El exsenador del Centro Democrático José Obdulio Gaviria se refirió al encuentro que sostendrán el presidente Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe este miércoles 22 de noviembre en la Casa de Nariño.

Además, habló de algunos miembros de la bancada del uribismo que no ven con buenos ojos la nueva reunión entre ambos dirigentes políticos por las grandes diferencias que han existido políticamente entre ambos.

Gaviria dijo que apoya “irrestrictamente” la estrategia política de Álvaro Uribe “en el ejercicio de su relación de antagonismo político con el presidente Petro”.

En una democracia —según Gaviria—, el intercambio directo de opiniones, cuestionamientos y propuestas entre el jefe de gobierno y el jefe de la oposición es la regla, no la excepción.

Diálogo entre Álvaro Uribe y Gustavo Petro.

“En los regímenes presidencialistas, el presidente invita a un tinto o el opositor pide cita para tomarlo y las bancadas hacen lo propio en el Congreso o en reuniones con el presidente o los ministros”, añadió.

En ciertas circunstancias —dijo—, “los peores enemigos deciden formar gobierno de coalición (en Inglaterra, el gabinete de guerra de 1940; en Israel, hoy, por la guerra contra Hamás) para enfrentar una grave crisis, en cuyo caso el tinto se toma diariamente en la reunión del gabinete”.

Por eso considera que, en ningún caso, en democracia, “tinto mata debate” o neutraliza la protesta.

Álvaro Uribe y Gustavo Petro.

José Obdulio Gaviria dejó claro que el Centro Democrático no es “manada”.

Dijo que sectores de la bancada y, sobre todo, “algunos militantes y simpatizantes, se declaran contrarios a las formas y modales del presidente Uribe, criterio que es respetable. Algunos prefieren igualarse en modales y palabras con el Pacto Histórico y con Gustavo Bolívar, asunto que, aunque Uribe aconseja no hacer, en manera alguna pide reprimir”.

Recordó que Uribe, como presidente, “se reunió constantemente con la oposición democrática (y hasta le tocó recibir en Palacio a expresiones parlamentarias de la ‘oposición armada’ empeñada en obligarlo a aceptar la solución negociada del conflicto y el acuerdo humanitario para liberar secuestrados)”.

Por ejemplo, Uribe se reunió con Lucho Garzón y el entonces candidato presidencial Carlos Gaviria, organizaciones de derechos humanos, entre otros.

“Debatieron con el presidente Uribe en la Casa de Nariño sobre asuntos de Estado. Lucho Garzón, por ejemplo, visitó la Casa de Nariño el día que obtuvo su triunfo como candidato a la Alcaldía de Bogotá”, recordó.

Gustavo Petro y Álvaro Uribe.

Además, José Obdulio Gaviria manifestó que el rompimiento de las reglas de cortesía democrática y la anomalía pendenciera las impuso Petro.

“Él ejerció una oposición arrabalera contra Uribe e Iván Duque (no contra Samper de quien fue funcionario o contra Santos, con quien fue aliado y alcalde). Con Uribe y Duque, Petro impuso una infame matriz de comportamiento: deslegitimarlos (nunca aceptó que Duque lo había derrotado), insultarlos, mentir, exagerar, tergiversar, incitar a la violencia”, argumentó.

Petro —de acuerdo con Gaviria— aceptó ir al Senado “no a perder tiempo legislando o haciendo debate, sino a tomarse las calles con sus primeras líneas. A Duque casi que lo acorraló con sus estallidos sociales e insultos emitidos desde una bancada irrespetuosa y siempre ultrajante, integrada por las Farc, Cepeda, Wilson Arias y, sobre todo, por Gustavo Bolívar”.

Por eso, les habló a muchos que, según él, no son capaces de leer a Uribe, el estadista: “Les parece una claudicación el que trate con cortesía y respeto a un presidente que nunca fue cortés ni respetuoso con los presidentes a los que hizo oposición”, resumió.