La plenaria del Senado de la República aprobó este martes 18 de octubre en último debate el Presupuesto General de la Nación 2023.
El proyecto, que pasó de ser de 391,4 billones de pesos, según la iniciativa original presentada por el gobierno anterior, a 405,6 billones de pesos, según los ajustes que ha tenido en el trámite, solo le resta el aval de la plenaria de la Cámara de Representantes, y una eventual conciliación, para convertirse en ley de la república.
A través de Twitter, senadora Paloma Valencia del Centro Democrático cuestionó que el Ministerio de Hacienda, José Antonio Ocampo, no interviniera en el debate y aseguró que desde el gobierno “no contestaron preguntas ni dieron explicaciones”.
“Esta es la primera vez que veo que aprueban un presupuesto sin que el MinHacienda siquiera hable. No contestaron preguntas ni dieron explicaciones. La verdadera aplanadora”, subrayó la senadora.
El debate
El hecho de que, según la ley de aprobación de presupuesto, el proyecto debe estar totalmente avalado antes del 20 de octubre, le pone presión al debate, pues, como las dos cámaras del Congreso sesionan en forma simultánea, de aprobar de manera diferente el articulado, tendría que haber una conciliación, para que quede en firme uno de los dos. Esto es algo que ha venido sucediendo en los últimos años, durante el trámite del que es quizás el proyecto legislativo más importante para un país, pues se trata de los recursos con los cuales se materializarán los programas prometidos por un gobierno, a partir de los cuales el electorado puso su voto.
La mayor parte de los parlamentarios resaltó los ajustes y la reorganización de las distribuciones presupuestales, sin que faltaran también los críticos que abogaban por reducciones en las partidas asignadas a las regiones.
El senador Juan Felipe Lemos, de La U, explicó los motivos por los cuales esa bancada política respaldó el presupuesto. El “voto responsable” fue el argumento que puso el congresista, al resaltar que se han destinado 54,8 billones de pesos para educación, tema que el año pasado fue motivo de reclamo por parte de los jóvenes que salieron a manifestar a las calles, abogando por su futuro educativo.
Sin embargo, el parlamentario dejó planteado un interrogante, acerca de si el presupuesto cumplirá su papel en medio del horizonte económico que se ve cada vez más cerca: devaluación del peso, inflación alta, riesgo de fuga de capitales y temor a invertir en el país por falta de certezas con la seguridad jurídica de las normas que regirán.
Eso sin contar con que en el país existen 35 universidades públicas y las diferencias son tan abismales en las asignaciones presupuestales, que unas 5 se llevan la mitad del total.
En el escenario del Congreso, varias voces advirtieron la reducción del presupuesto para las regiones, de las cuales, 21 tienen menos recursos en comparación con el proyecto original, lo que, al decir de la senadora Ana Carolina Espitia, 21 departamentos tienen reducciones presupuestales, mientras está aprobado un monto de generosos recursos.
Paloma Valencia fue otra de las voces que intervino para poner en el visor varios puntos. Uno de ellos es el de la concentración de recursos en el Ministerio de Hacienda, alrededor de lo cual pidió explicación, pues el monto asignado a esa cartera crece en un 103 %.
No faltó quien criticara la escasez de recursos para la paz. En representación de las circunscripciones de paz, Jorge Tovar abogó por los 9 billones de víctimas del conflicto armado que están reclamando indemnizaciones, mientras que Óscar Villamizar, en consonancia con Paloma Valencia, salieron a reclamar por la Fuerza Pública. Esto, porque se redujo en 200.000 millones de pesos la partida para la Fuerza Aérea y 800.000 millones de pesos menos si se mira la Fuerza Pública en general.