El ambiente político no está a favor del Gobierno de Gustavo Petro. Tras una semana de sesiones suspendidas en el Congreso por la falta de quorum y de discusiones que se alargaron por tutelas y recusaciones, su agenda en el Legislativo está estancada y le quedan seis semanas para poderla aprobar porque, si no lo consigue, sus proyectos se hunden.
Convocar a sesiones extraordinarias para después del 20 de junio, fecha en la que termina la legislatura actual, es una carta que ya está sobre la mesa y que solo depende del anuncio oficial de la Casa de Nariño, pero ni las extras son un salvavidas certero porque la realidad es que la agenda está congestionada y quien generó un embudo fue el propio Gobierno.
Sin ir muy lejos en el calendario, caída la tarde del jueves, el jefe de Estado anunció la radicación con mensaje de urgencia de la nueva reforma a la salud, aviso con el que terminó pegándose un tiro en el pie. Y es que esa determinación implica que las Comisiones Séptimas del Senado y Cámara tengan que sesionar conjuntamente, con el problema de que esta última es la que tiene que sacar adelante las reformas pensional y laboral. En términos sencillos: el presidente colapsó la agenda del recinto del que dependen sus reformas sociales.
Las cuentas van así. La reforma pensional necesita ser aprobada en tercer debate en la Comisión Séptima de la Cámara y en cuarto en la plenaria antes de que termine la legislatura; la laboral no ha pasado su primer debate en ese mismo recinto y requiere cumplir ese trámite también previo al 20 de junio.
Por su parte, el proyecto de ley estatutaria de la jurisdicción agraria está a un debate de su aprobación y se necesita para que le dé sustento jurídico a la estrategia del Ejecutivo para resolver los asuntos de tierras. Además, el proyecto de ley estatutaria sobre el derecho a la educación (conocida como la reforma a la educación) va para su tercer debate en la Comisión Primera del Senado. Ambos articulados necesitan surtir ese trámite antes de que finalice este año legislativo.
Sin ambiente político
“En el Congreso tenemos una mayoría de congresistas que apoyan las reformas, lo que tenemos que hacer es dar el trámite respectivo a la discusión y aprobarlas”, asegura el representante a la Cámara Heráclito Landínez, del Pacto Histórico.
Esa bancada está contando con votos al menudeo del Partido de la U y del Conservador, ambos declarados en independencia, con el respaldo del Liberal, pese a los reproches que han lanzado desde ese grupo político por la “traición” del presidente Petro a los acuerdos que selló con la colectividad roja, y con los ya tradicionales respaldos de la Alianza Verde. “Al menos de que ocurra algo extraordinario, hasta ahora tenemos las mayorías para aprobar las reformas”, concluye el representante Landínez. Pero esos partidos con los que está contando el Pacto han dicho que respaldan una ponencia alternativa de la pensional.
En el Congreso, el ambiente está caldeado. El exsubdirector de la UNGRD Sneyder Pinilla le dijo a SEMANA que los presidentes del Senado y Cámara, Iván Name y Andrés Calle, respectivamente, recibieron dinero de la corrupción de los carrotanques para llevar agua a La Guajira con el fin de facilitar el trámite de las reformas sociales. El escándalo terminó ya con la salida del Gobierno de la consejera presidencial para las regiones Sandra Ortiz, quien, según Pinilla, habría sido la “mensajera” para entregarle los 3.000 millones de pesos a Name.
No se había cumplido una semana de esa crisis y este miércoles el Consejo Nacional Electoral (CNE) decidió abrir una investigación contra el presidente Petro por la presunta entrada irregular de dineros a su campaña de 2022. La bancada del Pacto Histórico quiere convencer al Congreso de que una cosa es lo que sucede en el Poder Legislativo y otra los debates que den por fuera de este recinto. Esa, al menos, es la estrategia para lograr el trámite de las reformas.
“Hay que evitar que en el inicio de una investigación se dé por sentado que es ya una decisión para enrarecer el ambiente político. Nosotros como Pacto tenemos una postura: respaldamos que avancen las investigaciones, tenemos objeciones frente a algunas de estas posturas y las vamos a expresar. Pero la idea que tienen algunos de que el Congreso debe parar mientras haya fallos judiciales, están equivocados”, sostuvo el representante Gabriel Becerra.
Los congresistas que hablaron con SEMANA aseguraron que les están intentando bloquear el Congreso y generar un escenario de crispación social por fuera de este. Es más, dentro de la bancada ya se está hablando de qué proyectos podrían hundirse sin generar tanto daño.
Proyectos que tambalean
El primero es la reforma laboral, la que menos futuro político ha tenido por la negativa de los legisladores a votar un texto que afecta el tejido productivo y la generación de empleo. Es más, saben que la ya anunciada radicación de la reforma a la salud con mensaje de urgencia es la que terminaría hundiendo parte de la agenda social, por lo que no le hacen mucha fuerza al texto de la laboral.
Así las cosas, a la estrategia de las sesiones extras y de separar en lo discursivo lo que pasa en el Congreso con los escándalos del Gobierno se suma la idea de lanzarles salvavidas a las que tienen cómo nadar en la agenda legislativa: la pensional, el proyecto de ley estatutaria sobre educación y la jurisdicción agraria.
“En educación, la primera vuelta salió bien en Cámara y en Senado. En el tema de salud, con los acuerdos que hay con las EPS ya el trámite es muy sencillo porque quienes se oponían a eso no van a tener razón de ser con sus argumentos. Con la reforma pensional, el acuerdo más importante es con el Partido Liberal. Sabemos que este es un tema técnico y financiero sobre a cuántas personas estamos protegiendo”, puntualizó el representante Alejandro Ocampo.
El representante Agmeth Escaf va más allá y le pone una tarea al Gobierno para que las reformas vivan: “Todo depende de cómo nos comportemos como bancada y de cómo actúen los funcionarios del Ejecutivo. Los funcionarios del Gobierno están distraídos”, señaló.
“Esa falta de enfoque, sin metodología, sin disciplina de los funcionarios del Gobierno, nos perjudica también como bancada dentro del Congreso, y no podemos bajar la guardia”, agregó el congresista.
Porque aunque los votos ya están organizados, los escándalos seguirán dejando sillas vacías de protesta, y a las plenarias y comisiones sin quorum para que el Gobierno tramite las reformas. Y aunque en micrófonos haya varios que aplaudan la radicación con mensaje de urgencia de la nueva reforma a la salud, detrás de cámaras saben que hacerlo sería un error legislativo de la Casa de Nariño.