A pesar de que ni siquiera ha iniciado el juicio, el presidente Gustavo Petro ha insistido esta semana en que los 18 exmilitares colombianos detenidos en Haití participaron en el asesinato del presidente de ese país, Jovenel Moïse.

Petro no solo pidió perdón a Haití al considerar que este país es víctima de Colombia, sino que afirmó incluso que el entrenamiento de estos “mercenarios”, como los llama él, fue pagado con dineros públicos de Colombia y Estados Unidos.

“Como todos ustedes saben, su presidente (Moïse) fue asesinado por los mercenarios colombianos entrenados, fueron miembros del Ejército antes, con dineros públicos de Colombia y de Estados Unidos y en ese ejercicio dejaron la Fuerza Pública, se convirtieron en mercenarios y terminaron en una operación para asesinar al presidente”, manifestó el jefe de Estado colombiano.

El mandatario volvió a insistir: “Haití es una víctima de nosotros, de las rutas clandestinas del narcotráfico que han destruido prácticamente la estabilidad completa de ese país”.

El mensaje del mandatario generó revuelo en algunos sectores, al advertir que aún no se ha convocado a un juicio a los colombianos que se encuentran detenidos en ese país, señalados de ser los responsables de ese magnicidio. Los familiares de algunos de los exmilitares han señalado que son inocentes y que fueron engañados.

Las afirmaciones del jefe de Estado colombiano, como era de esperarse, tampoco cayeron bien en la abogada de estos exmilitares, Sondra Macollins Garvin, quien reprochó que Petro se aventure a prácticamente condenar a estos connacionales sin que los jueces aún se haya pronunciado.

“Ni cinco jueces han podido determinar la responsabilidad de los colombianos detenidos. En el tiempo de Dios, podremos demostrarle a usted y al mundo si ellos fueron o no quienes ultimaron al presidente Jovenel. Pedimos un juicio justo”, respondió la abogada.

Además, tanto los familiares como la defensa de los exmilitares le pidieron una audiencia al presidente Petro para mostrarle “unas pruebas que pueden hacerle cambiar de opinión”.

Mientras las autoridades haitianas y ahora el presidente Petro insisten en que estos exmilitares colombianos participaron en el magnicidio de Moïse, ellos han dado su propia versión de los hechos, que se ha conocido a través de sus familiares y de su abogada.

Aseguran que fueron contratados por una empresa americana llamada CTU para prestar servicios de vigilancia y de seguridad de un político haitiano que era el candidato a presidente, Emmanuel Sanon, opositor al asesinado Jovenel Moïse.

Al mes siguiente de haber llegado, después de haber estado por toda la ciudad, Puerto Príncipe (capital de Haití), los recibió la Policía en salones diplomáticos. Esa misma Policía, según relató su abogada, “los llevó el 8 de julio del año pasado en la madrugada a hacer el operativo para hacer un supuesto anillo de seguridad, los dejan en una casa a las 3:00 a. m., cuando ya estaba muerto el presidente”.

Después de que ellos se dieron cuenta de que ahí, en esa casa, estaba muerto el presidente Moïse, salieron y se sentaron a esperar la llegada de las autoridades, ninguno de ellos huyó, permanecieron a las afueras del lugar.

“Ahí nadie más volvió a aparecer y luego esa misma Policía que los había llevado, los captura”, indica la versión de los exmilitares.

Lo que está claro por ahora es que, mientras el presidente Petro asegura que ellos participaron en el asesinato, estos exmilitares completan ya más de un año sin que se les haya iniciado el proceso en contra. Por ahora, lo único que se conoce es un informe de Policía del día de la captura. Y para acabar de completar, el Palacio de Justicia fue vandalizado en tres ocasiones, la última vez el 10 de junio de este año y desapareció lo poco que había.