No fue un buen arranque de 2024 para el congresista Miguel Polo Polo, quien viajó a Europa de vacaciones a encontrarse con un grupo de familiares y terminó como víctima de un grupo de delincuentes que aprovechó una noche y una rumba en la que estaba el representante por las negritudes para hurtarle varios elementos personales.
SEMANA conoció que las escenas fueron dramáticas. Él, en medio de su recorrido, visitó un bar en la capital de Italia junto con dos de sus asesores que son colombianos. “El lugar chévere, mucha gente del extranjero, todo muy bien”, dijo.
Luego, al cierre del establecimiento, a altas horas de la madrugada, “cuando íbamos saliendo, se nos acercó una persona negra, muy alta, hablaba español, al parecer de África. Nos dijo: ‘Ay, mis hermanos negros’. Y yo no reaccioné mal”, narró.
“No vi nada de malo”, dijo.
“Caminamos con él y no sé en qué momento se acercaron otras dos personas negras, también altas, amigas de ese hombre. Sin darnos cuenta, no sé qué le echan a mi asesor, lo drogan, le echaron escopolamina, burundanga; eso no solo pasa en Colombia, también en Europa, en Italia, en Roma”, expresó.
El asesor de Polo Polo, según el congresista, “quedó como en una especie de inconsciencia, casi en estado vegetal: se caía, lo intentábamos parar, pero no lo conseguíamos, no reaccionaba”.
Uno de los atracadores se dirigió hacia el representante a la Cámara.
“Uno de ellos me intentó agarrar mi reloj, tengo las raspaduras en mi brazo, fue agresivo, lo agarró e intentó arrancarlo, pero como está bien pegado, enseguida forcejeé y le dije: ‘¿Qué le pasa, me va a robar? ¿Por qué? ¡Si esto es mío!, ¿acaso es suyo? ¿Por qué me lo va a quitar?’”, contó el dirigente.
El delincuente, según Polo Polo, se marchó. “Cuando vamos a tomar el transporte nos damos cuenta de que yo no tenía mi billetera. Ahí tenía 400 euros en efectivo (1.600.000), mis tarjetas de crédito, mi tarjeta con la que ingreso al Congreso, mis documentos, mi libreta militar”, relacionó.
Por su parte, a su asesora le robaron una cadena de oro y al joven inconsciente, un reloj que cuesta tres millones de pesos.
“Nos sentimos muy impotentes, con esa frustración de que nos robaron. A mí me dejaron sin documentos y sin tarjetas”, expresó.
El asesor, en medio de su estado, se cayó y sangró su ropa.
“Se partió la barba, sangró, y ningún vehículo nos quería recoger porque tenía sangre. Al final, me quité mi chaqueta limpia, se la pasé a él para que nos pararan. Y literal, ocurrió”, dijo.
Cuando el representante llegó hasta su hogar evidenció cómo los delincuentes empezaron a hacer compras con su tarjeta de crédito. “Terminaron gastando como 1.500.000 en transacciones pequeñas”, reportó.
Según Polo Polo, lo ocurrido le deja una lección: “En Europa, a pesar de que es el primer mundo, también echan escopolamina, también roban; lección aprendida de no confiarme. No me pasó en Estados Unidos, ni en España; sí en Italia”.