La Comisión Primera de la Cámara de Representantes aprobó este jueves 17 de noviembre, en su tercero de ocho debates, el proyecto de reforma constitucional que busca reducir las vacaciones de los congresistas o el también llamado receso legislativo.
De esta manera, esta comisión le lanza un salvavidas a esta iniciativa, pues por tratarse de una reforma a la Constitución, requiere superar mínimo cuatro de sus ocho debates reglamentarios, antes del 16 de diciembre, para poder continuar con vida en el Congreso.
Sin embargo, en medio del debate se hizo una modificación que causó polémica, pues, en el papel, los congresistas solo se reducirán las vacaciones en uno de los cuatro meses que gozan actualmente.
Inicialmente, según lo aprobado en el Senado, el Congreso ya no arrancaría las sesiones el 16 de marzo como lo hace cada año, sino que sería a partir del 16 de enero, es decir, se reduciría este receso en dos meses. Ese período iría hasta el 20 de junio y allí saldrían a otro receso legislativo de un mes, hasta el 20 de julio.
En otras palabras, los congresistas ya no tendrían cuatro meses de vacaciones como hoy en día, sino dos.
No obstante, en el texto aprobado en la Comisión Primera de la Cámara quedó establecido que el periodo de sesiones arrancará, no a partir del 16 de enero, como se había propuesto en un principio, sino desde el 16 de febrero.
Es decir, se reducirán apenas un mes de los cuatro meses que tienen actualmente de receso.
El principal argumento de los parlamentarios para no hacer una reducción mayor en sus vacaciones, es que necesitan este tiempo de receso para ir a las regiones y escuchar a las comunidades.
Esta es una iniciativa que viene de hace tiempo y que en el pasado Congreso no prosperó. El año pasado, el entonces representante a la Cámara Gabriel Santos impulsó la iniciativa. Sin embargo, finalmente se hundió por falta de tiempo.
La discusión sobre el trabajo de los congresistas siempre ha generado polémica. Hace 15 días, por ejemplo, el exjefe negociador del Gobierno en La Habana y ahora senador Humberto de la Calle puso el dedo en la llaga y aseguró que no es cierto que en el Congreso no se trabaje y, por el contrario, señaló que les ha tocado sesionar bastante.
“Esta es como la cuarta sesión de más de 12 horas de duración. Hombre, de verdad, no hay tal que en el Congreso no se trabaja”, apuntó De la Calle.
El pronunciamiento del congresista hace referencia a las más de 14 horas que tuvieron que sesionar los senadores para sacar adelante la reforma tributaria. La sesión de la plenaria se extendió tanto que finalizó pasadas las 12 de la madrugada, cuando aprobaron la conciliación del proyecto que prorroga y modifica la Ley 418 o de orden público.
A esto debe sumarse el hecho de que algunos de los congresistas estaban en sus respectivas comisiones desde por la mañana, con lo que sumaron una jornada de trabajo bastante extensa.
No obstante, también hay que tener en cuenta que generalmente las sesiones tanto del Senado como de la Cámara se citan solo los martes y miércoles.
Es decir, contrario a los demás colombianos que deben asistir a trabajar como mínimo de lunes a viernes, los parlamentarios tienen la opción de hacerlo solo los días en que son citados a debatir proyectos o a debates de control político, las dos labores básicas del legislativo.