La Agencia Nacional de Tierras apenas se está recuperando de la contingencia de personal que presentó entre junio y julio, cuando se vencieron miles de contratos por prestación de servicios de los funcionarios que trabajaban para la entidad y el director, Juan Felipe Harman, decidió no renovarle ese contrato a unas 422 personas.
Casi toda la fuerza laboral de esa entidad, que está adscrita al Ministerio de Agricultura y es el principal actor de la reforma agraria del gobierno de Gustavo Petro, está empleado por prestación de servicios. Es decir, se firman convenios a plazos fijos, habitualmente a seis meses, y tanto el funcionario como la ANT tienen claro que ese acuerdo tiene una fecha final.
Son cerca de 4.000 los funcionarios que brindan sus servicios a la ANT a través de prestación de servicios, lo que representa casi toda la fuerza laboral de la entidad que tiene apenas unas decenas más de trabajadores, quienes son funcionarios de planta.
Y el vacío que tenía esa entidad quedó claro esta semana cuando se adjudicaron y celebraron 242 contratos para la prestación de servicios profesionales y de apoyo para la dirección general y las diferentes subdirecciones y unidades de gestión que tiene ese despacho en todo el país.
Esos datos fueron constatados por SEMANA: se celebraron 67 contratos el lunes 15 de julio, otros 32 el martes, una cifra de 85 convenios celebrados en la jornada del miércoles y 58 más el día jueves 18 de julio. Para el viernes, al final de la semana, no se habían celebrado nuevos contratos para las horas de la tarde, pero sí se publicaron otros cuatro que estaban en proceso de evaluación.
Esa lluvia de contratos en la ANT se viene presentando desde hace semanas. El mismo director de la entidad, Juan Felipe Harman, le había dicho a este medio que estaba “sacando 120 contratos día” y que esos nuevos convenios que se están firmando se celebrarán hasta diciembre de 2024.
Es decir, a final de año, como es habitual en el sector público, otra vez se vencerán los acuerdos firmados con los funcionarios y se tendrán que ejecutar nuevos acuerdos en medio de una planta de trabajadores que espera que algunos de esos cargos pasen a ser de carrera y no solo por prestación de servicios.
Cuotas políticas, en altos cargos de la ANT
Los altos cargos de la ANT también se están renovando y a estos están llegando cuotas políticas. El exsecretario del Interior del Magdalena, Damián Alfonso Marañón, aterrizó en la entidad: él también había sido candidato por el Pacto Histórico a las elecciones regionales de 2022 y militó en el Polo Democrático.
La abogada Farlín Perea Rentería, quien fue gobernadora de Chocó y gerente de etnias de la Alcaldía de Medellín, también aterrizó en la Agencia. Ella es cercana al movimiento Independientes, del exalcalde Daniel Quintero, y llegó a la unidad de gestión territorial para Antioquia, el Eje Cafetero y Chocó, que opera desde Medellín.
Si bien la ANT es un despacho de orden nacional, Harman parece estar recomponiendo la administración que tenía en la Alcaldía de Villavicencio. Allí también puso a la ingeniera Marilexandra Amaya Martínez como coordinadora de gestión contractual (el mismo rol que tuvo en la administración de la capital del Meta), y a Bryan Moreno como secretario privado.
Moreno, quien militó en los partidos Centro Democrático e Independientes, terminó convirtiéndose en su mano derecha tanto en la Alcaldía de Villavicencio como en la Agencia que tiene a cargo la tarea de hacer realidad la reforma agraria prometida por el presidente Petro.