Vuelve y juega. El Congreso de la República arranca este miércoles el trámite del proyecto de reforma constitucional que busca legalizar el consumo de marihuana en Colombia.
Este proyecto ya se ha hundido al menos tres veces en los últimos cinco años. Sin embargo, según le dijo a SEMANA el representante Juan Carlos Losada, autor de la propuesta, en esta oportunidad hay un Congreso más de corte “progresista y liberal”.
A pesar de que se ha argumentado que la legalización podría llevar a un aumento en el consumo, Losada asegura que, según la evidencia científica, por el contrario, el consumo baja debido a que ya no tienen el atractivo de la prohibición.
SEMANA: ¿Por qué insistir con la legalización del cannabis para uso adulto si ya el Congreso lo ha rechazado una y otra vez?
Juan Carlos Losada (J.C.L): Dos razones fundamentales. La primera es el convencimiento absoluto de que Colombia debe cambiar su política fallida de lucha contra las drogas, migrando hacia un sistema basado en la salud pública y de garantías plenas de la autonomía de los ciudadanos. Este convencimiento no varía por el hecho de que el Congreso, otrora manejado por fuerzas conservadoras, haya hundido varias veces el proyecto.
La segunda razón es la nueva configuración del Congreso que los colombianos eligieron en las urnas el pasado mes de marzo. La composición mayoritaria de fuerzas de corte liberal y progresista, hace que en esta ocasión, y por primera vez, nuestro proyecto de reforma constitucional tenga viabilidad política en el Congreso. Adicionalmente, el gobierno del presidente Petro durante la campaña reiteró en varias ocasiones su postura en favor de permitir el consumo de cannabis en adultos, lo que nos hace suponer que nuestro proyecto tendrá visto bueno por parte del Gobierno Nacional.
SEMANA: Según se lee en el proyecto, sería una legalización, pero con regulación, ¿Cómo sería esto?
J.C.L: En primer lugar, incluso antes de hablar de regulación, es menester retirar la prohibición constitucional que hoy rige sobre todas las sustancias psicoactivas. Esta es la razón por la cual nuestro proyecto está planteado como una reforma constitucional al artículo 49 de nuestra carta política. Este es el primer paso. Después tendremos que hacer una Ley que regule integralmente la producción, distribución, comercialización y consumo de cannabis en adultos. Este segundo paso es la regulación, allí deberá quedar consignado el modelo de mercado de esta sustancia, su regulación sanitaria, sus exigencias en materia de publicidad e incluso la naturaleza de los tributos que podrán ser cobrados en las distintas fases de producción.
Nosotros tenemos toda la intención de avanzar hacia una regulación que logre, en simultaneo, garantizar la autonomía de los ciudadanos y restringir el consumo de la sustancia en menores de edad, así como la debida prevención del consumo problemático. Una vez quede aprobada la reforma constitucional, enfocaremos todos nuestros esfuerzos para sacar adelante la regulación integral del cannabis de uso adulto en Colombia.
SEMANA: Hay sectores que indican que esto incentivaría el consumo de marihuana, ¿qué responde al respecto?
J.C.L: Este es un argumento que ha sido utilizado en varias ocasiones durante los debates anteriores. Sobre esto hay que mirar la evidencia internacional que se ha ido estudiando en aquellos países y estados que han permitido el cannabis de uso adulto. Sobre este asunto, la revista médica JAVA Pediatrics, en 2019 señaló que la evidencia de mercados ya regulados indica que la regulación puede incidir en la reducción del consumo, e inclusive, mejorar la percepción del riesgo asociado al consumo y desincentivar prácticas riesgosas para los consumidores.
Frente al consumo de menores, la evidencia internacional respalda la afirmación de que el mercado regulado no permitió el aumento en el consumo de menores de edad, todo lo contrario. En Estados Unidos, de acuerdo con el mismo estudio de la revista JAVA Pediatrics, se redujo hasta en un 9 % el consumo en menores desde la legalización. De igual manera, en Uruguay y en Canadá tampoco se aumentó el consumo en adolescentes.
Estos argumentos normalmente se exponen desde el prejuicio y la intuición; sin embargo, cuando se hace un análisis con la evidencia en la mano, nos damos cuanta que estos argumentos carecen de sustento.
Finalmente, la regulación no solo no ha aumentado el consumo de esta sustancia, también ha logrado proteger a los consumidores tanto del mercado ilegal como de sustancias de procedencia desconocida.
SEMANA: ¿Qué mecanismos contempla el proyecto para proteger a los menores frente al consumo de marihuana?
J.C.L: Nuestro proyecto incluye una obligación para el Gobierno Nacional, el cual deberá, en los próximos seis (6) meses a partir de la promulgación del acto legislativo, formular una política pública integral en torno a la prevención y atención del consumo del cannabis. Esta obligación supone que el Gobierno Nacional en el marco de esta política pública integral pueda proteger a los menores frente al consumo de marihuana.
Así mismo, una vez sea aprobada nuestra reforma constitucional y empiece el debate sobre la ley que la reglamente, estaremos prestos a crear los instrumentos que brinden garantías plenas para proteger a los menores de edad del consumo de cannabis. Dentro de estos instrumentos deberá ser incluida la restricción a la publicidad enfocada en menores y algún tipo de restricción del consumo en entornos escolares.
SEMANA: Desde el punto de vista económico, ¿qué beneficios le traería al país la legalización del cannabis?
J.C.L.: Los beneficios potenciales son enormes. En primer lugar, el mercado y la demanda internacional de cannabis son muy grandes y están en aumento. Se espera que para el 2025, la industria del Cannabis genere más de 50 mil millones de dólares en el mundo, lo que equivale al PIB anual de un país como Venezuela. En materia de empleo, hoy en Estados Unidos se han generado 300.000 empleos asociados con la industria del cannabis de uso adulto.
Hoy nuestro país tiene problemas serios en materia de inclusión productiva y de balanza comercial. Tener una industria canábica que supla la demanda internacional de esta sustancia puede ser un generador de empleo, de divisas y de bienestar para miles de ciudadanos. Además, como país tenemos ventajas comparativas para ser líderes mundiales en la producción de Cannabis: el hecho de no tener estaciones nos permite cultivar todo el año; nuestra experiencia con las flores nos da talento humano con costos comparativamente bajos; y tenemos disponibilidad de tierra fértil para masificar la producción.
En materia de empleo, asocolcanna estima que la industria del cannabis es capaz de generar 16 empleos formales por hectárea cultivada. También puede ser una fuente de recaudo fiscal, que hoy parece más urgente que nunca, Dejusticia estima un recaudo potencial de 1.4 billones de pesos año. No existe, hoy por hoy, justificación alguna para cerrar un mercado legal y altamente rentable a los campesinos del país.