El Congreso vive momentos decisivos que incidirán en el futuro del país y de todos los colombianos. A punto de concluir las sesiones ordinarias el próximo 20 de junio, que les darán paso a las extras, los proyectos de relevancia del Gobierno Petro están en las manos de los congresistas, que buscan aprobarlos o hundirlos.
Principalmente, hay tres proyectos de gran importancia que son los denominados “sociales” y se han robado toda la atención: las reformas pensional, laboral y de la salud.
El Ejecutivo, a pesar de haber perdido parte de su gobernabilidad luego del rompimiento con los partidos tradicionales que formaban parte de la coalición, ha logrado conservar las mayorías buscando individualmente a los congresistas más allá de sus presidentes, un logro que distintos sectores le atribuyen al ministro del Interior, Luis Fernando Velasco.
Sin embargo, también ha sido criticada la forma en la que se ha llevado el debate y conseguido los votos. Se han denunciado jugaditas, acuerdos bajo la mesa y hasta platos de lentejas y mermelada, es decir, acuerdos burocráticos entre el Gobierno y los congresistas para obtener el apoyo en los proyectos que el presidente Gustavo Petro necesita sacar adelante y que no contaban con mayor consenso. En medio de ese panorama, se han denunciado puestos y cuotas para los congresistas, como sucedió en el Fondo Nacional del Ahorro (FNA).
El saliente director de la entidad, Gilberto Rondón, reconoció acuerdos con miembros del Partido Liberal para que respaldaran las reformas a cambio de cuotas en la entidad. Por esos hechos, la Corte Suprema de Justicia anunció que investigará a los 19 congresistas implicados, y la Procuraduría estudia una sanción disciplinaria en contra de Rondón.
Sin embargo, ha habido otros hechos que no dejan de causar suspicacia y develan la cercanía de algunos congresistas de partidos declarados recientemente en independencia con el petrismo.
Uno de ellos es el representante del Guaviare Alexánder Quevedo, del Partido Conservador, quien ha estado en el ojo del huracán por desobedecer a su bancada. Esta semana formó parte de lo que distintos sectores consideran una jugadita que terminó dándole vida al proyecto de reforma laboral y prácticamente lo dejó listo para su primer debate.
Quevedo llegó a la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes y, aunque reconoció que estaba impedido para respaldar el proyecto por la decisión de su bancada, ayudó a aprobar los impedimentos contra congresistas que estaban en contra de la iniciativa. Su presencia permitió conformar el quorum a favor de la reforma y darles las mayorías al petrismo. El representante ya había sido cuestionado por haber firmado la ponencia del proyecto cuando no había acuerdos entre el Gobierno y otros sectores.
El presidente del Partido Conservador, Efraín Cepeda, se mostró molesto con Quevedo y anunció una investigación de la veedora del partido, María Eugenia Correa, quien posteriormente confirmó una sanción en contra del congresista por 90 días. En ese tiempo no podrá votar ningún proyecto ni participar políticamente de la colectividad.
Quevedo ha tenido distintos acercamientos con el Gobierno y eso ha suscitado dudas para algunos sectores. El abogado Daniel Briceño denunció que, el pasado 18 de mayo, el Ministerio de Salud le asignó 60.000 millones de pesos al hospital de San José del Guaviare. ¿Tuvo algo que ver Quevedo? Además, unas semanas atrás, el congresista se había reunido en el despacho del ministro Velasco, precisamente, luego de haber firmado la ponencia de la reforma laboral en el Congreso. El parlamentario conservador dijo que se trató de una simple coincidencia.
¿Qué pasará con las reformas sociales del Gobierno? Para distintos sectores, es incierto el futuro de los proyectos más esenciales para Petro. Consideran que en las próximas semanas todo puede pasar.
Y eso lo evidenció la reforma laboral, por ejemplo, que parecía muerta, pero increíblemente revivió gracias a la voltereta de Quevedo. Su apoyo al proyecto le dejó el camino despejado para que la próxima semana, cuando sea citada la Comisión Séptima de la Cámara, la iniciativa pueda ser aprobada en su primer debate, ya que contaría con las mayorías debido a los impedimentos aprobados en contra de Camilo Ávila, del Partido de la U, Germán Rozo y Hugo Archila, del Partido Liberal, y Jairo Humberto Cristo, de Cambio Radical, quienes se esperaba que no apoyaran el proyecto del Gobierno.
Asimismo, algunos denuncian que una recusación en contra de Víctor Salcedo, de La U, no se tramitó debidamente a la Comisión de Ética y eso lo sacó de ese debate momentáneamente y le impidió exponer su ponencia alternativa.
La jugadita consistió en que, a raíz de esas recusaciones e impedimentos, el petrismo, con el apoyo de Quevedo, conformó las mayorías y dejó por fuera a congresistas que sabían que no los respaldarían. Desde la oposición reclamaron que fue evidente la estrategia, pues algunos impedimentos eran prácticamente iguales, pero a miembros del petrismo se los negaron.
“A mi juicio, fue irregular porque para una misma razón lo que aplica es una misma disposición. Entonces, no puede ser que aprueben un impedimento a la persona que se les opone y un impedimento prácticamente idéntico lo rechazan”, criticó el representante Andrés Forero, del Centro Democrático.
Aunque varios congresistas de distintas bancadas que estuvieron en la Comisión Séptima de la Cámara no quisieron pronunciarse sobre las decisiones de Quevedo, pues no desean inmiscuirse en lo que haga su compañero, fuera de micrófonos lo criticaron fuertemente y dijeron que se trató de una “canallada”.
SEMANA conoció que la reforma laboral no tendría los suficientes apoyos para su segundo debate y, por eso, a petición del Gobierno, no sería convocada en las sesiones extraordinarias, sino que se esperaría al otro semestre para continuar con su discusión.
Los tiempos parlamentarios lo permiten. Otro caso distinto es el de la reforma pensional, que parece tener todos los votos asegurados. La senadora Norma Hurtado, de La U, y la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, aprendieron las lecciones de las reformas laboral y de la salud y hasta que no tuvieron concertados prácticamente todos los artículos no dieron el trámite en la Comisión Séptima del Senado. Eso llevó a que se suscribieran en bloque varios artículos y finalmente lograra aprobarse esta semana en su primer debate. Más allá de los ajustes en algunos puntos sensibles, se espera que el proyecto pueda salir adelante en las próximas semanas.
La reforma a la salud se encuentra estancada. Este viernes había sido citada inicialmente, luego del Código Electoral, pero después fue retirada del orden del día. Fuera de ese hecho, no cuenta con los respaldos para seguir su trámite.
Al igual que la laboral, el Gobierno ya plantea que pueda ser aprobada en la siguiente legislatura o buscar otras alternativas para implementar lo que propone la iniciativa.
En todo caso, se trata de una ley ordinaria que tiene dos años de vigencia para ser discutida y aprobada. Aunque el Gobierno quiere sacarla cuanto antes, sabe que no tienen los apoyos y deberán volver a barajar.
Hoy las tres reformas sociales, a pesar de las dificultades para ser aprobadas, están vivas y tienen todas las posibilidades de convertirse en ley. Los ajustes a los proyectos, pensando en el beneficio de los colombianos, dependerán de la oposición y de los distintos sectores en independencia.Por otra parte, el Gobierno celebró la aprobación de la jurisdicción agraria.
Petro vio realizado su Plan Nacional de Desarrollo, que en todo caso fue demandado ante la Corte Constitucional. La legalización de la marihuana, una de las banderas del petrismo, fue aplazada para el próximo martes y falta conseguir algunos votos para que se convierta en ley. Fue aprobada la reducción del receso legislativo que, a pesar de que fue una idea del excongresista Gabriel Santos, del uribismo, el petrismo prometió en campaña y era otro de sus compromisos. También lo fue poner al campesinado como sujeto de derechos, iniciativa que se aprobó, al igual que un proyecto para brindar gratuidad en las universidades públicas.
Ahora bien, el fracaso del Gobierno en el Congreso se evidenció en la paz total, ya que ni la ley de sometimiento ni la de humanización carcelaria salieron adelante y terminarán archivadas. Se hundieron la prohibición de las corridas de toros y otro proyecto para implementar políticas públicas que buscan combatir el hambre en el país.
Con el anuncio de las sesiones extras por parte del ministro Velasco, se espera que se detallen los proyectos a los que el Gobierno les dará prioridad en los próximos días y ver cuáles quedan aplazados. Mientras tanto, siguen buscando reconfigurar la gobernabilidad a punta de acuerdos que no dejan de ser polémicos y que antes, cuando eran oposición, criticaban.