Luego de que se abriera una luz de esperanza en el Gobierno, la reforma a la salud volvió a entrar en estado agónico. El Partido Liberal, la U y los liberales se le pararon en la raya al Gobierno porque no les incluyó la mayoría de propuestas que habían hecho y anunciaron que, si el Ejecutivo no cede, votarán en contra la iniciativa.
SEMANA conoció que fue la propia ministra de Salud, Carolina Corcho, la que le dejó saber a los partidos políticos que no va a incluir ningún cambio en la reforma. Por esta razón, congresistas de la Comisión Séptima que habían pensado votar favorablemente el articulado, podrían ya votar negativamente a esa iniciativa.
Esta decisión de Corcho va en contravía de lo que había dicho el ministro del Interior, Alfonso Prada, quien se había mostrado dispuesto a incluir varias de las propuestas de los partidos con el fin de lograr el apoyo de estas colectividades.
¿Qué está pasando en el Gobierno? Si bien no ha habido algún pronunciamiento concreto desde la Casa de Nariño, el presidente del Congreso, Roy Barreras, principal operador político de la administración de Gustavo Petro en el Legislativo, entregó una explicación de lo que está sucediendo y aseguró que esto no debe “sorprender”.
“No deben sorprender las diferencias de método y orientación entre el ministro Alfonso Prada y la ministra Corcho. Son normales. ministro del Interior, Alfonso Prada, que hace bien un esfuerzo enorme por concertar, es un liberal social demócrata y representa a quienes creemos en la democracia representativa liberal; la ministra Corcho (legítimamente) representa unos sectores de izquierda dura que creen en la democracia directa i-liberal o no-liberal”, indicó el senador del Pacto Histórico.
No obstante, Barreras no se mostró preocupado y apuntó que en campaña “convivimos y construimos juntos el triunfo las dos tendencias”.
“El Pacto Histórico es entonces una coalición de centro-izquierda. Lo ideal y funcional es que las dos tendencias se reflejen también en el Gobierno construyendo reformas y transiciones concertadas y no extremas”, manifestó el presidente del Congreso.
Desde que se presentó por primera vez la reforma, que busca acabar con las EPS y eliminar el rol de aseguramiento sobre el cual se ha fundado el sistema, numerosas críticas y advertencias han salido a flote.
Esto llevó a que el Gobierno, ya con la reforma casi hundida políticamente y con Alejandro Gaviria fuera del gabinete por haberse declarado en contra de la iniciativa, comenzara a dialogar con los partidos políticos para intentar salvarla.
En principio, se creía que ese dialogo provocaría que el texto se matizara, cosa que finalmente no sucedió. El exministro Gaviria resumió lo que está pasando de manera concluyente: “La ponencia de la reforma a la salud es peor que el proyecto original”.
El exfuncionario, quien estuvo a cargo de esa cartera por seis años en el gobierno Santos, aseguró que el proyecto no solo no mejora los problemas del sistema, sino que los agrava.
Pero el miércoles en la tarde, un peso pesado también se rebeló y aseguró que presentaría una reforma estatutaria por el liberalismo.
En un comunicado, el expresidente Gaviria señaló: “La ministra ha hecho una caracterización del sistema completamente ajena a la realidad. Se desconoce el origen y la calidad en ciertos análisis y datos que ha suministrado y sus comparaciones son bastante enrevesadas. Salvo por los significativos recursos para invertir en prevención, que no conocemos ninguna cifra del Ministerio de Hacienda, es poco lo que nos ofrecen en sus propuestas”.
Por ahora, se cree que esta iniciativa puede tener incluso más chance en ser aprobada que la del Gobierno. La gran ventaja que tendría el proyecto del liberalismo es que se radica como ley estatutaria. Como se recordará, la ministra Carolina Corcho se empeñó en presentar su iniciativa como ley ordinaria, de modo tal que necesitara menos debates, mayorías más sencillas y que pudiera comenzar por la comisión séptima donde el gobierno le queda más fácil alcanzar mayorías.
Pero para los expertos jurídicos es claro que una reforma a la salud, al tocar tantos derechos fundamentales debería ser una ley estatutaria por lo cual muchos anticipan que aún en el caso de que la reforma sea aprobada se caerá en la Corte Constitucional.