La reforma política, uno de los proyectos prioritarios para el Gobierno Nacional, sufrió este martes un nuevo traspiés, pero esta vez no se debió a alguna ‘jugadita’ de alguno de los partidos sino a una novatada de los ponentes.

El hecho se dio justo en medio de la sesión de la plenaria de la Cámara, en la que los congresistas se aprestaban a darle el cuatro de ocho debates a esta iniciativa . Sin embargo, cuando estaba todo listo para iniciar la discusión y el Gobierno ya estaba en el recinto para impulsar su propuesta, desde Cambio Radical advirtieron que había un error en la ponencia, que es el texto base a partir del cual se inicia la discusión.

Resulta que al momento de construir la ponencia, los congresistas designados para ello olvidaron incluir un cuadro con las propuestas discutidas y rechazadas en el anterior debate, es decir en la discusión de la Comisión Primera.

Si bien esto puede parecer un meramente de trámite, es una violación flagrante del artículo 175 de la ley 5 de 1992, que es la que contiene el reglamento del Congreso.

“Contenido de la ponencia: en el informe a la Cámara Plena para segundo debate, el ponente deberá consignar la totalidad de las propuestas que fueron consideradas por la Comisión y las razones que determinaron su rechazo. La omisión de este requisito imposibilitará a la Cámara respectiva la consideración del proyecto hasta cuando sea llenada la omisión”, indica el artículo 175 de la mencionada ley.

Esto obligó a la Cámara de Representantes a aplazar el debate con el fin de corregir este error, lo que retrasa el calendario que tenía el Gobierno.

SEMANA conoció el texto de la ponencia de esta reforma, en la que queda en evidencia que se revivieron ‘perlas’ que ya habían sido eliminadas en debates anteriores.

Uno de los asuntos más controversiales que había sido hundido pero fue revivido ahora para el debate en la Cámara es el que disminuye la edad mínima para ser congresista. Actualmente, la Constitución señala que entre los requisitos para ser congresista está el límite de edad. Para los representantes a la Cámara es a partir de los 25 años y para los senadores desde los 30 años.

Sin embargo, en el texto que entra en discusión en la plenaria de la Cámara, se estableció en 25 años el requisito de edad para ser senador, es decir cinco años menos de lo que está actualmente, y para ser representante a la Cámara únicamente se exige “ser ciudadano en ejercicio”, es decir, desde los 18 años, que es cuando el ciudadano adquiere la plenitud de derechos y deberes.

Esta es una propuesta que es defendida directamente por el Gobierno. De hecho, hace menos de una semana el ministro del Interior, Alfonso Prada, les advirtió a los congresistas que al dejar por fuera esta propuesta se estaría cercenando el derecho de los jóvenes a participar de los escenarios democráticos.

La polémica también correrá por cuenta del artículo que establece el voto obligatorio en Colombia. A pesar de que la propuesta había sido archivada en el anterior debate, los ponentes insistieron en volverla a proponer.

Por un lado, hay voces que ven en esta figura una de las maneras de combatir el abstencionismo, el cual puede estar entre el 50 y el 60 % de los ciudadanos, dependiendo del proceso electoral que se cumpla.

No obstante, en la otra orilla, hay quienes piensan que abstenerse de votar también es una posición política válida y que el elector tiene el derecho a acudir a ella si no está conforme con los candidatos que se presentan en las elecciones, ya sean legislativas, presidenciales o locales.

El texto también contiene el que es tal vez el asunto más controversial de esta reforma: los congresistas saltar a ser ministros sin tener ninguna restricción. Actualmente, la ley prohíbe esta puerta giratoria.