El presidente Gustavo Petro se refirió a la situación de los embalses cercanos a Bogotá y por qué no se previno esta situación desde antes. Según el mandatario este asunto viene de años atrás y no se tomaron las decisiones pertinentes para evitar la escasez.
“Los embalses de Chingaza entraron en déficit de su flujo desde hace tres años. Se consumía más que lo que entraba”, aseguró el mandatario.
Con espejo retrovisor, el presidente Petro cuestionó que en el pasado no se hayan tomado medidas para mitigar el impacto de la escasez de agua en Colombia.
“En los días de El Niño dejó de entrar aún más agua y se acabó el embalse. ¿Por qué no se ahorró agua desde hace tres años? Dos causas destruyen estructuralmente el embalse de Chingaza”, agregó Petro.
Igualmente, expuso varios puntos por los que se habría llegado a ese momento. “1. Una exagerada urbanización de la Sabana de Bogotá, objeto de una enorme operación de especulación inmobiliaria. 2. La destrucción del piedemonte de la selva amazónica, que genera los ríos voladores que surten de agua líquida los páramos”, afirmó.
Para eso, planteó algunas opciones. “1. Revitalizar la selva amazónica. 2.detener la expansión urbanística. 3. Ahorrar agua potable con instalaciones para aguas lluvias”, aseguró.
Los planteamientos del presidente Petro se produjeron en su cuenta social de X y en medio de las diferentes medidas que se han tomado para evitar racionamientos certeros en el país y apagones eléctricos por cuenta de los bajos niveles de los embalses.
No obstante, las lluvias y la ayuda de los colombianos en esta materia han hecho que los niveles aumenten gradualmente aunque la alerta se mantiene y se ha pedido a la ciudadanía que ahorre agua y energía.
El pasado 21 de abril el presidente Petro afirmó que el nivel de los embalses ha empezado a subir, sin embargo, señaló que todavía no se puede “cantar victoria”.
“Todo dependerá de la magnitud de las lluvias y del esfuerzo de ahorro que hagamos”, agregó en la red X el mandatario, quien manifestó que de la situación de sequía hay varios aprendizajes.
“1. Los embalses están ubicados en las mismas zonas climáticas. Cuando hay sequías todos se afectan al mismo tiempo. Embalses en la caída oriental de los Andes o en la caída occidental equiparan las cargas de una sequía porque estarían en zonas climáticamente diferentes. 2. Poder guardar el agua de los momentos intensos de lluvias y usarla en sequías, sigue siendo apenas una idea. 3. Desarrollar al máximo el potencial de energía limpia para no tener que acudir en momentos de embalses bajos a energías sucias. 4. Hay procesos intensos de urbanización como el de la sabana de Bogotá, que sobrepasa ya la cantidad de agua disponible”, subrayó.
Según el registro de los niveles de embalses de la CAR (Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca), hubo un ligero aumento en todos, a excepción del Sisga. No obstante, los números muestran aún una escasa recuperación.
Dentro de los reservorios de agua con niveles más bajos se destacan el sistema Chingaza, que se encuentra en un 16,19 %, impulsado por la sequía de Chuza, que es parte de dicho sistema. Aunque ha caído lluvia sobre este cuerpo de agua y la tendencia es ascendente, se requerirá mucho más tiempo para que se vea el aporte hídrico.
Lo más preocupantes es que el racionamiento de agua, por cuenta del nivel de Chingaza, podría demorarse, teniendo en cuenta que el 70 % del agua que consume la capital del país viene de ese sistema.
Hay que recordar que alrededor del Parque Natural Chingaza, que está impregnado de bosques y páramos, se construyó el modelo de captación de agua, lo que se hace de forma artificial, para acumularla en los embalses.