A pesar de los múltiples intentos que se han hecho desde el Congreso de la República para reducir el salario de los senadores, el Gobierno nacional anunció la firma del decreto 2405 de 2022 que ordena el aumento salarial de los congresistas.
Este aumento corresponde a lo pactado en el artículo 187 de la Carta Política, por lo que es una obligación para el mandatario de turno realizar el ajuste salarial de los congresistas, esté o no de acuerdo con él.
En este sentido, el presidente Gustavo Petro publicó el decreto que da vía libre al aumento salarial, correspondiente al 7,26 %.
Actualmente, un congresista gana mensualmente $ 35.316.133 pesos y el 7,26 % de este dinero es algo más de 2.500.000 pesos, esto significa que, a partir del próximo año, el salario de un congresista será de 37.800.000 pesos, aproximadamente.
A esto hay que sumarle un punto importante y es que el aumento es retroactivo, esto quiere decir que los funcionarios, que se posesionaron oficialmente el 20 de julio, recibirán en el pago de diciembre el aumento correspondiente a cinco meses desde su posesión, es decir, 12.500.000 pesos.
A estos 12 millones de más que reciben los congresistas en el próximo pago se suma la prima de Navidad, que es la mitad de su salario.
¿Por qué no se ha reducido el salario de los congresistas?
Si hay algo que quedó muy bien ‘amarrado’ en Colombia, desde la misma Constitución Política, fue el salario de los congresistas. El aumento anual es una obligación que establece el artículo 187 de la Carta Política. Y hasta el momento, a pesar de los múltiples intentos que se han hecho, no se ha podido cambiar esta fórmula, pues para esto se requiere tramitar una reforma constitucional en el propio Congreso de la República.
Este semestre había esperanza entre los ciudadanos de que se pudiera cambiar esta situación con la llegada de un Congreso renovado, con alta representación de los llamados sectores alternativos. Sin embargo, esta vez, por lo visto hasta ahora tampoco será la vencida.
A pesar de que en un principio se habían radicado tres proyectos con el propósito de reducir el salario de los congresistas, la única iniciativa con este propósito que aún sobrevive en el Congreso es la presentada por el Centro Democrático, con la que se busca inicialmente poner un impuesto del 20 % al salario de los congresistas hasta 2026 y, a partir de ese año, bajar la remuneración a máximo 25 salarios mínimos.
La reforma ya superó sus dos primeros debates y debe superar otros dos para continuar con vida en el Legislativo.
Sin embargo, el proyecto agoniza en el Congreso en medio de la falta de tiempos para su discusión y las dudas jurídicas.
Por tratarse de una reforma constitucional, este proyecto debe superar debates antes del 16 de diciembre para poder continuar su trámite. Pero el panorama resulta muy complicado. La Comisión Primera de la Cámara, que es donde se debe surtir el tercer debate, aún no lo ha agendado.
La situación para la reducción del salario de los parlamentarios resulta tan crítica que si no avanza en su tercer debate esta semana, la reforma quedará hundida.
Adicionalmente, se ha generado toda una discusión jurídica por cuenta de una modificación en el segundo debate en el Senado, que fue considerada como una ‘jugadita’ para evitar que los parlamentarios se bajen el sueldo.
La modificación, propuesta por la senadora de Angélica Lozano, señala que ya no habrá que esperar hasta 2026 para que la remuneración de los congresistas baje a 25 salarios mínimos, sino que esto se aplique de manera inmediata, es decir, desde julio de 2023 que es cuando se tiene previsto que este proyecto culmine su trámite.
Este cambio, que finalmente fue aprobado, si bien resulta llamativo para la galería, podría resultar problemático, pues abre la puerta a que pueda caerse en la revisión que debe realizar la Corte Constitucional por afectar los derechos adquiridos de los actuales congresistas.