La representante a la Cámara por el Nuevo Liberalismo, Julia Miranda, fue una de las congresistas independientes que alzó la voz contra la reforma a la salud del Gobierno de Gustavo Petro.
Miranda es la única legisladora de esa colectividad que estuvo en el empalme a la Alcaldía de Carlos Fernando Galán en Bogotá y está a semanas de asumir la tarea legislativa más retadora de su agenda: buscar la prohibición a rajatabla del fracking en Colombia.
Estos son sus apuntes sobre las reformas del Gobierno y lo que se viene para la agenda pública ambiental del país.
SEMANA: ¿Qué balance hace de este año legislativo?
Julia Miranda (J. M.): Como primípara en el Congreso, me ha parecido apasionante sacar los temas más importantes de este país y acompañada de un equipo muy bueno académicamente. Sin duda, uno de los temas más importantes fue la reforma a la salud, que se tomó tantos meses de debate en el Congreso, donde pudimos participar activamente. El resultado al final no es el que esperábamos, pues queríamos lograr mayores cambios en el proyecto, porque estamos de acuerdo con el Gobierno en que se necesita una reforma a la salud, pero que esta tiene muchos problemas.
SEMANA: Usted señala que hubo cosas que no quedaron como quería. ¿Cuál es el mensaje al Senado sobre qué puntos tiene que revisar con lupa e intentar cambiar el articulado de la reforma a la salud?
J. M.: Va a ser un importante diálogo con el Senado, porque a lo largo de estos meses nosotros pudimos entender en profundidad los problemas de la reforma, porque hablamos además con todos los actores, hablamos con los pacientes, con los médicos, con la academia, con las universidades, con las EPS y los economistas. Hay varias alertas que ya hemos empezado a remitirles a los senadores.
SEMANA: ¿Cuáles?
J. M.: Vemos que hay muchas alertas. Por ejemplo, todo lo que significa la transformación de las entidades promotoras de salud, las EPS, a Gestores de Salud y Vida. ¿Cuál va a ser el rol de ellas en el sistema de salud? Las EPS hasta ahora han sido las que han permitido el aseguramiento de los pacientes porque responden por ellos a lo largo de toda la cadena de prestadores del servicio de salud. Aquí no está claro quién tendrá esa tarea, está totalmente difuminado entre si es de los CAPS, la Adres o es la Gestora de Salud y Vida, o es el prestador. Esa pregunta se la hicimos muchas veces al Gobierno y no hubo una respuesta contundente. Si un paciente necesita presentar una tutela, porque no lo atienden, como es el caso hoy, ¿a quién se la presenta? Esa falta de aseguramiento del paciente nos preocupa.
Hoy el sistema está desfinanciado, la UPC está desfinanciada y a eso hay que sumarle los presupuestos máximos, que es lo que no está incluido ahí, hoy en déficit. ¿Cómo van a financiar totalmente la prestación del servicio de salud, que es un derecho fundamental? Sabemos que la Adres, con ese sistema presentado en el proyecto de ley, se lo gira directamente a las IPS. Estamos de acuerdo con eso. Pero, ¿cómo van a financiar lo que hoy está desfinanciado? No hay un solo instrumento financiero. Y el concepto de Hacienda, por el contrario, dice que va a estar desfinanciado hasta el año 2027. Esta es una alerta muy grande. El Gobierno sostiene que va a reducirse el gasto de la salud, pero realmente en ningún país del mundo se reduce. Están presumiendo que por una atención preventiva la gente se va a enfermar menos y no tienen en cuenta el aumento de la población.
Además, disminuyen los controles del pago de las cuentas, y esto es otra superalerta porque los expertos dicen que eso va a permitir un desbordamiento en el gasto de la salud. No hay quién controle si es pertinente o no un medicamento o un tratamiento. Eso va a conducir a que la plata de la salud se acabe muy pronto en el año y a que haya una emergencia de la salud.
SEMANA: Como congresista independiente, ¿cómo califica la interlocución de los ministros encargados de las reformas con el Congreso? ¿Los ministros han escuchado las voces que no son de los partidos de Gobierno? O, por el contrario, ¿han hecho de un lado los comentarios que ustedes han hecho?
J. M.: La interlocución con los ministros, para nosotros los que no somos de partidos de Gobierno, es supremamente imposible. No nos aceptan las recomendaciones que son hechas de buena fe, tratando de mejorar los proyectos y sin pedir absolutamente nada a cambio. Nada. Solamente con el ánimo de hacer el trabajo responsable.
SEMANA: ¿Cómo ve el clima político en el Congreso para este nuevo año en el debate de las reformas? ¿Se volverán a aplazar por recusaciones y falta de cuórum?
J. M.: Nosotros lo que esperamos es que el Gobierno esté más abierto al diálogo, a aceptar sugerencias, a mediar en las diferentes visiones. Vienen reformas supremamente importantes para el país como la laboral, la ley estatutaria de la educación, la reforma pensional, nos anuncian también un código minero y una reforma a los servicios públicos. Lo que esperamos es poder tener una mejor interlocución, que haya una amplitud para recibir los argumentos y el pensamiento de diferentes ideologías. Sin duda, todos estamos buscando lo mejor para el país, ojalá que abran un poquito la posibilidad de que se vaya más hacia el centro las posiciones para lograr reformas equilibradas.
SEMANA: Usted está por asumir una bandera importante: la prohibición del ‘fracking’ en Colombia. ¿Cuáles son las banderas de ese articulado?
J. M.: El fracking en un país como Colombia pone especialmente en riesgo a la biodiversidad. Hacen comparaciones de que Ecopetrol, por ejemplo, está haciendo fracking en California o en otros sitios se ha hecho. Yo lo que he dicho y se sostiene por el respaldo técnico y científico es que Colombia es el país más megadiverso del planeta. No hay otro como Colombia. Entonces, cuando nos hablan de los mejores estándares a nivel internacional, pues en Colombia esos no son suficientes.
En Colombia la transición energética sí debe dar los recursos como petróleo y gas en un mediano y largo plazo, nuestro énfasis debe estar en parar la deforestación y evitar el cambio de uso del suelo. Esos son nuestros dos mayores aportes a la crisis climática. El uso del petróleo y el gas va a ir disminuyéndose en el tiempo, pero Colombia no debe invertir recursos económicos en hacer pilotos de fracking para sacar más petróleo, mirando a ver cómo hacemos el menor daño posible cuando es totalmente el daño que se hará aquí a los ecosistemas.
SEMANA: ¿Cómo sería esa transición, entonces, para dejar de hacer los pilotos de ‘fracking’ en Colombia?
J. M.: No. Es que nuestro articulado es la prohibición del fracking en Colombia.
SEMANA: ¿Pero con un tiempo de transición o para que a partir de una fecha no vaya a haber más ‘fracking’?
J. M.: No. La transición es para los combustibles fósiles y de gas en un mediano y largo plazo. La tecnología de fracking implica un fracturamiento, esa inundación de agua, esa posible contaminación de agua, de pozos subterráneos; una afectación a la biodiversidad, al agua, a los ecosistemas, esa es la que estamos diciendo que en Colombia no debería desarrollarse. Que lo que se invertiría en esos pilotos para ver cómo se debe hacer causando el menor impacto posible se utilice más bien en inversiones para desarrollar energías sostenibles y renovables.
SEMANA: El Nuevo Liberalismo será gobierno en Bogotá en dos semanas. ¿Usted va a seguir como congresista o va a ser parte de la administración de Carlos Fernando Galán?
J. M.: No, yo acepté muy feliz la invitación de Carlos Fernando Galán a ayudarle en el empalme en dos sectores que conozco, que trabajé en Bogotá, que son el sector hábitat y ambiente. Fueron diez entidades en las que hicimos un ejercicio muy serio de empalme de recibir información. Realmente, fue muy interesante y apasionante. Ya entregamos nuestros informes. Mi responsabilidad es con el Congreso, con las personas que me eligieron y con la gente que me ayudó. Y con la tarea que estoy desarrollando en el Congreso, de manera que no, además, eso nunca se habló con el alcalde electo, jamás lo mencionó él, sino ese apoyo en el que me sentí muy contenta de poder apoyar.