La ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, tiene claro que está en la mira de la justicia por presunto tráfico de influencias porque aprovechó su poder como funcionaria del Gobierno nacional para burlar los controles de Migración y sacar a sus dos hijos menores de edad del país rumbo a España en enero de 2023.
El tema es aparentemente minúsculo para quienes creen que Vélez ha debido salir del cargo por otras metidas de pata que, incluso, dispararon el precio del dólar en su momento, como lo reconoció el exministro de Hacienda, José Antonio Ocampo. No obstante, este no es un tema menor para el fiscal, Francisco Barbosa, y la procuradora, Margarita Cabello, que le aperturaron proceso penal y disciplinario por tráfico de influencias a la alta funcionaria.
Por eso, en la carta de renuncia de cuatro páginas que radicó en la Casa de Nariño este miércoles 19 de julio, Vélez desplegó una especie de proclama donde inicialmente planteó sus 35 principales logros durante sus 11 meses en el gobierno de Gustavo Petro. Y, posteriormente, explicó que su salida del cargo busca que las posibles decisiones judiciales en su contra no salpiquen la Casa de Nariño.
“Decido apartarme del cargo de ministra para evitar que las investigaciones en mi contra interfieran con la ejecución del programa de gobierno. Estaré siempre presta a responder a las autoridades cuando así lo requieran”, dijo.
“Nuestros logros en ejecución nos permiten mirar estos 11 meses de gobierno con la esperanza de transformaciones reales: ¡Estamos cumpliendo!”, se lee en la misiva.
Vélez agradeció la confianza al presidente, un líder que se la jugó en varias oportunidades por sostenerla en el cargo, pese al desgaste que sufrió su gobierno con las salidas en falso de la ministra. “Gracias por permitirme liderar un sector históricamente etnocéntrico y patriarcal”, expresó.
“Nadie dijo que el cambio sería fácil, pero ni los ataques, ni las burlas lograrán distraernos de lo importante, ni arrebatarnos nuestras luchas, ni hacer claudicar nuestras banderas de justicia y dignidad”, añadió.
Agregó que “han buscado desmoralizarnos y deslegitimarnos para evitar que cambiemos las estructuras de poder dominantes y rompamos los círculos excluyentes de acumulación que nos han sumido en la pobreza y la violencia”.
Pero, según Vélez, “somos semillas, somos paridad, antirracismo, progresismo y transición. Antes que perder la esperanza, hoy la invitación es a seguir impulsando y materializando las transformaciones profundas que la ‘paz total’ nos demanda”.
Anunció en su carta de renuncia que, desde cualquier posición en que se encuentre, “mi convicción seguirá siendo aportar y acompañar las justas luchas populares y materializar los compromisos de transformación que nuestro programa establece, siempre con la gente y para la gente, siempre desde los territorios que hacen a Colombia potencia de la vida”.
Al publicar su carta, la funcionaria escribió en su cuenta de Twitter: “Nadie dijo que el cambio sería fácil, pero aquí nadie se rinde. ¡Fuerza Pueblo!”.
SEMANA conoció que la salida de Irene Vélez de su cargo fue acordada con el presidente Gustavo Petro desde Bélgica. Por eso, la filósofa decidió adelantar su vuelo a Colombia y regresar desde Europa a Bogotá este miércoles 18 de julio y preparar su salida del ministerio.
Esta no será el único movimiento presidencial. Desde los pasillos de la Casa de Nariño se rumoran nuevos ajustes ministeriales en los próximos días.