El exjefe negociador de paz, Juan Camilo Restrepo, uno de los hombres que más conoce en el país a la guerrilla del ELN, cree que si Colombia y Venezuela –el vecindario que alberga a los grandes cabecillas de ese grupo armado– no se ponen de acuerdo en la lucha contra esa organización, difícilmente se acabarán los elenos.
“Un tercio de los contingentes del ELN viven y pelechan en Venezuela al amparo del régimen de Caracas”, recordó Restrepo.
Dijo que la organización terrorista ETA no se pudo derrotar hasta que España y Francia colaboraron exitosamente para lograrlo. Por eso, estimó que “nosotros deberíamos urgir al régimen de Venezuela para hacer lo mismo que hicieron Francia y España con relación a ETA. De lo contrario, resulta ilusorio que el ELN acabe algún día”.
Restrepo tiene claro que uno de los grandes problemas que tienen las Fuerzas Militares en su lucha contra el ELN es que el grupo guerrillero opera en zona limítrofe entre Colombia y Venezuela y ante cada persecución de la fuerza pública, los subversivos cruzan el territorio y escapan a las garras de las tropas de ese país.
No obstante, su propuesta no es tan sencilla.
De un lado, no es secreta la cercanía del régimen de Nicolás Maduro y la guerrilla del ELN. De hecho, algunos informes de inteligencia militar hablan de los negocios de ese grupo armado en minas de oro y corredores estratégicos de droga que el Palacio de Miraflores no ha enfrentado, al menos en los años más recientes.
Por eso, Maduro les habla al oído a los comandantes guerrilleros y es, quizás, uno de los líderes políticos que tiene la capacidad de sentar a los jefes elenos en una mesa de negociación.
De otro lado, el escenario para Maduro hoy es complejo porque, aunque su figura genera respeto al interior de la organización guerrillera; él está dedicado a atender sus propios problemas internos que se agudizaron el el 28 de julio pasado cuando se proclamó presidente electo, pese a que ante los ojos del mundo el ganador fue Edmundo González y María Corina Machado. Maduro no le mostró a la comunidad internacional y sembró aún más las dudas de un posible fraude en las urnas.
Mientras Nicolás Maduro –quien no atacará al ELN– no organice su propia casa, difícilmente podrá lanzarle un salvavidas a Colombia en materia de paz. Y menos, en un momento tan complejo como el que está atravesando actualmente la mesa de negociación entre el ELN y el gobierno de Gustavo Petro.
Recordemos que el alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, reconoció recientemente que las conversaciones atraviesan por un momento “crítico”. Y se enfriaron aún más después de que el ELN activara varios explosivos en Arauca que le costaron la vida a tres soldados y otros 26 quedaron heridos.
El hecho, que ocurrió el 18 de septiembre de 2024, generó la indignación del presidente Gustavo Petro, quien habló de cerrar el proceso de diálogos con el ELN. Posteriormente, la mesa de negociación se refirió a una suspensión de las conversaciones. Hasta el momento la mesa no ha vuelo a reunirse.