El Gobierno Petro acaba de hacer estallar una papa caliente. El Ministerio de Salud les presentó a los maestros una propuesta de reforma a su sistema de sanidad, el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag), que se empezaría a ejecutar este mismo semestre, pues los contratos actuales finalizan en abril. En ese sentido, para el primero de mayo tendría que estar operando el nuevo formato de atención a los educadores y las alarmas están encendidas.
Se trata de un grupo de colombianos con un sistema de salud diferenciado, con operadores exclusivos y sin copagos. Ha regido desde 1989 y, aunque tiene quejas, les ha brindado una atención de categoría superior al de los usuarios normales de las EPS.
La Casa de Nariño ya había puesto sobre la mesa la posibilidad de modificarlo, por lo que Fecode se declaró en estado de alerta en octubre de 2023 y puso sobre la mesa una convocatoria a paro.
Para calmar los ánimos, el Ministerio de Salud, la Fiduprevisora, los líderes de Fecode y el Consejo Directivo del Fomag negociaron una propuesta de sistema de salud, que el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo y su viceministro, Jaime Urrego, les presentaron a los mandos medios de Fecode. Pero falta que la iniciativa sea aterrizada a los maestros de base en ciudades y en zonas rurales bajo el formato de asambleas. En esas instancias está la reticencia al cambio del modelo.
Esa conversación ocurrió en una reunión del ministro y el viceministro con los maestros en el Hotel Tequendama, en la que ellos solo estaban esperando la presencia de Urrego, pero Jaramillo apareció en el recinto como una señal de la urgencia que le está dando el Gobierno a este asunto. Para hacerse una idea: el ministro no se ha dirigido al Congreso para resolver las dudas de los legisladores sobre la reforma a la salud, pero sí se presentó ante los maestros para explicarles los cambios que quieren aplicar a su servicio de atención médica.
Las conversaciones del Gobierno se llevaron a cabo en diciembre y los docentes de Fecode cuentan que los mismos directivos de la organización se prestaron para dialogar con la cartera.
Es más, Domingo Ayala, el director ejecutivo, ya tiene un tono conciliador con la Presidencia y señaló que “hoy tenemos un gobierno del cambio, un gobierno alternativo que necesitamos respaldar con nuestras acciones, porque ustedes conocen la extrema derecha, todo lo que viene haciendo en estas situaciones de golpe blando”, replicando la retórica del presidente Gustavo Petro.
De ahí que haya maestros que aseguran que las directivas de la Federación fueron las que le abrieron las puertas al Gobierno para reformar el Fomag, pero hay un llamado clave: la decisión final la tendrán los educadores que están en la calle.
“La última palabra la tienen los maestros de base, no el dirigente sindical. Vamos a analizar qué es lo que nos está proponiendo el Ministerio. Que seamos pioneros en esta reforma lo vamos a decidir en una junta extraordinaria que estaría próxima a realizarse, eso lo decide el Comité Ejecutivo de Fecode, pero creo que no pasaría de este mes”, le dijo un directivo regional a SEMANA.
Temor por irregularidades Hay varias dudas sobre la propuesta de la Casa de Nariño. Una de ellas es que la Fiduprevisora seguirá administrando los recursos, pese a que los docentes ya se han quejado de posibles irregularidades en esa entidad. Otro punto es que el ministro les promete pasar de 3.000 proveedores de servicios a 11.000. El problema es que con los prestadores actuales, aunque son pocos, los educadores tienen atención exclusiva y no saben si esa atención preferencial persistirá en el nuevo modelo. Un punto innegociable para ellos es mantener la exclusividad en la atención.
El objetivo del Gobierno es eliminar la intermediación en el sistema de salud de los maestros, exactamente el mismo objetivo que están persiguiendo con la reforma a la salud en trámite en el Congreso, pero todos los docentes que conversaron con SEMANA coincidieron en que no saben qué pasaría durante la transición entre sistemas y tienen miedo de quedar desprotegidos.
“Tenemos un prestador distinto especial solamente para atención a maestros y con el nuevo modelo de salud se perdería esa posibilidad. El temor de los maestros es que acaben con nuestro sistema de salud, que tenemos contemplado en la Ley 91 de 1989. No queremos perder la excepción que tenemos porque somos de régimen especial y eso lo hemos ganado a través de muchas luchas”, señaló otro directivo regional.
Los líderes de Fecode ya están coordinados con el Gobierno, pero la aceptación del nuevo sistema de salud no es tan sencilla. Cada representante de las ocho regiones tendrá que sentarse a socializar el proyecto en asambleas de maestros y serán estos quienes definan la postura, pues bajo el funcionamiento actual del sindicato sus cabezas no pueden dar la última palabra.
Llama la atención que los guiños de los educadores hacia el Gobierno comenzaron por el magisterio de Ibagué, ciudad en la que sembró su carrera política Guillermo Alfonso Jaramillo. Ellos le enviaron una carta al presidente Petro el 8 de febrero en la que manifestaron su “disponibilidad en la construcción de un modelo de salud que acabe con el cáncer que es la intermediación”. El ministro se rodea en su despacho con personas de su ciudad y también hace lo propio con los profesores de su región.
Son tan osadas las promesas de Jaramillo que no se tiene claridad sobre en qué se ha ido la plata de los gastos del Fomag y plantea interrogantes acerca del 40 por ciento de los recursos ejecutados. “Cada uno de los contratistas se reserva la información”, les dijo a los maestros y hasta les prometió que ellos tendrían el poder sobre la gestión de los recursos de su sistema de salud.
“Vamos a tener la posibilidad de que ustedes mismos manejen su propio sistema de salud. Administrando este modelo, ustedes tendrán la posibilidad de lograr los resultados que quieren”, les aseguró el ministro.
El Fomag tiene 818.960 afiliados, de los que 401.114 (el 48,9 por ciento) son mayores de 50 años y 113.789 (el 13,89 por ciento) tienen más de 69. De esa totalidad de suscritos, el 40,6 por ciento está concentrado en 14 ciudades y hay un listado de 292 municipios que cuentan con menos de 50 afiliados.
Los docentes temen que el Gobierno quiera cambiar el Fomag con o sin reforma a la salud, en un escenario en el que no saben si las propuestas del Ejecutivo sobre el sector son viables.