La senadora y exprecandidata presidencial por el Centro Democrático María Fernanda Cabal ha sido una de las más férreas opositoras del gobierno de Gustavo Petro y ha rechazado ―de tiempo atrás― las acciones violentas de organizaciones ilegales como el Eln, grupo con el que el Ejecutivo reiniciará unos diálogos de paz en los que participará su esposo, el dirigente ganadero, José Félix Lafaurie.

Estos elementos hacen que, como ella misma lo admite, su posición frente a esta decisión sea “incómoda”, pese a lo cual, la congresista uribista anunció en esta entrevista con SEMANA que sus convicciones seguirán siendo las mismas que ha tenido hasta el momento, independientemente de la posición de su esposo como negociador con esa guerrilla.

SEMANA (S.): ¿Qué opina de la llegada de su esposo, José Félix Lafaurie, como negociador de paz con el ELN?

MARÍA FERNANDA CABAL (M.F.C.): Creo que es una jugada de Gustavo Petro, inteligente, pero creo que como gana, pierde, porque está dándole reconocimiento a un gremio que ha sido el mayor afectado a lo largo de la historia de Colombia por la barbarie de las guerrillas, incluida el ELN.

S.: ¿La presencia de él en la mesa de diálogos con el ELN va a modificar su posición como opositora al gobierno de Gustavo Petro o frente a esa guerrilla?

M.F.C.: Jamás voy a modificar mi opinión. De hecho, esto fue una discusión con él, porque uno es su rol como dirigente gremial y otro el mío, que es una oposición férrea, seria, con conocimiento. Sé cuál es el origen de esta guerrilla, su relacionamiento con otras guerrillas de América Latina. También sé cuál es su nivel de ‘izquierdopatía’, de adoctrinamiento, retorciendo el evangelio, por ejemplo. Muy difícil dialogar con una guerrilla y no soy optimista de ningún resultado.

José Félix Lafaurie, presidente de Fedegan, parte del equipo negociador del Gobierno de Gustavo Petro con el Eln y esposo de la congresista opositora María Fernanda Cabal. foto Guillermo Torres Semana | Foto: Revista Semana

S.: ¿Usted se sentaría a negociar con el ELN?

M.F.C.: Si yo fuera presidente, sometería al ELN, como hizo el presidente Uribe. Una vez sometidos, usted como gobierno, con la autoridad y la ley, puede extender una mano y puede ir incluso más allá, que es lo que le falta a este país, que es una ley de punto final, porque aquí hay presos por delitos menores, pero los verdaderos culpables gozan de impunidad por la farsa del delito de rebelión.

S.: ¿Él le consultó a usted su decisión de estar en la mesa de diálogos con el ELN?

M.F.C.: Él me consultó la información que había recibido de la secretaria privada de Gustavo Petro antes del encuentro que se hizo en el congreso nacional ganadero de Barranquilla. La verdad, mi posición es muy incómoda, porque cualquier cosa que él haga puede ser un daño o un beneficio. Pero igual la política, finalmente, nos da la capacidad de comunicar las cosas a nuestros seguidores y nuestra gente. Yo soy una persona de convicciones firmes y él trabaja como dirigente gremial. ¿Que afecta lo que haga? Seguramente sí, pero tengo la obligación de darles claridad a mis seguidores. Yo no hubiera empezado una negociación, seguramente. Es una decisión audaz, comprometida, peligrosa, en la que también Petro gana y pierde.

S.: ¿Qué efecto cree que pueda tener en el uribismo la decisión de su esposo, José Félix Lafaurie, de estar en los diálogos con el ELN?

M.F.C.: Esa es una pregunta para el expresidente Uribe. Él mismo fue promotor de la amnistía y el indulto al M-19, que además no se lo agradecieron, ni siquiera el mismo Petro ni muchos de los beneficiarios. Pienso que el presidente Uribe es un hombre que tiene experiencia y canas que la demuestran. Él acompaña la idea de que es mejor estar adentro que afuera.