El documento que presentó el uribismo este domingo y que fue una respuesta al informe de la Comisión de la Verdad sobre lo sucedido en el conflicto armado en Colombia dejó varias reflexiones en la opinión pública, entre ellas una nueva versión del expresidente y jefe máximo del Centro Democrático, Álvaro Uribe, sobre los falsos positivos que se presentaron durante su administración (2002-2010).
Desde que se presentó el informe oficial de la Comisión de la Verdad, uno de los componentes del acuerdo de paz firmado con las Farc, el uribismo criticó algunos de sus apartes y anunció la elaboración de su versión, la cual, según el mismo documento, sigue “en construcción”.
Uribe tuvo un encuentro con el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, y con varios comisionados el 16 de agosto del año pasado, en el cual les entregó su versión de lo que había sucedido en el conflicto en Colombia.
En varios apartes del documento presentado este domingo, el cual está en primera persona y parece ser un testimonio del exmandatario, Uribe dice que esa instancia faltó “a la verdad en varios casos” y que ese escrito espera “reiterar puntos de vista ante la ciudadanía, además por la circunstancia de haber sido testigo de excepción en varios de estos eventos”.
Uno de los temas que más ha llamado la atención es la parte de los falsos positivos o asesinatos extrajudiciales que se cometieron por parte de algunos integrantes de la fuerza pública durante los años en los que Uribe gobernó el país.
En este sentido, el expresidente afirma que la Comisión de la Verdad “asigna la responsabilidad institucional al Ejército, cuando muchos de sus integrantes fueron puestos presos por tales delitos antes del Acuerdo de La Habana”, y dice que “el mismo Ejército adelantó investigaciones e hizo denuncias. No se puede confundir la institución con conductas de personas vinculadas”.
Uribe destaca que aunque “el asesinato de una persona es grave, repudiable, llama la atención la diferencia en las cifras sobre estos asesinatos entre la Fiscalía General, el Observatorio de la Memoria y el Conflicto (OMC) del Centro Nacional de Memoria Histórica y las de unas ONGS, en su mayoría de línea ideológica adversa a la Seguridad Democrática, sin suficientes elementos de acreditación de hechos, que infortunadamente la JEP acogió en una declaración política e impropia de un órgano de justicia”.
“La Comisión de la Verdad omitió examinar actividades criminales comunes entre integrantes de la Fuerza Pública y personas que aparecieron asesinados en el doloroso capítulo de estos falsos positivos. Si bien no hay que revictimizar familias, el análisis de estos hechos habría resultado necesario para la verdad. Y no se habría requerido revelar nombres con el fin de no revivir dolores de los seres queridos”, afirmó el exmandatario.
Y dice, además, que “en las Fuerzas Armadas circula la versión privada, que no sostienen en público, según la cual muchos falsos positivos se dieron sobre personas que estaban en grupos ilegales y se hacían pasar por inocentes. A la Comisión no le interesó investigar el tema”.
Y lanza una nueva tesis: “Los falsos positivos parecieron una estrategia para deshonrar la Seguridad Democrática y afectar a un Gobierno que había conquistado cariño popular. Incluso el nombre daría la impresión de haber sido concebido por las mentes maliciosas de quienes debieron gozar con la tragedia que desacreditaba a nuestro Gobierno y a nuestras Fuerzas Armadas”.
Luego de hablar de lo que considera el “origen antidemocrático de la Comisión de la Verdad” y del triunfo del ‘No’ en el plebiscito en el que se votó para la validez del acuerdo de paz con las Farc, hace seis años, Uribe profundiza en asuntos como, por ejemplo, el papel de las Fuerzas Armadas frente al acuerdo suscrito con las Farc.
Según él, “lo que no analiza la Comisión de la Verdad es que el Acuerdo de La Habana puso a nuestras Fuerzas Armadas democráticas de igual a igual con quienes cometían actos terroristas, pero finalmente quedaron en desventaja”.
“Digo lo anterior porque a ambos se les exige reconocer delitos para estar en libertad o para tener sanciones alternativas y simbólicas. Sin embargo, para el integrante de las Farc reconocer un delito es aceptar lo que era su deber ser, para el miembro de las Fuerzas Armadas aceptar un delito es confesar que violó la ley, que actuó en contra de su deber ser. Y esto es muy grave para nuestra democracia porque al miembro de las Fuerzas Armadas le duele perder su libertad y su familia lo quiere en casa, para lo cual, un posible ignominioso camino es aceptar el delito así no lo hubiera cometido”, dice.
Y, como comentarios generales, el exmandatario afirma que la Comisión de la Verdad “ha producido como titular de su obra la frase “El Estado es el responsable” y que “eso es nada más y nada menos que la justificación de la violencia, el terrorismo, el asesinato, el secuestro, las violaciones, el reclutamiento de menores, las destrucciones, el atraso y la pobreza de todos los años por actuación de grupos violentos”.
Uribe hace una descripción de diferentes gobiernos y sus políticas para combatir los grupos armados ilegales y afirma que varios de ellos recibieron críticas de la opinión pública por sus políticas para conseguir la paz en el país.
“El presidente Duque recibió una bofetada a su interés en continuar negociaciones con el ELN cuando esta guerrilla realizó el criminal ataque terrorista contra la Escuela de Cadetes de la Policía en enero de 2019, con lo que ese proceso se interrumpió. Sin embargo, toda la presión de las fuerzas opositoras y de las ONG sesgadas, atribuían la culpa de ese fracaso, no al terrorismo del ELN, sino a la supuesta intransigencia del presidente Duque”, afirmó.
La respuesta del exmandatario al informe de la Comisión de la Verdad sobre el conflicto en Colombia se conoció en momentos en los cuales el actual Gobierno avanza en la llamada ‘paz total’, la cual no parece tener una ruta clara para conseguir el fin definitivo de todas las fuentes de violencia que hay en el territorio colombiano.