Pedro Adán Torres nació en San Basilio de Palenque, en el departamento de Bolívar. Desde pequeño sintió el rechazo de los demás por su color de piel y por las actividades que realizaba su familia como preparar y vender cocadas, un producto típico de esa región.
El primer rechazo lo sintió cuanto estaba en la primaria. Tuvo que salir de su pueblo a continuar el bachillerato en Galapa, Atlántico. Allí, su madre cocinaba las cocadas y él la acompañaba a venderlas.
Una vez fue inscrito en un colegio de ese municipio, dice que se sintió discriminado por su color de piel y porque los otros niños lo recriminaban porque olía a cocada. “Una niña que estaba al lado mío se levantó y dijo: ‘a mí no me sientan al lado de ese negro hediondo a cocada’”, contó Torres a SEMANA. Según dijo, el salón se sumó al reclamo y le empezaron a gritar: “Negrito vende cocada”.
A pesar del rechazo, dice que continuó vendiendo las cocadas junto a su familia hasta que terminó la primaria. En ese momento, quería regresar a Palenque, pero su abuela lo motivó a seguir estudiando, le dijo que tenía que seguir sus estudios porque iba a ser “doctor”. Él reconoce que no se veía como un profesional, ni consideraba alguna posibilidad de contar con estudios.
Otro de sus más grandes rechazos lo vivió en el bachillerato, cuando conoció a su primer amor, Marcela. “Cuando veía a esa pelada temblaba”, aseguró Torres. El enamoramiento duró hasta el momento en el que ella lo confrontó y le dijo: “Te pido el favor de que a partir de hoy no te dirijas a mí, porque qué esperanza tengo yo con un negro vende cocada”, contó Torres sobre lo que le señaló la muchacha.
En ese momento también pensó en desistir, pero, su abuela Tomasa, obstinada, lo seguía impulsando para que fuera doctor. “Será doctor de la cocada”, le respondía Pedro Adán.
En un evento cívico del colegio, un Día de la raza, le pidieron hacer un homenaje, por lo que decidió cantar: “Ay, yo vengo de Palenque, negra, yo no quiero que me digan nada”, junto a su tambor, representando su música palenquera.
Gracias a esa presentación, el colegio, junto a otros apoyos, decidieron darle una media beca para estudiar en la universidad. En un comienzo reconoce que no quería, porque no lo veía posible, pero se acordó de lo que le decía su abuela y decidió seguir adelante. Les dijo: “Yo quiero ser doctor”, pero les pidió una beca completa porque sabía que de lo contrario no podría costearse sus estudios.
Entró a estudiar derecho en la Corporación Universitaria de la Costa (CUC) en Barranquilla, pero tuvo que trasladarse a la Universidad Simón Bolívar. Mientras tanto, seguía vendiendo sus cocadas, pero no quería que nadie supiera en la universidad su actividad porque le avergonzaba. Recordaba el rechazo que ya había sentido en el colegio y no quería volver a repetirlo.
Sin embargo, un día que se presentó una fuerte lluvia en la ciudad y Pedro Adán tuvo que llegar allí con sus cocadas en la mano. En su mente, una voz le dijo que tenía que venderlas allí. Llegó al salón y de entrada el profesor le preguntó qué era lo que llevaba en la mano, él le ofreció una cocada, al igual que a todos sus compañeros. Se paró al frente de ellos y les dijo que las probaran, el profesor tomó la iniciativa y el salón le siguió la corriente. “Cuando la comieron les dije: a 150 pesos”, contó entre risas. “Ese día descubrí que las cocadas las podía vender en la universidad”, aseguró.
Después de eso siguió vendiendo las cocadas en la institución mientras estudiaba Derecho. Se graduó y estudió una especialización en Derecho Administrativo de la Universidad Libre de Barranquilla y una maestría en Derecho Administrativo en la Universidad Simón Bolívar.
Contar esos logros lo hace emocionarse al recordar lo que tuvo que vivir. “Me quebranto, pero fue una palabra que mi abuela me dio de decirme ‘tú puedes’ y he venido saltando barreras invisibles. Hoy yo quiero que los colombianos sepan que si Dios lo hizo conmigo lo puede hacer con ellos”, afirmó.
La primera vez que Pedro Adán Torres llegó a Bogotá fue tras haber organizado la primera lista de un movimiento político palenquero, tras un acuerdo con un consejo comunitario de Palenque. Lograron una amplia votación en las comunidades negras.
“Llegué al Consejo Nacional Electoral (CNE) a radicar los papeles para el partido político, no conocía a nadie. Eso fue en agosto de 2022″, contó. A los siguientes días lo citaron en el CNE de nuevo para anunciarle que le darían la personería jurídica por tratarse del primer partido político de origen palenquero en la historia del país, bajo el nombre de Partido Demócrata Colombiano.
Sin embargo, no sería una entrega tradicional. Desde el CNE decidieron hacer la ceremonia oficial en San Basilio de Palenque por tratarse de un acto emblemático. El hecho fue tan imponente que para el desplazamiento de los magistrados del tribunal electoral se tuvo que reforzar la seguridad en el municipio, como pocas veces ocurre.
“En una sesión solemne el 25 de agosto del año pasado entregaron la personería jurídica del partido que Dios me dio la posibilidad de fundar, después de vender cocadas”, relató Torres. Dice que lo considera uno de los hechos más históricos para su pueblo, después del título de Kid Pambele, el primer campeón de boxeo en Colombia.
Actualmente, el Partido Demócrata Colombiano tiene su sede principal en ese lugar, de hecho, allí celebrarán su segundo aniversario el próximo sábado 26 de agosto. Cuentan con una curul en la Cámara de Representantes con Ana Rogelia Monsalve. Tienen más de 4.000 militantes —más allá de palenqueros— y 2.974 candidatos para las elecciones regionales de este año.
A lo largo de país han logrado avalar a candidatos de relevancia. Por ejemplo, en el caso de Bogotá, coavalaron a Rodrigo Lara. En Cundinamarca respaldan a Jorge Emilio Rey a través de una coalición. Según dijo Torres, todos los suscritos a su colectividad también se someten a los reglamentos de la comunidad palenquera. Igualmente, el partido tiene una lista importante a la Asamblea de Cundinamarca, como sucede en otras regiones en donde tienen candidatos.
Torres dice que no tienen una orientación política marcada, ni son de derecha ni de izquierda, pero que sí tienen algunos principios. Por ejemplo, defienden la vida del que está por nacer, es decir, que no está de acuerdo con el aborto hasta la semana 24, aunque reconoce que son importantes las tres causales que había establecido la Corte Constitucional.
Pedro Adán es cristiano, pero reconoce la diversidad sexual, incluso hay un miembro del partido de la comunidad LGBTI. Además, dice que cree en la libertad de prensa y están de acuerdo con la libre empresa.
Uno de los principales retos que tiene actualmente Torres y su colectividad es blindarla de cualquier escándalo o hechos de corrupción. Reconoce que le ha tenido decir que no a muchos que se han acercado a pedir el respaldo.
Hasta ahora el partido político comienza su camino y tiene el difícil reto de mantenerse y ganar representatividad, sin embargo, Torres es optimista precisamente por como se le ha presentado todo en la vida, y como siempre le dijo su abuela, que todo era posible.