La ministra de Salud, Carolina Corcho, es la gran derrotada de la reforma al sector. El proyecto vive momentos cruciales y el próximo martes, a las 8.00 a. m., en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, se sabrá si continúa su trámite o se archiva.
La decisión del presidente Gustavo Petro de sacar a varios de los viceministros que representan al Partido Liberal, La U y el Partido Conservador parece ser el golpe final. SEMANA conoció que el pasado jueves, en horas de la noche, varios de los viceministros de distintas carteras recibieron la notificación de la solicitud de la renuncia protocolaria.
El anuncio involucra a los viceministros de Transporte, Carlos Eduardo Enríquez y María Constanza García, del Partido Conservador; los de las TIC, Sergio Octavio Valdés y Nohora Mercado, de La U; y los de Vivienda del Partido Liberal Felipe Arbouin y Aníbal José Pérez.
La decisión tomó por sorpresa a los funcionarios y se mostraron molestos y decepcionados. A los miembros y líderes del Partido Liberal, Partido Conservador y Partido de la U también les impactó.
De hecho, decidieron no pronunciarse públicamente hasta tanto no decidan en una reunión de bancada cuál será su futuro con el Gobierno. El martes cada una de las tres bancadas tendrá reuniones por aparte y con la presencia de sus líderes. Allí se espera que se tomen decisiones de fondo. Por ahora, tienen claro que se trata de un mensaje como retaliación a sus líneas rojas en la reforma a la salud; sin embargo, consideran que de esa forma no se solucionarán las grandes grietas en la coalición de gobierno.
Más allá de ese hecho, en el debate que se dará el próximo martes en el Congreso, los tres partidos esperan que sean acogidas las 133 proposiciones que presentaron desde un comienzo. No obstante, hasta el momento ese objetivo no se había logrado.
La ministra Corcho pierde en cualquiera de los escenarios. Si decide no recoger esas recomendaciones, verá que su propuesta naufraga. Pero si las incorpora, su proyecto habrá cambiado sustancialmente. “Si finalmente no es para hacer un cambio, no tiene sentido un esfuerzo desde el punto de vista del Gobierno y el Legislativo”, aseguró la ministra en un foro de la Andi.
Esta semana el proyecto sufrió un largo tire y afloje. El jueves, los directores de los tres partidos tradicionales, Dilian Francisca Toro (La U), Efraín Cepeda (Conservador) y César Gaviria (Liberal) le volvieron a dar un portazo a la iniciativa y a la ponencia. Reclamaron que no se hicieron los cambios solicitados y el desgaste se hizo evidente. “No vuelvo a asistir a más reuniones, ¿para qué?”, aseguró Cepeda.
Algunos se quejan de la terquedad de la ministra Corcho para hacer los cambios y señalan que, en las reuniones, solo les comparten borradores que no los terminan de convencer. Ese ultimátum de los partidos tradicionales tendría como fecha de vencimiento el próximo martes cuando se discuta la ponencia en la Comisión Séptima de la Cámara.
El debate se iba a realizar el pasado jueves pero fue aplazado. El presidente de la Comisión Séptima de la Cámara, Agmeth Escaf (Pacto Histórico), anunció que tomó la decisión para dar un espacio con el fin de que se estudien las proposiciones de los partidos. Sin embargo, la oposición lo vio como un pequeño triunfo. “Se le notificó que si insistía en citar no íbamos a hacerle quórum”, aseguró el congresista Andrés Forero, del Centro Democrático.
También había generado una alerta que el presidente de la Cámara, David Racero, anunciara que el proyecto podría quedar aprobado en su primer debate entre el miércoles y jueves. La oposición afirmó que no permitirían que se ‘pupitreara’ el proyecto.
El panorama es adverso para el Gobierno. Mientras los tres partidos han expresado que si no se hacen las modificaciones votarán negativamente, la ministra Corcho no está dispuesta a ceder y no es claro a qué está jugando. Algunos consideran que recurre a la misma estrategia: aparentar que hay concertación y, al final, no tener en cuenta las recomendaciones.
Cepeda reclamó porque solo se ha acogido alrededor del 30 % de las 133 proposiciones presentadas. Adicionalmente, sigue habiendo temas inamovibles para las bancadas que la ministra no quiere cambiar.
Por ejemplo, de 95 recomendaciones hechas sobre temas sensibles solo se habían aceptado 19, es decir, menos del 20 %.
Se trata de puntos relacionados con las tres grandes líneas rojas que han planteado los partidos: salvaguardar un modelo mixto, que haya libre elección del ciudadano de la gestora de salud (EPS) y eliminar los fondos regionales, porque consideran que le abriría la puerta a más burocracia.
El Partido Liberal expresó las mismas líneas rojas y se ha mantenido con la posición de las otras dos colectividades. Sin embargo, van más allá. SEMANA conoció que la colectividad liderada por el expresidente César Gaviria jugará a tres bandas. Además de la posición conjunta con La U y los conservadores, tienen lista una ponencia alternativa de 65 artículos que sería presentada el próximo martes en la Comisión Séptima cuando arranque el debate. El abanderado para radicarla será el representante Germán Rozo, quien estuvo con Corcho en Arauca en la correría de la ministra que generó polémica. Eso quiere decir que el pulso se lo habría ganado el expresidente Gaviria al Gobierno y que el congresista se alineará con el partido.
En tercer lugar, en el Partido Liberal ya tienen listo el borrador de un proyecto de reforma a la salud que se presentará en la Comisión Primera, como ley estatutaria, en caso de que fracase la reforma del Gobierno. Allí se recogerían artículos del proyecto del Gobierno pero se integraría el modelo mixto, la libre elección y no habría fondos regionales. “Creemos que las EPS tienen que regularse, que hay problemas, pero no creemos que la solución sea arrasar con el sistema”, afirmó el senador liberal Juan Pablo Gallo.
Las cuentas parecen estar claras. El Gobierno sabe que tiene los votos de cuatro miembros del Pacto Histórico, dos de la Alianza Verde, uno de los Comunes y dos de las curules de paz. Los cuatro congresistas del Partido Liberal seguirían el lineamiento de Gaviria y actuarían bajo la Ley de bancadas, lo mismo que los integrantes del Partido Conservador y de La U. Cambio Radical y Centro Democrático votarían negativo.
En el caso de los congresistas Gerardo Yepes (Partido Conservador) y Camilo Ávila (Partido de la U), que firmaron la ponencia que fue radicada el viernes antes de la Semana Santa, esta vez el costo de no alinearse con las decisiones de la colectividad sería a otro precio que, según la Ley de Bancadas, podría ir desde la pérdida temporal del voto hasta la expulsión del partido o la pérdida de la curul.
Cepeda le dijo a SEMANA que no se llegará a ese escenario y que tanto Yepes como el representante Jorge Alexander Quevedo, integrantes de esa comisión, seguirán los lineamientos del partido. “Se tomó una decisión de bancadas y es obligatoria, no hay manera de hablar de sanciones”, aseguró el presidente del Partido Conservador.
En el caso de Ávila, de La U, estaría en el mismo escenario, por lo que deberá cumplir lo que determine el partido. Hasta el momento, la decisión en la colectividad es que si no se acogen las proposiciones en su totalidad, no respaldarán la reforma. Así lo confirmó el otro integrante de la comisión, el representante Víctor Manuel Salcedo. “La participación de nosotros en la Comisión Séptima será bajo la orientación de la bancada”, aseguró. “La ministra dice que es solamente un borrador y que está trabajando en las proposiciones, vamos a ver. Tiene que ajustar porque, si no, no hay ley. Votaríamos negativamente. Esperemos que se entiendan las cosas”, le dijo Dilian Francisca Toro a SEMANA.
La única manera en la que la reforma a la salud podría prosperar este martes es que la ministra Corcho y su equipo hagan las modificaciones que solicitan La U, el Partido Conservador y los liberales.
Por ahora, los presidentes de los partidos no tienen programadas más reuniones con el Gobierno para hablar de la propuesta, aunque el ministro del Interior, Alfonso Prada, ha venido insistiendo en esa posibilidad. El vocero del Gobierno tampoco se ha quedado quieto y ha buscado llegar a acuerdos, sin embargo, la pelota está del lado de Corcho y deberá ser ella quien decida si prefiere que se hunda la reforma o cede en varios de los puntos con los que no está de acuerdo.
De todas maneras, con el anuncio sobre los ministros, el debate podría ser a otro precio, mientras que el Gobierno pasa por un mal momento en su relación con el Congreso.