Hace semanas, SEMANA destapó un caso de presunta violencia racista contra una profesora y sus hijos en una institución educativa en Paya, Boyacá. Los hechos indignaron a todo el país, suscitando reacciones en rechazo de artistas, periodistas y personalidades políticas de origen afrocolombiano.
Sin embargo, la más indignada por el caso es la vicepresidenta Francia Márquez, quien, fiel a lo que prometió durante la campaña, es una mano amiga para la docente Kerlin Murillo, quien asegura haber sido testigo del abuso físico, psicológico y sexual contra sus dos pequeños hijos.
SEMANA conoció que, desde que llegó de un compromiso con Naciones Unidas en Suiza, la vicepresidenta ha estado en contacto telefónico constante con la docente. En medio del proceso de restablecimiento de derechos, Márquez ordenó el acompañamiento de un equipo de Vicepresidencia y le encomendó a Clemencia Carabalí, consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, responder a todas las necesidades de la familia.
El alojamiento y transporte de la familia en Bogotá es cubierto completamente por Vicepresidencia. Además, Murillo participa de eventos de la mano del Gobierno como el Encuentro Nacional de Movimientos de Mujeres y Feministas para la revisión de las bases del Plan Nacional de Desarrollo.
“Es muy humana, una mujer que está muy pendiente de todo. En primer lugar, del hospedaje y la atención de nosotros. De la estabilidad del núcleo familiar y tramitología para que, a través de su equipo de trabajo, se nos lleve a los lugares pertinentes en el tema de protección y restablecimiento de derechos”, contó Murillo, en diálogo con SEMANA, sobre sus interacciones con Francia Márquez.
Este contacto también le abrió puertas a la docente con Alejandro Gaviria, ministro de Educación, con quien están gestionando de forma prioritaria y personalizada el traslado de Murillo a otra institución educativa. Aún no decide a cuál se dirigirá, pero será un lugar donde se pueda garantizar su protección y la de su familia.
Lo que sufrieron los niños afro abusados sexualmente en Boyacá
El caso de la profesora Kerlin Murillo Mena y sus hijos conmocionó al país. Los entes disciplinarios y la Fiscalía General de la Nación han tomado cartas en el asunto, dado que la madre de los menores fue citada a la Procuraduría en Bogotá para rendir testimonio sobre lo ocurrido. A su vez, el ente acusador abrió tres investigaciones para esclarecer lo que sucedió en la Institución Educativa El Rosario, ubicada en el corregimiento de Morcote de Paya, Boyacá.
A pesar de que se conoció la denuncia de la profesora, el drama de la familia es mucho más grave de lo que parece. SEMANA conoció la violencia y los abusos sexuales que los menores han tenido que padecer con anterioridad. Además, Murillo detalla sus diagnósticos psiquiátricos, los cuales también han tenido un impacto en la vida de los menores.
Murillo relató ante la Procuraduría General de la Nación que los niños son abusados desde que el menor tenía dos años de edad, lo cual constató este medio con las historias clínicas de los niños.
El presunto responsable habría sido una expareja de Murillo, identificado como Loceth Lemos Rentería. “Todo esto ha deteriorado al más grande, todos estos sufrimientos. En el caso del menor, que apenas tenía dos años, era un bebé y no tenía ni idea”, narró la docente.