Desde que el exjefe de las AUC, Salvatore Mancuso, fue ungido como gestor de paz del gobierno de Gustavo Petro y aterrizó en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), encendió con vehemencia el ventilador en contra del expresidente Álvaro Uribe.
Recientemente, el exparamilitar le aseguró a la JEP que el exjefe de Estado, cuando fue gobernador de Antioquia en 1997, tenía conocimiento de la masacre de El Aro, en Ituango, Antioquia, un hecho que Uribe negó tajantemente.
Las explosivas declaraciones de Mancuso han encendido las alarmas en el Centro Democrático y en el propio Uribe, quien reveló a través de sus redes sociales que le llegó una información que apuntaba a que la JEP tenía lista una decisión judicial en su contra.
El senador antioqueño del Centro Democrático, Andrés Guerra, dijo en un programa televisivo de Cablenoticias que “las 4 cartas de amor entre Salvatore Mancuso y Gustavo Petro entre 2022 y 2023 solo buscan una cosa: llevar a la cárcel a Álvaro Uribe”.
Según el senador, esa situación “es evidente y Colombia lo sabe”.
“Solo la sentencia de Salvatore Mancuso empezó a ser efectiva en 2015 en Estados Unidos, pasaron siete años y ahora está prácticamente libre. Vuelvo a hacer la pregunta, ¿qué pasó entre 2022 y 2023, cuatro cartas que se envían, de ‘amor’, donde prácticamente Mancuso le está dando la línea, la hoja de ruta a Gustavo Petro? Y hoy, claramente, lo están esperando en carro de bomberos en el aeropuerto El Dorado de Bogotá para llevarlo hasta el Palacio de Nariño a hacerle una recepción, porque es muy evidente que el exjefe de las AUC busca cumplir el objetivo final que es llevar a Álvaro Uribe a la cárcel. Cualquier persona letrada o iletrada lo entiende en este país”, manifestó.
Y es que el propio Uribe reconoció públicamente esa versión este lunes 27 de noviembre, cuando entregó su versión sobre la masacre de El Aro ante la Fiscalía.
“Eso está ampliamente difundido en los medios de comunicación, saben cuál es el abuso de la JEP, sin ninguna verificación me afectan reputacionalmente. Yo he creído que la traída de Mancuso a Colombia no tiene sino un objetivo: darle impunidad a cambio de que maltrate mi honra en esa fabricación de infamia para que a mí me pongan preso. Ese es el único objetivo de la traída de ese bandido al país”.
Esa tesis también la tiene la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, una de las primeras líderes políticas en referirse al tema.
“Es polémico, creo que lo de Salvatore Mancuso como gestor de paz es una jugada en contra de Álvaro Uribe. Creo que hay algo como poner al expresidente en una situación de precariedad, pero no sabemos qué hay detrás”, reconoció, en su momento, Betancourt en diálogo con SEMANA.
El excandidato a la Alcaldía de Medellín, Gilberto Tobón, también se refirió a Mancuso y su llegada a Colombia.
El exjefe de las AUC –según el antioqueño– “fue uno de los peones de gambito que movió Gustavo Petro. Primero lo llama recién posesionado y hacen las paces. Y después le suelta el toro de lidia que es Mancuso, se lo soltó ahí, cójalo, embístalo. Es que Álvaro Uribe no es bobo, él sabe. Se lo mandaron para hacerle la vida imposible a Uribe. El problema no solo es ese, el verdadero problema es el fiscal de bolsillo que viene”, aseguró.
SEMANA le preguntó a Tobón si cree que Petro envió a Mancuso para fastidiar a Uribe y él no dudó en responder: “Sí, claro, es evidente, por eso le dio el estatus de gestor de paz”.