El día en que Jaime Raúl Salamanca, congresista de la Alianza Verde, anunció su aspiración a la presidencia de la Cámara con el guiño del presidente Gustavo Petro, en Sotaquirá, Boyacá, la tierra de donde es oriundo, más de uno no ocultó su sorpresa.
El contador público que llegó al Congreso con 28.110 votos, opcionado a convertirse en el próximo presidente de la Cámara este 20 de julio, cuestionó fuertemente, en su momento, a los petristas que desde el inicio se montaron a la candidatura de Gustavo Petro en 2022.
“Nos llamó comunistas de quinta”, le confesó a SEMANA Christian Uscátegui, el testigo estrella que le contó al Consejo Nacional Electoral cómo desde la campaña de Petro les habían pagado 60.000 pesos a los testigos electorales. En ese momento, Jaime Raúl Salamanca apoyaba a Sergio Fajardo en su campaña presidencial y, posteriormente, se lanzó a los brazos de Gustavo Petro en segunda vuelta. Ahí dio un giro de 180 grados y cambió su posición.
Salamanca –el representante a la Cámara que hoy promueve a la presidencia de la Cámara el Pacto Histórico como si fuera suyo– es la mano derecha del gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, el hombre que le enseñó a dar un triple salto en garrocha y aterrizar en donde está el poder.
Jaime Raúl –según Uscátegui– fue uno de los comodines de Amaya para ganar con cara y con sello las elecciones presidenciales de 2022. De un lado, el hoy Gobernador de Boyacá jugó con Rodolfo Hernández. Apareció en videos en la recta final de la segunda vuelta presidencial y, junto con la hoy senadora Ana Carolina Espitia y el congresista Wilmer Castellanos, ambos de su partido, acompañaron al ingeniero santandereano. Lo que pocos sabían es que el boyacense también le apostó bajo la mesa a Petro.
Amaya –según fuentes consultadas por SEMANA– envió al excongresista Wilmer Leal y a Jaime Raúl Salamanca a la campaña petrista. Con Petro elegido, en noviembre de 2022, Carlos Amaya cambió de tercio y les dijo a los colombianos: “El voto por Rodolfo Hernández fue un error”.
Luego se movió sigilosamente para acomodarse y tener un espacio en el corazón y la agenda del presidente.
Amaya, quien saltó de la Coalición Centro Esperanza a las toldas de Rodolfo Hernández y, posteriormente, al petrismo, terminó convertido en uno de los políticos más influyentes e importantes para el presidente Gustavo Petro. Tiene bajo su poder al grueso de las directivas de la Alianza Verde, que no han permitido que el partido salte del Gobierno a la independencia. Ni siquiera se ha convocado a una asamblea nacional, pese a la salida de Antanas Mockus y Claudia López.
Su interés por Petro es tan evidente que lo puso por encima de su amistad con la exalcaldesa Claudia López, su amiga política. En febrero de 2024, ella –hoy distante del mandatario, pese a que votó por él en las presidenciales– le insistió a Amaya en la necesidad de distanciarse del líder del Pacto Histórico, pero él se negó. López hoy tiene más cercanía con el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, que con Amaya, le dijo una fuente a SEMANA.
La estrecha relación entre Amaya y Petro ya le generó los primeros frutos al gobernador y a su equipo político. De un lado, se convirtió en presidente de la Federación Nacional de Departamentos y le ayuda al Gobierno a mantener la comunicación desde Palacio con las regiones, que ha sido casi nula. Y del otro lado, está a punto de poner presidente de la Cámara si nada extraordinario ocurre.
El representante Jaime Raúl Salamanca –a quienes sus compañeros lo señalan de copiarse del presidente porque luce un lápiz en la mano durante sus apariciones públicas, al igual que el mandatario– ya tuvo el guiño de Petro para la presidencia de la Cámara. Ocurrió la semana anterior en una reunión en la Casa de Nariño entre nueve congresistas de la Alianza Verde, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, y el propio jefe de Estado. El poder de Amaya es tan grande que la congresista Martha Alfonso, más visible y ponente de la reforma pensional, declinó a la posibilidad de llegar a la presidencia de la Cámara.
Petro quiere atravesarse a la aspiración de la representante Katherine Miranda y ha enviado todo un arsenal político en contra de la joven congresista que fue su jefe de debate, pero que hoy carga la cruz de hacerle contrapeso al presidente. El miércoles 17 de julio, Juan Fernando Cristo y el propio Jaime Raúl Salamanca llamaron a varios parlamentarios de La U, el Partido Conservador y el Partido Liberal para sumar respaldos en favor del congresista boyacense. Amaya y hasta la directora del Dapre, Laura Sarabia, hacen lo propio.
Si se logra, Jaime Raúl Salamanca y Carlos Amaya –quienes iniciaron carrera política en el movimiento estudiantil de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia– serían nuevamente premiados por el Gobierno Petro. El hermano de Jaime Raúl Salamanca (Juan Carlos Salamanca Torres) fue beneficiario de dos contratos que suman 68 millones de pesos en el Icetex, un tema que tiene al congresista boyacense en la mira de la Corte Suprema de Justicia porque el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, aseguró que la Alianza Verde tenía puestos en el Gobierno y hacía oposición cuestionando la reforma a la salud.
Como si fuera poco, el excongresista Wilmer Leal, del equipo político de Amaya –fue su jefe de gabinete en su primera gobernación de Boyacá–, fue designado como director ejecutivo del Fondo Colombia en Paz el 23 de agosto de 2023. El entonces director del Dapre y cofundador de la Alianza Verde, Carlos Ramón González, fue clave en esa designación.
Jaime Raúl Salamanca es un congresista de perfil bajo, que tiene más presencia política regional que nacional.
En Boyacá, por ejemplo, amasa la burocracia y el poder. El 23 de marzo de 2024, el gobernador Carlos Amaya designó a Jesús Antonio Salamanca Torres –hermano del congresista– gerente del Hospital del Valle de Tenza. Sin embargo, el nombramiento se convirtió en un dolor de cabeza.
Funcionarios del centro asistencial ubicado en Garagoa, Boyacá, denunciaron que fueron acosados laboralmente por el gerente Salamanca Torres y diez médicos presentaron su carta de renuncia.
Una de las causas de las dimisiones, según los galenos, obedece al “constante acoso laboral por parte del gerente Jesús Antonio Salamanca Torres, sumado al silencio absoluto de los entes de control tanto de la empresa de servicios temporales Iolavorando S. A. S. como por parte del Hospital Regional Segundo Nivel de Atención Valle de Tenza S.S.E. y los distintos entes gubernamentales veedores de dichos procesos”, se lee en una de las cartas de renuncia.
Una de las médicas, Karen Agudelo, les dijo a medios locales que el gerente utiliza malos tratos hacia el personal y se refiere a algunos de ellos como “la chica amazonas” o “los pintos”. Otros profesionales hablaron de problemas de salud mental. Pese a las quejas, el gobernador Carlos Amaya lo defendió, mientras que la Asamblea ya lo citó a un debate de control político.
Volviendo a Jaime Raúl Salamanca, carga entre pecho y espalda su controvertido paso por la Secretaría de Educación en Boyacá entre enero de 2020 y marzo de 2021, cuando se presentaron serias irregularidades en el funcionamiento del Programa de Alimentación Escolar (PAE). En Moniquirá, por ejemplo, al menos 3.500 estudiantes resultaron intoxicados y él tuvo que responder.
Petro está obsesionado con llevar a Jaime Raúl Salamanca a la presidencia de la Cámara. No le importa que forme parte de la política tradicional en Boyacá, que se haya beneficiado del Estado o que tenga señalamientos. Quiere una figura leal que no se le atraviese a la anunciada ley que llevaría al país a una constituyente, que no se oponga a su reforma laboral que llegará a la plenaria de la Cámara y que sea clave en la elección del nuevo magistrado del Consejo Nacional Electoral, en caso de que la Corte Constitucional saque al magistrado Altus Baquero porque no cumple aparentemente los requisitos. El CNE será clave para definir la suerte administrativa de la campaña presidencial Petro Presidente.
En la noche de este viernes, un grupo de congresistas liberales, liderado por el cuestionado Andrés Calle, le dio su respaldo a Salamanca. Lo mismo hizo la bancada del partido de La U. Si Salamanca es elegido, en el próximo año se sabrá si el Congreso cometió el peor error al votar por él, en un momento crucial para Colombia y la democracia, y descartar la opción de Katherine Miranda, que podría haber sido una garantía para los colombianos. Ella ha sido capaz de no transar con el Gobierno y decirle no a Petro, a pesar de que votó por él.