El gobierno del presidente Gustavo Petro tiene información que apunta a que Iván Márquez, uno de los excomandantes de las desaparecidas Farc y hoy jefe de la Segunda Marquetalia, está vivo.
Aunque no conoce un video que confirme su estado de salud, ni el registro de su voz, el jefe guerrillero ha intercambiado cartas recientemente con el alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, y el jefe negociador de paz del Gobierno, Armando Novoa.
El propio Novoa le confirmó a SEMANA el cruce de misivas entre el jefe guerrillero en el segundo semestre de 2024. Sin embargo, el reconocido abogado dejó claro que no se tiene certeza de la veracidad del contenido y el emisor de los escritos que llegaron hasta él y Otty Patiño a través de terceras personas. Otra fuente apuntó a que las misivas entre Márquez y el Gobierno serían seis, pero son secretas. La versión no está confirmada.
El académico Francisco Toloza, hoy miembro civil de la mesa de negociación de la Segunda Marquetalia y docente de la Universidad Nacional, cree que la redacción de las cartas es de Iván Márquez. Él conoció la pluma del excomandante guerrillero durante más de un año en las negociaciones de paz entre Juan Manuel Santos y las Farc-EP en Cuba.
El jefe negociador Armando Novoa tiene registros de dos cartas enviadas, al parecer, por Márquez en los últimos seis meses. La primera llegó a principios de octubre de 2024 y una más la primera semana de noviembre. SEMANA conoció que en las cartas, Márquez insistía en la necesidad de la logística operativa que le garantizara su seguridad en la reunión de los equipos de negociación, los detalles, las garantías y las condiciones de los encuentros. Una fuente del Alto Gobierno le confirmó a SEMANA que estaban escritas con su puño y letra.
El Gobierno, por su parte, respondió las misivas y habló de la importancia y la necesidad de avanzar en los diálogos y llegar al segundo ciclo que estaba previsto a realizarse en La Habana en la tercera semana de octubre, pero que no se logró. La tercera misiva se dio a conocer esta semana por medio de los países garantes (Cuba, Noruega y Venezuela) en Puerto Asís, Putumayo.
En la carta, Iván Márquez pidió a sus compañeros no utilizar el nombre de la Segunda Marquetalia y desautorizó a Walter Mendoza, el excomandante del Bloque Occidental de las Farc, como jefe de su delegación. También se quejó del Gobierno. Mendoza fue el hombre que apareció junto al guerrillero en junio de 2024 en Caracas, el mismo que leyó un comunicado revisado por Márquez; su hombre de confianza, el guerrillero que lo acompañó en Venezuela dos días previos al encuentro con el Gobierno en junio de 2024.
La explosiva carta de esta semana, en la que Iván Márquez voló en mil pedazos los escasos resultados de la negociación con la Segunda Marquetalia, volvió a sembrar nuevamente la duda sobre su verdadero estado de salud. Al fin y al cabo, Márquez parece un fantasma que envía cartas desde la clandestinidad, pero no aparece físicamente. SEMANA habló con el excanciller Álvaro Leyva, uno de los políticos que más les ha apostado a los procesos de paz en Colombia, y confirmó que Márquez está vivo. “La noticia que tengo es que está bien. Buena fuente. No hay duda. Puede dar por cierto que está bien de salud, activo y lúcido”, confirmó.
Álvaro Leyva ha visitado recientemente y en dos ocasiones el Palacio de Miraflores, en Caracas, y se ha reunido con el líder del señalado régimen de Venezuela. No obstante, él ha sido claro en que sus visitas no son de Estado. “Vine por invitación del presidente Maduro”, explicó en ese momento.
Otra fuente de alto nivel en Venezuela, quien pidió omitir su nombre, le ratificó a este medio que el guerrillero está vivo, pero aún en convalecencia por una cirugía que se practicó hace dos meses en la cabeza, afectada por una esquirla que se incrustó en el atentado que le hicieron en 2022.
SEMANA conoció que Iván Márquez, al parecer, está molesto con el Gobierno Petro. Aunque él no ha hablado de una ruptura oficial de los diálogos de paz con el Ejecutivo, personas cercanas al guerrillero estiman que está considerando que el alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, lo sacó del camino de la negociación para dialogar exclusivamente con Walter Mendoza, un guerrillero más cercano, con más canales de comunicación y quien ha mostrado más disposición para avanzar en la negociación de paz. No es secreto el afán que tiene Gustavo Petro por alcanzar resultados con su paz total, una política que parece desdibujarse en el ocaso de su gobierno.
Y es que Márquez es un guerrillero complejo que se quedó con la forma de negociar de las antiguas Farc. De hecho, fue el jefe guerrillero que más palos sobre la rueda le puso al proceso de Juan Manuel Santos. Y después de firmar los acuerdos en tres ocasiones, se burló, pateó lo pactado y huyó a la selva. La molestia de Márquez con Otty Patiño proviene desde agosto de 2024, cuando intervino en el Congreso y confirmó que era casi imposible levantar las órdenes de captura contra el jefe subversivo porque tenía orden de extradición de Estados Unidos. Esa era una condición inamovible del guerrillero.
El portazo no le gustó a Márquez, quien junto a Walter Mendoza, envió una carta a Armando Novoa y a Otty Patiño para pedir una reunión de los cuatro. Expuso las condiciones y el mecanismo para el encuentro. En esa oportunidad no hubo respuesta. La reunión clandestina no se logró, dijo una fuente a SEMANA
En su momento, las tensiones de un lado y del otro contaron con la gestión del secretario de Gobierno de Nariño, Benildo Estupiñán, quien fue designado por el Gobierno como facilitador de paz en junio de 2024. “Generamos con la mesa de diálogo los acercamientos para que se realizara un evento en Tumaco que nos permitió reactivar y empezar a buscar fecha para el segundo ciclo que está frustrado por los últimos acontecimientos”, le detalló Estupiñán a SEMANA. Él confirmó que se ha reunido con el jefe negociador Walter Mendoza bajo supervisión de la Oficina del Alto Comisionado.
Más allá de la falta de comunicación de Márquez, personas cercanas al guerrillero estiman que en la paz total de Petro se volvió casi normal fracturar a las organizaciones criminales con las que se negocia y dialogar con los más débiles. Ejemplo: los diálogos con el ELN están divididos hoy entre el Comando Central y Comuneros del Sur, un grupo disidente que opera en Nariño y que mostró su rebeldía ante sus jefes que hoy están en Venezuela. La ruptura llevó al congelamiento de los diálogos con el ELN desde febrero de 2024 y a la animadversión entre los comandantes Antonio García y Pablo Beltrán con Otty Patiño.
Actualmente, en Caracas, las partes intentan sanar heridas y avanzar en medio de fuertes tensiones, pese a que Beltrán anticipó que el grupo guerrillero no firmará la paz con Gustavo Petro.
El Estado Mayor Central de las Farc también terminó estallado entre el grupo armado de Calarcá Córdoba y el de Iván Mordisco. El Gobierno sigue dialogando con el grupo de Calarcá, el más débil, mientras el segundo, más poderoso en armas y número de hombres, sigue distante y acudiendo a la rebeldía contra el Gobierno Petro.
La Segunda Marquetalia no fue ajena a los fraccionamientos de la paz total. Por la ruptura con Iván Márquez, el grupo terminó dividido entre los Comandos de Frontera, la Coordinadora Guerrillera del Pacífico (donde está Walter Mendoza), y el grupo de Márquez. Ese escenario termina dificultando las negociaciones que lidera el alto comisionado para la Paz.
Iván Márquez quedó solo, desconfiado, sin mayor comunicación desde Venezuela y soportando las secuelas que le dejó la explosión de una caja de tabacos en las manos en 2022, que lo dejó sin visión en uno de los ojos y con audición reducida. Sin embargo, SEMANA conoció que conserva estructuras armadas en Vichada, Cesar y La Guajira.
No se puede desconocer que él es un símbolo de las desaparecidas Farc y aún conserva el respeto de algunas estructuras narcotraficantes.