En menos de cuatro meses, el presidente Gustavo Petro deberá desojar margaritas y definir cuál será la terna que enviará a la Corte Suprema con sus candidatos a fiscal general que reemplazarán desde febrero de 2024 a Francisco Barbosa.
La escogencia tiene en máxima alerta a distintos sectores políticos por el radicalismo en que podría caer el organismo judicial. Y más aún cuando el presidente destapó sus cartas hace dos semanas y le confirmó al país que quiere un fiscal de bolsillo. O, al menos, uno que obedezca sus órdenes. “Yo soy el jefe de Estado y, por tanto, su jefe”, le dijo Petro a Barbosa, con quien ha sostenido fuertes diferencias.
Las palabras del presidente ocasionaron un terremoto político y judicial con varias réplicas, entre ellas, la furia de la Corte Suprema de Justicia ―quien elige el fiscal― y quien le reclamó por la separación de poderes. Ese día quedó en evidencia la tensa relación entre el Palacio de Nariño y las altas Cortes.
Más allá de las preocupaciones, Petro quiere un fiscal de su resorte, como ocurrió con Juan Manuel Santos cuando ternó a su superministro Néstor Humberto Martínez, e Iván Duque, quien empujó la elección de Francisco Barbosa, amigo personal y excompañero de la Universidad Sergio Arboleda.
En la baraja de Petro hay varios aspirantes, pero el más opcionado es Héctor Carvajal. Es uno de los abogados del presidente y el hombre que sentó al hoy jefe de Estado y al expresidente Álvaro Uribe, un encuentro casi imposible, pero que se logró porque este vallecaucano de 69 años sirvió de garante.
Carvajal no polariza. Y es cercano a distintas corrientes políticas que van desde el Pacto Histórico hasta el Centro Democrático. Sin embargo, en el uribismo lo ven como un jurista cercano a Uribe, pero no al grueso de la colectividad. Él, por ejemplo, fue el abogado que recomendó Gustavo Petro para defender al alcalde de Medellín, Daniel Quintero, cuando la procuradora Margarita Cabello lo suspendió temporalmente del cargo por participación indebida en política.
SEMANA conoció que Carvajal tiene el mejor ambiente en la Corte Suprema de Justicia. De hecho, es uno de los grandes amigos del magistrado de la Sala Penal, Hugo Quintero Bernate, la voz cantante y líder de dicha instancia judicial. Igualmente, tiene cercanías con los magistrados Gerson Chaverra, Luis Hernández, entre otros.
El cupo en la terna para Carvajal está casi que garantizado. Y frente a los dos restantes, el presidente tendrá que tomar una decisión.
Uno de los que quiere ser fiscal es el ministro de Defensa, Iván Velásquez. Al exmagistrado poco le gustó trabajar con el Gobierno y prefiere regresar a impartir justicia. Velásquez no está cómodo en el MinDefensa, sus resultados no son los mejores y la desmoralización de la tropa es evidente. De hecho, poco responde a la prensa porque no quiere comprometerse y, eventualmente, tener que declararse impedido en sus investigaciones futuras, si se convierte en el sucesor de Barbosa.
Velásquez es amigo de confianza de Gustavo Petro, pero su radicalismo preocupa a la oposición. En el Centro Democrático lo han señalado de ser uno de los hombres que más ha perseguido judicialmente a Álvaro Uribe tras sus investigaciones por paramilitarismo.
Su propuesta de una comisión internacional que apoye a las autoridades nacionales en la lucha contra la impunidad, no ha caído bien porque algunos juristas creen que la Fiscalía podría perder dientes en muchas de sus investigaciones.
Un nombre menos polarizador es el del secretario jurídico de la Presidencia, Vladimir Fernández, un reconocido abogado que se codea en las altas Cortes, le habla al oído a Gustavo Petro y no está matriculado con la izquierda radical.
Aunque su nombre ha sonado para suceder a Barbosa, él, caracterizado por su bajo perfil, ha dicho a su círculo de amigos que está tranquilo en la Casa de Nariño y no está haciendo lobby para alcanzar esta dignidad.
El abogado externadista, Julio César Ortiz, es otro de los opcionados. Es delegado del Gobierno en la Cámara de Comercio de Bogotá y cercano al presidente. Lo mismo que la exfiscal Martha Lucía Zamora, hoy directora de la Agencia de Defensa Jurídica del Estado, quien sería la cuota femenina de la terna.
Gustavo Petro daría a conocer la terna después de agosto.