Las declaraciones del presidente Gustavo Petro sobre lo que sucedió en Perú con la vacancia que le ordenó el Congreso al expresidente Pedro Castillo, no cayeron muy bien en la política colombiana y generaron una fuerte discusión.

En un primer momento, varios líderes de la oposición le reclamaron a Petro porque, horas después de lo sucedido, el presidente no había enviado ningún mensaje al respecto. Llamó la atención porque era conocido que Petro y Castillo son cercanos, de hecho, ya se habían reunido y la visita a Perú fue la primera reunión de carácter diplomático que tuvo fuera del país el mandatario colombiano luego de posesionarse.

No fue sino hasta un día después de la crisis en Perú que el mandatario se refirió a lo sucedido. “Pedro Castillo, por ser profesor de la Sierra y presidente de elección popular, fue arrinconado desde el primer día. No logró la movilización del pueblo que lo eligió, se dejó llevar a un suicidio político y democrático. Ojalá Perú encuentre la senda del diálogo de su sociedad, toda”, afirmó Petro.

Pero además, hubo un hecho que llamó la atención y que ha sido objeto de críticas por parte de la oposición y que Petro solicitó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) “aplicar la Convención Americana de Derechos Humanos y expedir medidas cautelares en favor de Castillo”.

No solo fue cuestionado por la oposición, porque se trató de una clara solicitud en favor del expresidente peruano, a quien prácticamente todos los sectores cuestionaron por haber pretendido cambiar el Congreso, sino que previo a su mensaje, la CIDH ya había condenado “las decisiones contrarias al orden constitucional” y pidió garantizar la gobernabilidad en Perú.

“Petro, en defensa de un destructor de la democracia como Castillo. Qué pena con el Perú, nos excusamos por esta vergüenza”, aseguró el representante a la Cámara, Hernán Cadavid.

Sin embargo, la tormenta política no paró ahí. El senador Miguel Uribe cuestionó la cercanía de Petro con Castillo y dijo que de ser necesario el Congreso colombiano debería responder igual.

“El Congreso de Colombia debería hacer lo propio. Nuestra responsabilidad es ser garantes de la democracia, no notarios del presidente”, fue el mensaje que le sirvió a los seguidores de Petro para criticar a Uribe, diciendo que supuestamente estaba incitando a un Golpe de Estado.

“Miguel Uribe, incitando a un golpe de Estado. ¡Es el sueño de la ultraderecha! Porque con el gran Gobierno que está haciendo Petro y la pobre oposición que hacen saben que no volverán a gobernar en un par de décadas. Colombia no querrá volver jamás a la guerra y a la corrupción”, afirmó el senador Gustavo Bolívar.

El presidente del senado, Roy Barreras, y la senadora María José Pizarro enviaron mensajes similares. “Absolutamente grave”, dijo la senadora.

La polémica continuó. La crisis política de Perú también enfrentó de nuevo a María Fernanda Cabal con el mandatario. La senadora destacó la actitud del Ejército peruano y de la fuerza pública al no permitir que Castillo se fugara. Y Petro le contestó.

“Está desatada la ansiedad de golpes en nuestra ultraderecha latinoamericana. Les importa un bledo la voluntad popular. Los ejércitos no tienen por qué ser ni fascistas ni comunistas, los ejércitos son de la Nación”, aseguró el mandatario.

Aunque la tormenta política y social la tuvo que enfrentar propiamente el pueblo peruano, es evidente que lo que sucedió impactó en la política colombiana, especialmente porque muchos compararon las decisiones que tomó Castillo en ese país con lo que podría pasar en Colombia, aunque dijeron que no permitirán que se quebranten las instituciones.