El anuncio del presidente electo Gustavo Petro de tener al exmagistrado auxiliar Iván Velásquez como su ministro de Defensa no le cayó bien al expresidente Álvaro Uribe, quien no tardó en pronunciarse sobre el nombramiento: “Bueno, será que el hábito hace al monje”, apuntó el exmandatario.

Velásquez ha sido el ‘coco’ de un sector de la política y del poder en el país. Fue el hombre clave en las investigaciones por la parapolítica, desde que entró a trabajar a la Corte Suprema en el año 2000 se convirtió en uno de sus funcionarios más conocidos por sus investigaciones en esta materia.

Por esas épocas, la Corte Suprema condenó alrededor de 50 congresistas por sus nexos con el paramilitarismo. Eso le consiguió el mote de “el magistrado estrella de la parapolítica”, pese a que nunca fue designado como un togado titular del máximo tribunal.

Las labores de Velásquez en el alto tribunal se dieron entre el año 2000 y el 2012. En el marco de ese trabajo, Velásquez tuvo un contrapunteo con el expresidente Uribe, quien lo acusó en su momento de urdir pruebas en su contra.

Pero el pulso entre Velásquez y Uribe viene de mucho atrás, desde cuando el ahora ministro de Defensa se desempeñó como director de fiscalías de Antioquia, donde inició las investigaciones relacionadas con las masacres de El Aro y La Granja y el asesinato del defensor de derechos humanos Jesús María Valle, procesos en los cuales fue involucrado Uribe.

Incluso, por estos hechos, en 2020 la Corte Suprema abrió investigación preliminar contra el expresidente, aunque el proceso no ha tenido mayores avances.

Otro ‘enfrentamiento’ tuvo lugar cuando Velásquez se desempeñaba como magistrado de la Corte Suprema de Justicia y lanzó fuertes críticas a Uribe, quien siendo presidente de la República impuso un proyecto de ley para habilitar la reelección en el país.

Esta vieja rencilla los llevó incluso, hace tres años, a estar frente a frente en un proceso por injuria y calumnia que obligó al expresidente a rendir versión libre en la Corte Suprema Justicia.

El proceso se originó en una demanda que interpuso el exmagistrado, y ahora ministro, en contra de Uribe, porque el expresidente hizo en su contra una serie de señalamientos en Twitter.

Por ejemplo, en agosto de 2018, Uribe le pidió a Guatemala que anulara “la actividad judicial” de Velásquez en la Comisión Contra la Impunidad que había en ese país y que presidía el exmagistrado.

“Guatemala debe suprimir la actividad judicial de Iván Velásquez, sesgado militante extremista, y de Pinilla Cogollo, quien fue integrante de un grupo criminal. Con politiquería judicial no se derrota la corrupción”, apuntó Uribe en esa época.

Y luego amplió sus acusaciones: “Iván Velásquez pretende dejar como juez anticorrupción en Guatemala a Pinilla Cogollo, reinsertado del M-19, sobre quien existen pruebas que anunció el holocausto de la justicia 15 días antes de los hechos”, manifestó el expresidente.

Cabe recordar que, en 2019, el entonces presidente de Guatemala, Jimmy Morales, decidió no renovar el mandato de la comisión que presidía Velásquez y que iba hasta septiembre de ese año.

Otro capítulo del enfrentamiento se dio en mayo de este año, cuando el presidente electo Petro, en ese entonces aún candidato, se reunió con Velásquez y subió una foto del encuentro a sus redes sociales.

Uribe no tardó en reaccionar: “ya veo cuál es la corrupción. El magistrado Iván Velásquez dañó a la justicia con su sesgo político. Una cosa era la universidad y otra ser magistrado auxiliar de la Corte”.

Y luego, mediante un video en sus redes sociales, amplió las razones de su malestar: “Iván Velásquez, magistrado auxiliar de la Corte Suprema, el investigador contra la parapolítica, farcpolítica impune. Iván Velásquez, delegado por la ONU para investigar la corrupción política de Guatemala y ahora adherente de Gustavo. ¡Por favor! ¿Qué confianza puede haber?”.

Y luego sentenció: “Urgente reformar la justicia para que se evite la silla giratoria entre la política y las altas cortes”.