de Paz de 2026, pero que ese es otro asunto que sí se tratará para, justamente, determinar cuáles son los puntos a los que hay que darles prioridad.
“El Gobierno ha sido claro en el sentido de que la implementación del acuerdo del año 2016 no se ha llevado a cabo de la mejor manera y ha llamado la atención sobre la necesidad de que lo que se llame el acuerdo político y social de carácter nacional incorpore en uno de sus aspectos vertebrales precisamente esta materia”, sostuvo Armando Novoa.
En todo caso, la negociación girará alrededor de lo que se debe hacer para implementar el acuerdo de 2016 y no en las razones por las cuales no se ha hecho. El próximo 29 de junio las delegaciones darán a conocer las conclusiones de la primera ronda de negociación que se adelantará durante toda esta semana en Venezuela.