Tras su elección, el presidente electo, Juan Manuel Santos, ha dado muestras de una diferenciación en su modelo de Gobierno con el del presidente Álvaro Uribe. El nombramiento de técnicos –antes que políticos– en ministerios clave como el de Hacienda, el de Transporte y el de Relaciones Exteriores comienzan a marcar el tono de una nueva era. La semana pasada Santos dijo en el programa de televisión El Radar que su gobierno no sería ni uribista ni antiuribista, ni liberal ni conservador, sino de ‘Tercera Vía’. El concepto alude a una visión de la economía alternativa, entre el neoliberalismo y un fuerte intervencionismo del Estado. En palabras del propio Santos, la Tercera Vía se resume en dos frases: “el mercado hasta donde sea posible, el Estado hasta donde sea necesario”. Para el caso colombiano, según algunos analistas, la propuesta de tercera vía de Santos además de atemperar la polarización política, busca impactar la economía. “Si uno lee el discurso de Santos con atención, advierte que su propuesta está orientada a una redistribución de los recursos, dirigida a los más pobres, pero no asistencialista, sino con educación y que cree empleo”, explicó a Semana.com el politólogo Fernando Giraldo. Para Santos, la Tercera Vía “es una propuesta pragmática que toma lo mejor de los gobiernos liberales (estatistas) o conservadores (que abogan por el libre mercado), pero al margen de las ideologías”, explicó el ex dirigente liberal Rodrigo Rivera, quien fue el gerente de la campaña de Santos. Según contó Rivera a Semana.com, en una conversación que tuvo con Santos, después de hablar de la manera como algunos países han logrado crecer económicamente, surgió la pregunta: ¿Eso con qué ideología se logra? La repuesta fue: “Pragmatismo con valores”. “Santos es obsesionado con los resultados. Y una propuesta de Tercera Vía requiere un sentido práctico para aplicar la sabiduría de una medida en un momento en que se necesita, y desecharla cuando ya no”, agregó Rivera. En ese sentido, la apuesta de Santos tiene como objetivo hacer más transparente la acción del Estado, pero también hacerla más eficiente. Un ejemplo del pragmatismo de Santos fue su anuncio de que resucitará los ministerios de Vivienda, de Justicia y de Trabajo. Con estas carteras va a poder atender específicamente cada uno de esos temas de manera independiente. Uno de los temas en los que se pondrá a prueba la Tercera Vía, según la explicación de Rivera, es la propuesta de reforma al régimen de regalías. Por un lado está la convicción ideológica de que es mejor que las regiones tengan autonomía, sean independientes, pero por el otro está el deber del Estado de abogar para que esos recursos sean bien utilizados, con trasparencia y eficacia. Santos ha dicho que prefiere lo último. Sin embargo, para que una propuesta de Tercera Vía funcione es necesario que las instituciones del Estado sean fuertes. “La Tercera Vía es una suerte de diálogo en el que participan las empresas privadas, el sector privado y las organizaciones sociales. Pero eso requiere de un fortalecimiento de las instituciones”, así lo explicó el politólogo y profesor de la Universidad Eafit Adolfo Maya: “Una cosa es invocar la Tercera Vía desde el punto de vista teórico y otra hacerlo en el contexto colombiano, donde hay una desinstitucionalización de largo recorrido histórico. El Presidente electo no puede dejar de advertir esa situación”, agregó Maya. Rivera dijo que Santos era consciente de la necesidad de fortalecer las instituciones, pues, en su criterio, es la única manera de lograr resultados. En ese sentido, varias de las acciones de Santos corresponden a los principios de la Tercera Vía que él ha invocado: El llamado de Santos a la unidad; la reunión con el ex candidato del Polo, Gustavo Petro; la inclusión del Partido Liberal en su coalición de Gobierno, y su promesa de crear más empleo, son señales que apuntan hacia esa propuesta. ¿Qué es la Tercera Vía? A finales del Siglo XIX ya se advertía el nacimiento de una alternativa distinta a la dicotomía comunismo-capitalismo. Pero tanto los defensores del libre mercado como los de la intervención del Estado en la economía negaban que pudiera existir un camino intermedio. Luego, el fascismo y el nazismo surgieron como una tercera posición, considerada por algunos anticomunista y anticapitalista. Después de la Segunda Guerra Mundial, apareció la tercera vía. Se popularizó entre los teóricos y consistió en un intento por superar la relación antípoda entre los dos modelos económicos que marcaron los años de la Guerra Fría. El concepto ha sido estudiado y debatido desde diferentes ópticas, razón por la cual no hay una sola propuesta de Tercera Vía, sino que desde varios flancos se ha ido construyendo. La Tercera Vía a la que se refiere Santos es la que surgió en Inglaterra. No se refiere al opuesto comunismo-capitalismo, sino más bien a una opción alternativa al neoliberalismo y la socialdemocracia, al conservadurismo y al liberalismo europeos. Nació como una revisión al conservadurismo de la Primer Ministra Margaret Tatcher, quien aplicó recetas neoliberales. Pero la revisión del concepto no buscó revertir la globalización de los mercados, sino una convivencia pacífica entre las políticas de desarrollo social y la libre actividad de la empresa privada. En otras palabras, la Tercera Vía intenta agrupar lo positivo del capitalismo liberal y el socialismo. Su principal ponente es el sociólogo británico Anthony Giddens, quien escribió libros como Más allá de la Izquierda y la Derecha (1994) y La Tercera Vía: La Renovación de la Social-Democracia (1998). En la política contemporánea, algunas de esas ideas fueron desarrolladas por el Primer Ministro Tony Blair, quien participó en la redacción del libro de Santos La Tercera Vía: una alternativa para Colombia, publicado en 1999.