Faltan tres meses para la COP de la Biodiversidad que albergará Colombia, y el país aún no tiene lista la agenda de los dos pabellones que conforman ese evento internacional y mucho menos ha resuelto los problemas de seguridad del departamento que será sede del evento, el Valle del Cauca, con Cali como ciudad anfitriona y un epicentro de eventos que pasan por Palmira (donde está el aeropuerto) y Jamundí.
La preocupación sobre las demoras del país para concretar la programación del evento la manifiestan figuras que van desde el expresidente Iván Duque hasta congresistas y voceros de las corporaciones autónomas regionales (CAR), que aseguran que no las están teniendo en cuenta como brazo técnico del Estado para los asuntos ambientales.
La organización la lidera el Ministerio de Ambiente en articulación con la Cancillería, el Ministerio de Comercio, la Gobernación del Valle del Cauca y la Alcaldía de Cali. De hecho, cada uno de esos actores tiene a un equipo designado para asuntos de la COP que asumieron la misión de organizar el evento contra el tiempo y bajo la batuta de la ministra Susana Muhamad, una de las funcionarias más cercanas al presidente.
Ese evento inicia exactamente el lunes 21 de octubre, y la agenda no está lista. La COP de la Biodiversidad tendrá dos grandes zonas identificadas por colores y para ninguna de estas se ha concretado la agenda. Ese proceso fue uno de los asuntos que reunió a todos los actores implicados en la organización de la conferencia en una cita que tuvo lugar en la tarde del jueves en Cali, en la que prometieron que el temario de discusión se concretará pronto.
“Hay una preocupación porque hasta la fecha no se ha presentado bien la agenda temática ni tampoco cuáles son los objetivos para lograr durante la COP. Esa es una preocupación que la han manifestado públicamente varios países. También hay una preocupación sobre cuáles van a ser los resultados en términos de seguimiento a las metas del 30 por 30, establecidas en Montreal a finales de 2022. Creo que la otra gran conversación es, y ojalá se pueda estructurar, cuáles van a ser los mecanismos efectivos para movilizar los recursos que se requieren para proteger la biodiversidad”, sostuvo el expresidente Iván Duque.
La consolidación de ese cronograma apenas está en proceso. Solo hasta el 5 de junio cerraron las inscripciones para lo que dentro de la COP se conoce como el pabellón verde (donde estarán la sociedad civil y los eventos paralelos) sector para el que se recibieron 1.435 propuestas de eventos provenientes de diferentes actores colombianos (desde académicos hasta organizaciones) y de 32 países, además de 740 iniciativas empresariales que quieren estar en el área de exposición.
El Ministerio está revisando esas postulaciones contra el tiempo, con la promesa de que entregará el cronograma el 18 de julio. Sin embargo, este será apenas un borrador porque la misma ministra detalló que será la “versión 1.0 del programa”.
Y en lo concerniente a la zona azul, donde estarán los 192 países que participarán en las negociaciones oficiales de la conferencia y estarán las delegaciones de alto nivel, ni siquiera se ha terminado la recepción de propuestas, por lo que los delegados de los gobiernos interesados en asistir aún no pueden programarse para el evento.
Ese repertorio no estará listo hasta agosto, porque la recepción de propuestas de agenda cierra el 31 de julio, pese a que este pabellón es el eje central del evento. En palabras de la ministra Muhamad, es una “brújula política”.
“Todo está en cronograma y bajo los planes que se establecieron en el comité. Estamos trabajando contra reloj. Ustedes saben que asumimos la responsabilidad de preparar en siete meses algo que se prepara en dos años. Es una agenda intensa, pero los equipos han respondido bien”, sostuvo la ministra Muhamad.
Ese punto es fundamental para que se concrete la discusión política sobre biodiversidad en la que participarán 192 estados y durante la cual la Casa de Nariño espera que se concrete un acuerdo para compensar la deuda de los países biodiversos con las acciones climáticas que realizan.
“La organización avanza en todos los frentes con un cronograma ajustado, pero vamos bien. Estamos trabajando los temas de seguridad con el Ministerio de Defensa y sí hay agenda”, sostuvo la gerente de la COP para el Valle del Cauca, María Leonor Cabal.
Pero el otro problema que aqueja a la COP es la seguridad. En palabras del representante por ese departamento, Víctor Manuel Salcedo, “la situación del Valle del Cauca en conjunto hay que mirarla con cuidado. Hay condiciones de seguridad que preocupan, no solo por la COP, sino que deberían tenerse en cuenta para hacer una ofensiva militar para recuperar el territorio y tener el control de este. El Gobierno tiene que amarrarse los pantalones, montar inteligencia, judicializar a los capturados. Hay que aumentar los operativos y el pie de fuerza, y ojalá el Gobierno no siga con esa política blanda”.
Ya la Alcaldía de Cali anunció la llegada de 4.000 policías adicionales a los 6.000 que tienen habitualmente en Cali, que estarán llegando de manera progresiva a la ciudad desde la próxima semana y hasta octubre, sumados a 14 pelotones de las Fuerzas Militares que llegarán a la zona, marcada por ser un corredor del narcotráfico del Clan del Golfo y epicentro del accionar de grupos armados como las disidencias y el ELN.
Desde el sector político piden garantizar la seguridad en los hoteles, en los sitios donde estarán los escenarios, en los lugares turísticos y en las zonas de tránsito por donde se moverán los viajeros por asuntos tan sencillos como que los asistentes a ese evento internacional tienen que aterrizar en Palmira y desplazarse hasta Cali. “El Gobierno nacional es el llamado a liderar el orden público en Colombia. No se puede molestar porque le estamos pidiendo que lo lidere”, aseguró el representante Salcedo.
Hay otro ingrediente más en el catálogo de molestias. La Asociación de Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible (Asocar) ha señalado que no están teniendo en cuenta a estas entidades en la realización de la COP, pese a que han sido la mano derecha del Gobierno para estos asuntos en el Sistema Nacional Ambiental.
“Las CAR somos las que estamos en el territorio, hacemos las inversiones, conocemos los ecosistemas y hacemos el registro de la biodiversidad. Consideramos que es bastante complejo que vayamos a hacer acuerdos en materia de biodiversidad como país sin que nos hagan partícipes, que somos el brazo técnico”, sostuvo la presidenta de Asocar, Olga Lucía Alfonso.
Ella ya le pidió una cita a la ministra de Ambiente para hablar de la conferencia, pero la funcionaria no le ha respondido su solicitud, y por eso Alfonso, quien preside la CAR del Tolima, se ha dedicado a hacer llamados públicos a la ministra.
En todo caso, la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) tendrá un espacio en la Plazoleta San Francisco para mostrar 150 negocios verdes, tener su propia agenda académica y realizar actividades culturales, como una agenda paralela a la COP, porque todavía no están en el cronograma central del evento. Colombia solo fue confirmada como sede de la COP en diciembre de 2023, y el Gobierno decidió asumir la responsabilidad de programar ese evento en cuestión de diez meses, un reto logístico complejo que tiene al país como el epicentro de la discusión ambiental del mundo.