SEMANA: ¿Cómo fue su trabajo político para ser elegido?
JAIME SALAMANCA: Hicimos un trabajo antes, pero no buscando necesariamente la presidencia. Lo que me dio viabilidad como candidato fue el ejercicio como presidente de la Comisión Sexta en la primera legislatura. Allí hicimos un trabajo juicioso que abrió caminos, generó confianza y nos permitió poner en evidencia más de 20 años de trabajo político. Entonces, las bancadas de oposición, independientes, minorías y el mismo Gobierno vieron un congresista juicioso, pilo y respetuoso de las formas, pero también comprometido con el país y eso le fue dando viabilidad a mi aspiración, que, de una u otra manera, se apalancó primero en la coalición de gobierno. Yo voté por Gustavo Petro en segunda vuelta, soy del Partido Verde, no soy petrista, pero voté por Petro, creo en el proyecto del cambio y este proyecto tiene que salir bien para que haya más gobiernos alternativos en el país.
SEMANA: ¿Cómo quedó su relación con Katherine Miranda?
J.S.: Aquí no hay derrotados ni vencedores, hubo un ejercicio democrático, de respeto y de no agresión. Por la doctora Miranda tengo la más grande admiración, porque es una congresista muy pila; no coincidimos en algunas posiciones, pero es natural en el debate político. Finalmente, hubo una decisión de la plenaria para apostarle a una presidencia independiente, pero que también garantice una relación armoniosa entre el Ejecutivo y el Legislativo. Por ejemplo, la otra semana se hará una moción de censura, pero debe quedar claro que esta no será una presidencia que le apuesta al fracaso del Gobierno del presidente Petro ni a las peleas entre sectores.
SEMANA: ¿Contra quién es la moción de censura?
J.S.: Contra el ministro de Minas, Andrés Camacho.
SEMANA: Hay quienes dicen que a usted lo puso Petro. ¿Qué les responde?
J.S.: Aunque no comparto todas las cosas que están pasando en este Gobierno y aunque defiendo la idea de que soy verde, sí tengo una cercanía como la que, en general, tiene mi partido con el Gobierno y la propuesta que nos llevó a apoyarlo. Pero es injusto decir que el camino que he construido durante 20 años lo marcó únicamente la cercanía mía con esta administración, así que respondo claramente: no me puso Gustavo Petro en la presidencia de la Cámara y me debo a todos los representantes.
SEMANA: También hay quienes dicen que usted será el títere de la Casa de Nariño. ¿Es así?
J.S.: No, a mí me toca actuar y ser coherente con lo que he dicho y al final de mi legislatura ustedes evaluarán si fue así o no. Yo lo que les digo es que va a haber garantías para la oposición, el Gobierno y todos los sectores. Le hemos pedido al Ejecutivo que para avanzar en sus iniciativas socialice primero los proyectos con las bancadas, construya consensos y que la plenaria no sea el escenario para dirimir las diferencias, sino que sea el escenario de la deliberación y del debate.
SEMANA: Estando claro ese asunto, ¿qué pasará con el fast track del que se habla?
J.S.: Yo le planteé al ministro Juan Fernando Cristo que si organizamos bien el trabajo, que si todos los ministerios que tienen agenda legislativa le dan la importancia a la misma, estudian los proyectos, dan respuestas y dan conceptos a tiempo, no es necesario acudir a esa figura para que el trabajo legislativo sea eficiente. Los ministros no pueden dejar el trabajo únicamente a Cristo ni a las presidencias de Senado o Cámara, eso no funciona. Cristo se está encargando de eso y accedió a mi propuesta: no habrá fast track ni constituyente. Descartado.
SEMANA: ¿Lo que usted hace es un llamado a los ministros para que se pongan la camiseta?
J.S.: Totalmente, es que la responsabilidad no puede recaer solo en el Ministerio del Interior. La agenda legislativa del Gobierno la deben trabajar todos los ministros que tengan relación con el proyecto. Tienen que hablar con los congresistas, buscar consensos y responder dudas.
SEMANA: Entonces, ¿también está descartada la constituyente?
J.S.: Sí, por ahora está descartada. No hay ambiente, muy pocas voces son las que le han dado eco a esa posibilidad.
SEMANA: ¿Y se logrará el acuerdo nacional?
J.S.: Creo que ese es el camino. Nos parece muy pertinente que todo el país entienda que tenemos que ceder y construir consensos. Este acuerdo nacional parte de una lógica y es que el mandato de cambio es mayoritario en Colombia y no le pertenece solamente al presidente ni a ningún sector político del país. Es un mandato de la ciudadanía y, por lo tanto, tenemos que entenderlo, interpretarlo y ceder. El presidente (Petro) tiene que ceder para que entienda que las mayorías no son de la línea, digamos, progresista o alternativa, y el Congreso tiene que entender que la gente que votó por el presidente Petro dio un mandato para mejorar las cosas. Como presidente de la Cámara soy optimista y creo firmemente que se pueden tender puentes.
SEMANA: Si se logra ese acuerdo, ¿cuál debería ser la prioridad legislativa del Gobierno?
J.S.: No me corresponde a mí definir eso. Los acuerdos que se definan van a ofrecer plenas garantías para una deliberación democrática amplia, en la que todas las voces tengan la oportunidad de ser escuchadas. Pienso que la reforma laboral, que tiene bastante avance, discusión, si la ponemos para deliberación de la plenaria, puede lograr un avance positivo. La reforma a la salud, según me comenta el ministro, también ha avanzado mucho en un acuerdo, al tiempo que se trabaja en la modificación a los artículos 86 y 87 de la Ley General de Educación Superior, que tienen que ver con el financiamiento de las universidades públicas. Pero es importante que los ministros escuchen a los congresistas, que son la voz de las regiones.
SEMANA: Pero para tramitar todo esto se requieren más días de sesiones.
J.S.: Vamos a sesionar tres días a la semana en plenaria, ese fue el acuerdo con las bancadas: eso será lunes, martes y miércoles. La idea es sacar primero los proyectos de los congresistas, que llevan represados varios meses y son unos 120, a los que se suman otros 100 que se han radicado desde el 20 de julio. Además, daremos prioridad al control político.
SEMANA: Petro ha dicho que en el Congreso hay un bloque institucional. ¿Está de acuerdo?
J.S.: Estoy de acuerdo con el presidente en que algunas iniciativas se pudieron haber tramitado de una mejor manera. Varias ponencias se demoraron mucho en salir a discusión, tanto en comisión como en plenaria, y eso en la práctica es un bloqueo legislativo: cuando usted no agenda un proyecto, lo engaveta diez meses y solo le da un par de semanas para deliberar en la plenaria. Es claramente una especie de jugada para no permitir que los proyectos avancen. Pero estoy seguro de que en esta legislatura el Gobierno va a lograr lo que no logró en las dos anteriores.
SEMANA: El 7 de agosto Petro cumple dos años en la Casa de Nariño. ¿Cuál es el balance de esa gestión?
J.S.: Ha tenido logros importantes como la gratuidad en la educación superior para miles de jóvenes. Hay logros sociales como la reforma pensional, que esperamos que la Corte Constitucional le dé la viabilidad. Se prohibieron las corridas de toros, y otros logros en materia social que es importante reconocerlos. Hay cosas que no han salido bien, yo entiendo a algunos que se han desilusionado, tal vez, insisto, es cuestión de que los ministros avancen en la ejecución, porque el Plan Nacional de Desarrollo debe ponerse en marcha. Si se ejecuta, todo va a mejorar y el presidente puede tener mayores resultados para el país. La economía, a pesar de las dificultades, va bien.
SEMANA: Dicen que usted es la mano derecha de Carlos Amaya y por ahí ha recibido beneficios del Estado. ¿Qué responde?
J.S.: Nuestro proyecto es generacional y muchos empezamos en la UPTC construyendo un camino. Mi hermano, que fue nombrado gerente del Hospital Valle de Tenza en mi departamento, viene caminando a mi lado desde hace muchos años y al lado de Carlos como una generación que quiso hacer grandes cosas y se están haciendo. Yo nunca he negado que hago parte del proyecto de Carlos; es más, yo metí a Carlos Amaya en la política.
SEMANA: ¿Familiares suyos han tenido puestos en el Estado?
J.S.: Sí, claro, por supuesto. Nosotros venimos de una familia muy humilde y hemos encontrado en el sector público, gracias a la universidad UPTC, la posibilidad de poner nuestro conocimiento al servicio de nuestra gente. Yo los he motivado mucho a que estén en el servicio público, y no como algunos insinúan, sino como debe ser. No hay mejor trabajo que el servicio público, porque, en lugar de trabajar para otros, estamos trabajando para la gente que no tiene plata. Varias personas en la familia han estado en el servicio público y espero que sigan creciendo, poniendo su amor y su capacidad al servicio de la gente ahí. Pero nunca he pedido un puesto ni he recomendado una hoja de vida de un familiar.