Fuentes de alto nivel de la Casa de Nariño le confirmaron a SEMANA que el presidente de la República, Gustavo Petro, le pidió la renuncia a la española Eva Ferrer, quien estaba ocupando el cargo en el Gobierno nacional del Pacto Histórico de alta consejera para la Reconciliación.
Ferrer llegó a ocupar ese importante cargo tras su acompañamiento a la campaña Petro Presidente, para que Gustavo Petro y Verónica Alcocer llegaran a la Casa de Nariño, conexión que estaba enmarcada también por la amistad que tiene —o tenía— con la primera dama.
Ferrer y los Petro-Alcocer se conocen desde hace más de diez años. Sin embargo, en los últimos días, la relación entre Alcocer y Ferrer parecía no ser la misma: ya no estaban tan cerca, al parecer se habían distanciado y en algún momento se habló de unos movimientos internos en la Casa de Nariño que posteriormente confirmaron el cambio en la relación.
Luego trascendió que la primera dama, Verónica Alcocer, y su asesora personal, la española Eva Ferrer, rompieron su relación de amistad. La confianza entre ambas se habría acabado a comienzos de 2023, después del encuentro entre Alcocer y el papa Francisco, en el Vaticano, el 10 de diciembre de 2022.
Hasta el momento, las razones de la ruptura se mantienen en secreto. Sin embargo, en el ambiente circularon rumores que apuntaban a filtraciones, abuso de poder y hasta posibles malos manejos de recursos. Ferrer fue una de las primeras extranjeras en ser nacionalizada como colombiana tras la llegada de Petro a la Casa de Nariño, el 7 de agosto de 2022.
El último de ellos, la tesis de un posible mal manejo de dineros, fue desmentido por la Casa de Nariño. Desde allí señalaron que para cuando se habló de ese rumor, la Alta Consejería para la Reconciliación ni tenía presupuesto, que apenas el 14 de agosto de este año se aprobó el Plan de Adquisiciones de la Alta Consejería para la Reconciliación, la que ocupa Ferrer tras obtener la ciudadanía colombiana y con el respaldo de Alcocer.
Tras ello, la molestia fue tal que Ferrer tuvo que trasladar su oficina, que quedaba junto a la de la primera dama, en el segundo piso de la Casa de Nariño.
SEMANA conoció entonces que Ferrer movió su despacho a una oficina del Departamento Administrativo de la Presidencia. El privilegio de una oficina grande, cómoda y más privada quedó atrás. En la Alta Consejería, no obstante, argumentaron que el movimiento se produjo porque la española ya tenía completo su personal para trabajar.
Al igual que Alcocer, Ferrer no habla del tema. SEMANA le preguntó si era confirmado el distanciamiento con la primera dama, pero ella guardó silencio.
No obstante, fuentes cercanas a las dos mujeres ratificaron en ese momento que Verónica Alcocer “no puede verla ni en pintura”. Incluso, alimentan la versión de que la española, posiblemente, habría filtrado el video de Nerú practicándole los masajes a la esposa del presidente en una playa de Cartagena. Las imágenes terminaron en un escándalo en redes sociales.
Para esa época, una de las personas consultadas dijo que Ferrer saldría del cargo, incluso que se iría de Colombia, pero desde la Alta Consejería para la Reconciliación lo descartaron. Además, tras ese enfrentamiento entre Alcocer y la catalana, el presidente Gustavo Petro sostuvo a la mujer en el cargo y el escándalo no trascendió a la prensa.
Independientemente de la relación Ferrer-Alcocer-Petro, desde la oficina de la Alta Consejería para la Reconciliación hablan de los logros de esa dependencia liderada por Ferrer: implementación de El Buzón contra el miedo, la ruta emprendedora para mujeres privadas de la libertad, la implementación del centro de memoria e investigación ‘No es hora de callar’ en cumplimiento de una de las medidas de la CIDH en el caso de la periodista Jineth Bedoya, entre otras.
Lo cierto es que, sin Ferrer a su lado, Verónica Alcocer perdió a su confidente, a su amiga y a su asesora. La catalana tenía entre sus metas convertir a la primera dama en una figura independiente, que marcaba su propia ruta, que tenía su propio equipo de trabajo y que tejía su propio nombre bajo la sombrilla del presidente Gustavo Petro.
La europea —quien conoce a Petro desde que él era alcalde de Bogotá— no descartaba que la primera dama pudiera convertirse, a futuro, en una candidata presidencial.
SEMANA conoció que Ferrer estuvo detrás de las dos visitas de Verónica Alcocer al papa Francisco. La primera vez, la cita la tramitó la campaña presidencial del líder del Pacto Histórico y la europea cuidó cada detalle de los regalos al santo padre, y hasta escogió la vestimenta que debía lucir la esposa del jefe de Estado.
En la segunda oportunidad, la visita papal se organizó desde octubre de 2022, cuando el despacho de Alcocer, del que hacía parte Eva Ferrer, redactó un oficio dirigido al Vaticano en el que expresó el interés de la primera dama para entrevistarse en privado con su santidad.
Ello con el fin de contarle el trabajo que Alcocer adelantaba frente a temas como la violencia contra la mujer, los niños y la búsqueda de la paz en los hogares, las escuelas, el espacio público, el trabajo y las redes sociales.
La misiva se envió directamente al Vaticano con conocimiento del canciller, Álvaro Leyva. También tuvo la aprobación del presidente Petro, quien no se opuso al encuentro. La ONG Cáritas, de Noruega, con sede en Colombia y una de las más cercanas al papa Francisco, también fue notificada.
En diciembre pasado, Alcocer lideró una entrega de regalos de amigo secreto en Navidad con sus más cercanos colaboradores. Eva Ferrer guardó la carta en una caja sorpresa y se la entregó a la primera dama. Cuando ella la abrió, gritó de júbilo.
Sin embargo, nadie imaginó que esa escena de felicidad y camaradería terminara en un distanciamiento casi imposible de remediar.