A pesar de que la oposición ya tenía todo listo luego de varias reuniones que habían llegado a cabo, el debate de moción de censura contra la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, que estaba previsto para este miércoles 23 de noviembre, finalmente fue aplazado para la próxima semana.
SEMANA conoció que todos los voceros del Centro Democrático, Cambio Radical, la Liga de Gobernantes Anticorrupción, entre otros, se reunieron durante más de una hora vía Zoom, este fin de semana, para organizar los detalles de la moción.
Asistieron los congresistas Óscar Villamizar y Juan Espinal, del uribismo; Marelen Castillo, como congresista opositora; Érika Sánchez, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción; Carolina Arbeláez, de Cambio Radical, y Miguel Polo Polo.
Sin embargo, por un acuerdo entre el presidente de la Cámara, David Racero, y la Comisión Primera de la Cámara, que discute actualmente la reforma política, se decidió aplazar la moción de censura a Vélez.
Todo se debe a que la Comisión Primera, que tiene una fuerte congestión de proyectos le pidió a Racero no citar a Plenaria este miércoles con el fin de que se puedan tomar todo el día para discutir la reforma política, un proyecto que tiene más de 170 proposiciones, lo que llevará seguramente a una dilatada discusión.
Adicionalmente, esta comisión tiene en fila la reforma electoral y la creación del Ministerio de la Igualdad, ambos con mensaje de urgencia, lo que la obliga a empezar a evacuar los proyectos.
Como la Plenaria tenía previsto del debate contra Velez para este miércoles, la principal consecuencia es que se tiene que aplazar esta moción de censura.
Según le dijeron fuentes de la Cámara a SEMANA, la idea es que la moción de censura contra la ministra quede programada para el próximo miércoles 30 de noviembre.
‘Negocio’ para la oposición
A pesar de que hasta el momento nunca ha prosperado una moción de censura -aunque sí ha provocado la renuncia de ministros por la presión ejercida - este mecanismo resulta bastante rentable para la oposición, que si bien es minoritaria frente a la coalición de Gobierno, se está haciendo escuchar con fuerza.
Un elemento que provoca esta moción de censura es que, tal como lo explicó SEMANA, ha puesto al Gobierno a correr para alinear a su coalición para defender a la ministra.
Esto no deja de representar un desgaste para la administración de Gustavo Petro, especialmente cuando, de nuevo, en el Partido Conservador y en el Partido Liberal ya le empezaron a mostrar los dientes al Gobierno, tal como lo hicieron en la elección de contralor y en el debate de la reforma tributaria.
Este jueves, por ejemplo, varios congresistas del Partido Conservador se reunieron en el Congreso de la República para analizar varios temas, entre ellos, la moción de censura contra la ministra de Minas y Energía.
Aunque el encuentro era para hablar de la agenda legislativa, el asunto de la moción de censura salió a flote porque nuevamente se puso sobre la mesa el malestar que hay en la colectividad por la falta de comunicación con el gobierno del presidente Gustavo Petro.
Varios representantes a la Cámara dijeron que el canal de diálogo con el ministro del Interior Alfonso Prada y con el director del Dapre, Mauricio Lizcano, está cerrado por lo que “se sienten maltratados” a pesar de ser partido de gobierno.
Por esa razón, se pidió votar a favor de la moción de censura que están promoviendo integrantes de Cambio Radical y del Centro Democrático. Sorpresivamente, la solicitud tuvo acogida y, por ahora, el conservatismo será una de las colectividades de la coalición que apoyará la salida de la ministra Vélez.
Igualmente, en la bancada costeña del Partido Liberal hay malestar con la ministra porque no les ha solucionado el problema con las altas tarifas de la energía.
Esto quedó en evidencia durante una reunión de una comisión accidental del Congreso con la ministra, donde el senador liberal Mauricio Gómez Amín el congresista pidió la palabra para recordarle a la funcionaria que se debe hacer algo real para bajar las tarifas que están afectando a los colombianos.
Gómez Amín dijo que, por ahora, todo está quedando en anuncios y no se ve una solución real para este problema que se vive en Colombia, sobre todo en Barranquilla.
“De nada sirven los 500 mil pesos de subsidios que va a dar el Gobierno a los ciudadanos si todo el dinero se les va en el pago de tarifas de energía y agua. ¡Exigimos tarifas de energía justas ya para la Región Caribe!”, dijo el senador.
Cada vez que saben que desde la Casa de Nariño los necesitan, los liberales y conservadores suelen mostrarse rebeldes, lo que obliga al Gobierno a moverse en términos políticos y burocráticos, al que no deja de ser un desgaste.