SEMANA: ¿Cómo tomó la noticia del encuentro entre Gustavo Petro y Nicolás Maduro?

JUAN GUAIDÓ: Para nosotros hay una delgada línea entre promover los derechos humanos, la defensa de la democracia, de los más vulnerables, del pueblo, de los pobres, de los migrantes y refugiados y la promoción de una dictadura. Ahí está la delgada línea y el dilema de quien se acerca a un dictador como Nicolás Maduro. Lo que debe prevalecer, por encima de cualquier ideología e interés económico, por más necesario que sea para ambas naciones, tiene que ser lo fundamental: el respeto, la defensa y la promoción de los derechos humanos.

SEMANA: Y, ¿cómo le parecieron los discursos de Petro y Maduro?

J.G.: Fueron discursos cargados de mucha retórica. El mismo Petro dijo hace dos semanas que invitaba a Nicolás Maduro al proceso de negociación con el ELN porque ellos estaban en Venezuela y tampoco hubo ningún tipo de señalamiento con respecto a esto el martes pasado. Es evidente que Maduro promociona el terrorismo regional al financiarlo directa e indirectamente. Yo creo que hay que superar la retórica y aterrizar en elementos concretos para que realmente haya prosperidad entre Colombia y Venezuela.

SEMANA: ¿Usted le ve afán a Gustavo Petro de acercarse a Nicolás Maduro?

J.G.: No sabría si caracterizarlo de esa manera. Lo que me parece es que no se puede promocionar o hacer relaciones públicas con un dictador. El tema de la aproximación a Venezuela no puede hacerse a través de un dictador sino buscando la recuperación de la democracia, el respeto de los derechos humanos, a detener el flujo migratorio que en Colombia han visto de forma clara (...) Las relaciones sanas bilaterales comerciales no parten simplemente de una foto, parten de elementos fundamentales como el Estado de derecho y la seguridad jurídica que promueva la inversión.

SEMANA: Petro se mostró dispuesto a mediar en un eventual diálogo entre Maduro y la oposición liderada por usted en México. ¿Cómo ve el papel del colombiano?

J.G.: Para nosotros la posibilidad de un acuerdo es importantísima porque sería un elemento adicional en producir una solución que pasa por una elección presidencial libre y justa. En nuestro escenario está retomar ese proceso de negociación con el objetivo de que termine en unos acuerdos. Todo el que quiera ayudar, colaborar en lograr un acuerdo que nos oriente a una solución en Venezuela, es bienvenido. Si el presidente Petro quiere abonar en esa dirección es la dirección correcta.

SEMANA: ¿Qué tan fácil será esta negociación con Maduro? Se ha venido prolongando durante meses.

J.G.: Para nosotros es una oportunidad. Obviamente no confiamos en la buena fe de una dictadura. Es una dictadura y no tiene buenas intenciones, están señalados por delitos de lesa humanidad. Lo que sí confiamos es en lograr esa elección y convertirla en una solución. Fue Maduro quien se levantó de esa silla argumentando o excusándose por la captura de un delincuente, Álex Saab.

SEMANA: ¿Petro quiere convertirse en el líder de América Latina?

J.G.: Hoy Colombia enfrenta retos propios y América Latina también. Para convertirse en el líder de Latinoamérica hay que convertirse en el líder de una causa: la democracia, la defensa de los migrantes y refugiados, de los derechos humanos (…).

SEMANA: ¿Usted cree que la visita de Petro a Maduro le lavó la cara al presidente de Venezuela, como dice la oposición en Colombia?

J.G.: Ese es el riesgo de vincularse a un violador de derechos humanos y a un dictador. Nadie puede lavarle la cara a un violador de derechos humanos, a un dictador señalado por delitos de lesa humanidad, entre otras cosas. Nadie puede llevarle la cara a Maduro. Ni Petro ni el Papa, pero sí se puede correr con la tentación de normalizar una dictadura como ocurrió en Cuba, lo que está pasando en Nicaragua y Venezuela. Nadie puede prestarse para normalizar la crisis de mi país que solo se compara a nivel de indicadores con la de Ucrania y Siria. El riesgo que corren quienes se acercan a Maduro, más allá de lavarle la cara al dictador, es ensuciarse.

SEMANA: ¿Usted cree que Maduro sí le hará caso a Petro? El colombiano le propuso que regrese a la CIDH

J.G.: El problema no es el sistema interamericano o la vinculación de Maduro. Más allá de pedirle a un dictador que entre a uno u otro sistema, hay que pedirle que cumpla las reglas y las normas del sistema. La CIDH tiene muchos informes sobre los derechos humanos en Venezuela, tiene muchísima claridad de la persecución a medios de comunicación, indígenas, el desplazamiento, el etnocidio.

SEMANA: Petro propuso ser garante de los diálogos que Maduro adelantará con la oposición. ¿Cree que el presidente colombiano también debería hablar con usted?

J.G.: Tiene que mostrarse imparcial. Si quiere participar, coordinar o articular un proceso de diálogo o negociación que termine en un acuerdo productivo para la sociedad, tiene que mostrar imparcialidad a las partes.

SEMANA: ¿Usted está dispuesto a hablar con Petro?

J.G.: Nosotros podemos hablar con todos los que estén de acuerdo en promover una solución al conflicto en Venezuela. De momento, no hemos tenido contactos recientemente.

SEMANA: ¿Qué pasó con Monómeros?

J.G.: La empresa está hoy en control de la dictadura de Maduro. Lo que creo es que en este momento sigue la crisis en Monómeros, hacemos votos para que se mantenga a nombre de los venezolanos esta empresa (...) En el año 2016, 2017 y 2018 esa empresa dio pérdidas y en el 2020 y 2021 dio ganancias. Estaremos vigilantes y atentos de que ese activo se mantenga a nombre de los venezolanos.

SEMANA:¿Usted no acudió a una instancia internacional para pelear la empresa?

J.G.: Estamos trabajando, pero ahí se emana un reconocimiento del ejecutivo y hoy, el presidente Gustavo Petro reconoce la dictadura de Nicolás Maduro.

SEMANA: ¿Qué falta para que empiece en firme el proceso de diálogo con Maduro en México?

J.G.: Nosotros como Alternativa Democrática estamos listos para empezar, esperamos que la dictadura acepte los términos que están enmarcados hace un año o más. Así podremos avanzar. Venezuela necesita una solución urgente en favor de los venezolanos y en contra de la dictadura. Estamos listos, preparándonos en unidad para derrotarlo.

SEMANA: Por último, ¿a usted qué países lo están apoyando porque el gobierno de Colombia reconoció a Nicolás Maduro y pareciera que cada vez queda más solo?

J.G.: Paraguay, Uruguay son de los países en Suramérica que siguen respaldando la causa directamente a través del parlamento nacional. Ecuador también está apoyando la causa, pero este no es un tema que tenga que ver con Juan Guaidó. Querer llevar eso a ese plano es reducir el conflicto real de Venezuela. Y el problema de mi país es un tema de dictadura contra democracia, es incuestionable la crisis humanitaria, de migrantes y refugiados, entre otros. Nuestra gran petición a todos los países no es que tomen parte, es que se sumen de nuevo a una solución y a las causas que son incontrovertibles: la democracia y los derechos humanos.