El exministro de Educación en el gobierno de Gustavo Petro, Alejandro Gaviria, quien en los últimos meses ha sido muy crítico y ha hecho una serie de advertencias sobre lo que puede ocurrir de llegar a aprobarse la reforma a salud, de nuevo explicó en su cuenta de X por qué se salió del Gobierno, ante una serie de interrogantes sobre la reforma a la salud que no fueron atendidos.
“Los hice en febrero. Nunca tuvieron respuesta. Nunca han tenido respuesta. La reforma a la salud (en su versión de entonces y en su versión actual) puede hacer daño. Mucho daño”, dijo Gaviria.
La aprobación de la reforma a la salud avanza a pasos agigantados en la Cámara de Representantes y este lunes, 4 de diciembre, sólo aprobaron cuatro artículos de la iniciativa. Así, la mayor preocupación de Gaviria se relaciona con las auditorías y que la Adres se haga cargo del pago de las facturas, entre otros puntos de los que ha alertado al afirmar: “El sistema de salud puede quebrar”.
El exjefe de la cartera de Salud, durante el gobierno de Juan Manuel Santos, de igual manera, aprovechó la coyuntura para señalar que la reforma generará todo lo contrario a lo que promulga el Gobierno, puesto que aumentarán la desigualdad y la exclusión.
En su página web, Gaviria resumió los puntos principales que le preocupan sobre lo que se sabía en enero de 2023 respecto a la reforma que hoy, en definitiva, está ad portas de tener luz verde en la Cámara.
El diagnóstico, el punto para empezar
Según lo planteado por Gaviria, todo debe tener un diagnóstico para que se pueda dar una reforma: “Por un análisis de lo que funciona y no funciona, por una evaluación de las capacidades instaladas (nunca se comienza de cero) y las heterogéneas realidades territoriales”.
Y lo que él afirmó en su momento fue que no hay un diagnóstico claro respecto a la iniciativa.
“Pareciera insinuar que todos, o la mayoría de los problemas, se originan en la administración (privada o no pública) del sistema. Como si eliminar las EPS fuera una solución a los problemas de insostenibilidad financiera, corrupción y desigualdades territoriales”, indicó.
Además, explicó: “Los problemas financieros existen en todos los sistemas de salud. Los sistemas públicos europeos están al borde de la quiebra. El susbsistema colombiano del magisterio (que no tiene EPS) enfrenta también grandes dificultades financieras y tiene, en comparación con el Régimen Contributivo, tres veces más quejas por mil afiliados. Lo mismo ocurre con el subsistema de las Fuerzas Armadas”.
Por lo que también expresó que la experiencia del país con pagadores únicos públicos “ha sido desastrosa”. E hizo la advertencia sobre la Adres: “Propone un pagador único, que es hoy una tesorería y se convertiría en una gran EPS pública... Los detalles no se conocen, pero, desde ya, surgen algunas preguntas sobre tres temas: ¿qué va a pasar con los pacientes? ¿Cómo va a ser el flujo de recursos? Y ¿cómo será el manejo de la transición? Hay todavía muchas dudas al respecto”.
La ruta de atención no es clara para los pacientes
“El sistema planteado es, por diseño, fragmentado: parte de una división entre la atención primaria y la de mayor complejidad. Además, no contempla una respuesta precisa para una serie de actividades esenciales”, explicó Gaviria.
Además, expuso ciertos interrogantes planteados con las EPS, que “tienen diez veces más centros de atención primaria que los propuestos en la reforma, ¿qué va a pasar entonces? ¿No tendríamos en el esquema muchas más colas y problemas de atención? ¿Quién va a coordinar el traslado de los pacientes? La sola Nueva EPS hace 800.000 transportes terrestres al año, y miles de transportes aéreos”.
El panorama es más preocupante en cuanto a la atención domiciliaria, la gestión farmacéutica, la entrega de medicamentos, los sistemas de información y vuelven los interrogantes: “¿Quién va a hacer la gestión de riesgo? Por ejemplo, el control de pacientes con enfermedades crónicas (hipertensión, diabetes, etc.). ¿Quién va a liquidar y a auditar las prestaciones económicas, las licencias de maternidad y las incapacidades por enfermedad general? Sin controles, el fraude puede ser inmenso”.
Sin control del gasto, la quiebra del sistema será inevitable
Gaviria volvió a plantear la importancia de diferenciar entre el giro directo y la ordenación del gasto. Por eso señaló que la Adres no está capacitada para la ordenación del gasto: “La reforma ignora este punto esencial. Surgen de nuevo muchas preguntas”.
“¿Quién va a realizar el control de gastos? ¿La auditoría de cientos de millones de facturas? Suponer, como en la propuesta actual, que con un sistema de información que no existe y tres mil personas desde Bogotá se va a hacer esta tarea es ilusorio. Sin control del gasto, la quiebra del sistema será inevitable y acelerada”.
Respecto a la transición, el exministro resaltó que “tomaría décadas y la reforma parece subestimar la complejidad del proceso”.
“El sistema financiero les está cerrando las puertas a las EPS (pues ya las van a liquidar), algunos prestadores están exigiendo anticipos para procedimientos de alta complejidad y la industria farmacéutica mantiene los inventarios a raya, incluso hay desabastecimiento”, aseguró.
En medio de estos interrogantes, Gaviria sí hizo la observación de que una reforma a la salud es necesaria, pero no así.
“Sin un diagnóstico claro ni una respuesta a las preguntas planteadas, la reforma propuesta puede hacer daño. Mucho daño. Lo que iría en contra del principio de siempre para quienes se ocupan de la salud de la gente: ante todo no hacer daño”, concluyó.