El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, no ha tenido un buen martes. Su propuesta a los empresarios de una reforma tributaria para financiar la reforma a la salud le salió costosa políticamente porque distintos sectores, entre contradictores e independientes al Gobierno de Gustavo Petro, le han recriminado sus polémicas declaraciones.
Al fin y al cabo, Jaramillo reconoció que el modelo de salud que estudiará el Senado en el primer semestre de 2024 no tiene recursos para su financiación y el Congreso lleva varios meses pidiendo al ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, que entregue el aval fiscal y financiero del proyecto para determinar cuánto vale ponerlo en marcha en Colombia.
Ante esto, el exministro de Hacienda, Juan Carlos Restrepo, arremetió contra Jaramillo, un reconocido médico que llegó al Ministerio de Salud a calmar las aguas que había dejado turbulentas la exministra Carolina Corcho, pero hoy, al parecer, él está repitiendo los pasos.
Restrepo estima que “cada declaración del ministro de salud se está convirtiendo en un espectáculo. No tanto por lo que dice, pues la profundidad de sus argumentos acostumbran ser deplorables, sino por la manera acalorada como los profiere. Una mezcla de rabia, de ofuscación y de mal tono rodean siempre sus intervenciones públicas. Es un ministro termocefálico”, dijo.
Su última intervención -según el exministro-”fue realmente patética”. En este caso, tanto por el tono acalorado como por el contenido, dijo en síntesis que había que hacer una nueva reforma tributaria para subir los impuestos de las empresas y financiar así la reforma de la salud”, recordó.
Según Restrepo, tanto el presidente Petro como el ministro Bonilla “vienen haciendo esfuerzos en las últimas semanas para aclimatar una tesis que, aunque será de muy difícil concreción si se presenta al Congreso, no deja de ser sorprendente: que es necesario bajarle el impuesto a las sociedades y subírselos a las personas naturales. Al paso que el ministro Jaramillo sale ahora con una idea bizarra, completamente encontrada con la del gobierno: que hay que subirle más los impuestos a las empresas para financiar la reforma de la salud”.
Dijo a renglón seguido que los bandazos en materia tributaria no provienen solamente del Ministro, a quien llamó termocefálico.
“También el ‘adulto mayor’, como se denominó en su momento al ministro José Antonio Ocampo, cuando hace menos de un año impulsó una reforma tributaria que subió las tarifas corporativas en el país, pero que ahora Petro y Bonilla proponen reducirlas”, expresó.
Destacó que la propuesta “termocefálica” del ministro Guillermo Alfonso Jaramillo tiene, además del tono desconcertante para con el sector empresarial, “la connotación de contrariar abiertamente la que hoy es la consigna tributaria del gobierno, a diferencia de la que fue hace menos de un año. A saber, que hay que bajar los impuestos a las sociedades y subirlos a las personas naturales para financiar la confusa y nunca concertada reforma a la salud”.
Y remató: “Si de financiar la reforma a la salud se trata, el buen juicio aconsejaría que habría que comenzar por cuantificar (cosa que aún no se ha hecho), antes de seguir forzando su aprobación en la Cámara de Representantes con fórceps y mermelada, que es lo que viene haciendo el Gobierno. No hay que ser un adivino perspicaz para anticipar que si esta reforma se aprueba como vienen haciéndolo, el Gobierno y el ministro termocefálico terminará cayéndose, o en el Senado de la República o en la Corte Constitucional”.
Por último, el reconocido economista aseguró que, tras observar “todo este desorden y otros muchos aspectos que no alcanzan a analizarse, no es difícil coincidir con los ex ,ministros que pronostican que vamos hacia una catástrofe anunciada en la salud”.