En más de 18 años de historia, la Alianza Verde nunca había estado tan cerca de una división como en este momento. Se pensaba que la colectividad había aprendido a convivir con su heterogeneidad, pero la posición frente al gobierno del presidente Gustavo Petro desató una guerra entre los oficialistas, los independientes y quienes parecen ser más de oposición.
Después de varios meses de tensiones porque varios pidieron declararse en independencia frente al Gobierno, el partido implosionó por el senador Jota Pe Hernández, cuyas creencias, polémicas y presencia mediática incomodan a sus copartidarios.
El debate de moción de censura en contra del ministro de Defensa, Iván Velásquez, fue el florero de Llorente. No solo porque haya sido un miembro de la Alianza Verde quien lo citó, el senador Jota Pe, sino por lo que ocurrió allí cuando terminó enfrentado con su colega María José Pizarro.
“Perro rabioso”, fue el calificativo que usó Pizarro contra el miembro de la Alianza Verde. Hernández la interrumpió y se acercó a reclamarle, todo mientras grababa con su celular.
“Usted me está tratando como perro. Vea cómo se victimiza y después sale a decir que es machismo contra la mujer, pero a los compañeros los trata de perros rabiosos”, le contestó Hernández.
De inmediato llegó Inti Asprilla, el senador Verde que más está hacia el sector del petrismo. En medio de todo el caos, Asprilla dijo que estaba dispuesto a irse de la colectividad. La representante Catherine Juvinao, que representa un sector más de centroizquierda y que le ha reclamado a Petro en varias ocasiones, le contestó. Dijo que ella también estaba dispuesta a irse del partido.
“Aquí quienes no deberían caber son los petristas radicales, pero también los derechistas radicales, que ahora también los hay. El Partido Verde no es ni de derecha ni de izquierda, no es de extremos, el partido ofreció en 2010 una visión de centro”, aseguró Juvinao en entrevista con SEMANA en ese momento.
De inmediato todos empezaron a especular qué podría pasar con el partido. Ni los mismos integrantes sabían. Lo que se aclaró es que todos ya no caben en la misma colectividad.
Allí se distinguen varias corrientes. El senador Jota Pe Hernández es al que ven más al lado de la derecha, incluso estuvo marchando en contra del presidente Petro en la manifestación del pasado 6 de marzo y habló en la tarima. Hernández tiene un gran caudal y seguidores, llegó con más de 189.000 votos en las elecciones de 2022 y ha ganado reconocimiento por sus críticas al Gobierno.
De inmediato, los líderes que representan distintas corrientes se reunieron. Allí estuvieron Claudia López, Carlos Ramón González, Antonio Navarro Wolf, Rodrigo Romero, Carlos Amaya, entre otros, para buscar una solución de fondo a esa problemática. Aunque lo han negado públicamente, SEMANA conoció por fuentes al interior del partido que sí se habló de una escisión como la salida más salomónica y dividir la colectividad para que todos queden con personería jurídica para sus intereses políticos.
Por un lado, está el ala de González, director de la Dirección Nacional de Inteligencia, quien es cercano a Petro y militó con él en el M-19. Allí estaría el ala más petrista que está representada por senadores como Inti Asprilla y los representantes Martha Alfonso y Santiago Osorio.
Además de Asprilla, que enfrentó a Jota Pe en la plenaria del Senado, Osorio fue quien pidió la renuncia del senador de la colectividad. El representante a la Cámara por Caldas le dijo a esta revista que “por eso es necesaria la escisión”.
Por otro lado, está el ala claudista, liderada por la exalcaldesa de Bogotá, quien se encuentra en Boston estudiando un programa de liderazgo en Harvard, pero que se sabe que ya enfila baterías para su campaña presidencial de 2026. Según fuentes de la colectividad cercanas a la exmandataria, la idea de tener un nuevo partido el cual pueda controlar y dirigir con ese propósito es una propuesta que le suena.
Aunque estas son las dos corrientes más fuertes, hay otro sector que no se ve representado en ninguno, pero que tiene gran caudal electoral, como es el caso de Amaya que tiene tres congresistas y una gran base electoral. Amaya es más cercano a Claudia López que a González, pero se ha terminado relacionando más con el Gobierno últimamente.
SEMANA habló con varios parlamentarios y miembros de la colectividad, quienes explicaron qué ocurre en el partido y si la escisión es un hecho.
La figura de la escisión está en la Ley Estatutaria 1475 de 2011, que establece reglas de organización y funcionamiento de los partidos políticos. El requisito es que se haga lo que dicen los estatutos. Estos establecen que la dirección nacional, con mayoría calificada y con el voto favorable de tres cuartas partes de los integrantes, podrá sacar adelante el proceso.
Aún no hay fecha para el directorio nacional, aunque algunos dicen que podría ser cerca de mitad de este año. Algunos líderes del partido reclaman que esa dirección nacional está integrada por personas que fueron ediles, concejales u otros cargos con los que hoy no tienen votos, pero toman las decisiones en la colectividad. Según dicen, la mayoría de los congresistas actuales estarían de acuerdo con dividirse.
El tema es que desde hace varios meses se viene exigiendo por parte de la bancada que se convoque para decidir la postura frente al Gobierno. Otro tema por discutir es que la colectividad se pueda declarar en independencia a Petro.
Según el representante Santiago Osorio, existen mayorías para separar al partido. “En muchas etapas de su historia hemos podido ponernos de acuerdo para sacar adelante asuntos importantes de la agenda nacional, pero ya es una tarea imposible. Reconciliar las dos líneas claras es prácticamente imposible”, indicó.
Y aseguró que quienes se oponen al Gobierno y quieren salir del partido fueron los que “más agitaron las banderas progresistas en campaña” y aseguró que el caso de Hernández es de “lagartearía política”, por haber cambiado públicamente de opiniones políticas en sus redes sociales.
La otra línea es la petrista, a la que el representante pertenece y la que asegura que tiene “más coherencia con el electorado”.
“No se trata de defender o no a un presidente. Se trata de defender una agenda social clara de cara a la ciudadanía. Es insostenible que el partido siga junto”, agregó, asegurando que está “casi seguro” que la mayoría se va más con la agenda del presidente Petro.
Y dijo que el ala de Claudia López y Angélica Lozano no está del todo convencida con la escisión: “Lo que les interesa es tener un grupo de congresistas que les sumen a sus listas, a pesar de no quererlos dentro del partido”.
Más allá de la decisión de dividirse, la pregunta que más ronda es quién se quedará con el sello “Alianza Verde”.
Osorio, como otros congresistas consultados por SEMANA, creen que quien se debe quedar con el nombre del partido es Carlos Ramón González y quienes hicieron parte de su fundación, que se hizo a partir de la personería jurídica del M-19.
“Estamos más cerca que antes. Las posiciones diferentes frente al Gobierno es lo que más nos afecta. En el Pacto Histórico están agrupando partidos y pueden estar contando con este partido”, indicó Osorio.
Por ahora, la escisión sigue siendo un proyecto sobre el que se ha conversado y que va avanzando. Todo se resolverá en esa dirección nacional cuando sea convocada, aunque por ahora no hay fecha concreta. Lo cierto es que luego de años de peleas y enfrentamientos, la Alianza Verde, el partido que impulsaron figuras como Antanas Mockus con su “ola verde”, y congregó figuras de todos los espectros del centro, hoy está totalmente rota y no hay otra opción que dividirse.