El excandidato presidencial Rodolfo Hernández murió el pasado 2 de septiembre tras enfrentar un cáncer terminal que le hizo metástasis en el hígado y que lo mantuvo dos meses en una unidad de cuidados intensivos.
Si la muerte no se le hubiera adelantado, el ingeniero santandereano, seguramente, estaría tras las rejas.
Al menos, esa era la intención de César Javier Valencia Caballero, el Juez Décimo Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de Bucaramanga, quien le consultó al Instituto Penitenciario y Carcelario (Inpec), el 30 de marzo de 2024, si existían en Colombia algunas cárceles donde pudiera estar detenida una persona con cáncer terminal como Rodolfo Hernández.
SEMANA conoció la misiva dirigida al teniente coronel, Daniel Fernando Gutiérrez Roa, director del Instituto Penitenciario y Carcelario, donde se refleja la intención.
“De manera comedida y de acuerdo con los dictámenes emitidos por el Instituto Nacional de Medicina Legal, los cuales se anexan, se solicita que informe a este Juzgado, de acuerdo con el diagnóstico allí consignado y el estado de salud del procesado Rodolfo Hernández, si el Inpec, en sus diferentes establecimientos carcelarios y penitenciarios, está en condiciones de garantizar la vida intramural en condiciones de dignidad a una persona con los diagnósticos de cáncer terminal”, preguntó el Juez Valencia Caballero.
Según el jurista, se refiere a si se tienen “las instalaciones adecuadas, el acceso a servicio de salud o traslados oportunos y necesarios a los servicios médicos que su condición de salud demanda”.
En la carta, el Juez le concede dos días improrrogables al Inpec para que entregue la respuesta a la carta.
Al final, el Juez remata: “Agradezco su valiosa colaboración en el menor tiempo posible. Igualmente, debo indicarle que la información anexa a esta solicitud debe permanecer en reserva como garantía del derecho a la intimidad del procesado”. Hace referencia a los documentos donde el Instituto Nacional de Medicina Legal confirmó que Rodolfo Hernández padecía un cáncer terminal.
“Por su condición de enfermo terminal de cáncer complejo, aún en quimioterapia para manejo paliativo de metástasis hepáticas, asociado a comorbilidad, permiten fundamentar un estado de salud grave por enfermedad. Para determinar compatibilidad con la vida en reclusión, es necesario que la autoridad judicial en conjunto con las autoridades carcelarias verifiquen que se cuente con los medios para continuar garantizando, de acuerdo a los diagnósticos, los controles y la continuidad del tratamiento”, concluyó Medicina Legal.
Rodolfo Hernández fue condenado en primera instancia, en junio de 2024, a 64 meses de prisión por el caso de corrupción conocido como Vitalogic, es decir, interés indebido en celebración de un contrato por 320 millones de pesos donde presuntamente él tuvo interés.
Hernández presentó personalmente ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Santander un recurso de apelación contra el fallo que lo condenó, con el único fin de demostrar que nunca pidió comisiones ni directamente ni por ningún intermediario para la entrega del contrato.
Sin embargo, tras su muerte, sus investigaciones quedaron en el aire y la intención del Juez de que el exalcalde terminara en la cárcel, no se cristalizó.