El presidente Gustavo Petro quiere reconquistar las calles y demostrarle al país que, pese al desgaste generado por el controvertido arranque de su Gobierno, aún sigue teniendo en sus manos a las clases populares que lo respaldan y acuden a sus llamados.
Lo hace en un momento crucial para el tránsito de sus reformas en el Congreso y después del descontento entre sus principales seguidores, que sienten que 14 meses después de permanecer en el poder la administración no ha demostrado “el cambio” que prometió durante la campaña presidencial.
El presidente tiene claro que ha perdido fuerza en la plaza pública, su principal tribuna. Su hijo Nicolás Petro, quien estuvo en el corazón de la campaña, le reconoció a SEMANA en agosto que el Ejecutivo olvidó a las bases que lo eligieron. “Hay muchísima gente decepcionada porque en las regiones quienes siguen mandando son los mismos de siempre. Por eso, cuando han convocado a las marchas, la gente no sale”, confesó.
El exdiputado del Atlántico, hoy investigado por enriquecimiento ilícito y lavado de activos en medio de la campaña presidencial de su padre, tiene razón.
Las últimas concentraciones del Pacto Histórico no han sido las más concurridas. De hecho, varios congresistas petristas se han opuesto a nuevas movilizaciones porque el Petro presidente no tiene la fuerza en las calles que tenía el entonces candidato.
El jefe de Estado tomó el toro por los cachos y convocó el 13 de septiembre pasado a un cónclave a los senadores y representantes del Pacto Histórico. El tema central: las movilizaciones del 27 de septiembre. Les pidió con urgencia involucrarse en la marcha, moverse en sus regiones y apoyarse en algunas entidades del Gobierno nacional.
En la reunión, a la que asistió el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, Petro pidió al Pacto apoyarse en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (Anuc), las juntas de acción comunal y la Federación Colombiana de Educadores (Fecode). El sindicato de maestros ha sido cuestionado porque donó 500 millones de pesos para la campaña presidencial de Gustavo Petro. El propio Nelson Alarcón, director de Fecode, le reconoció a SEMANA que participarán en la jornada del 27 de septiembre y que sí inyectaron recursos a la campaña del hoy jefe de Estado.
El presidente no esconde el interés por concentrar una gran masa de ciudadanos que lo respalde en la calle. Desde sus redes sociales ha promovido las invitaciones y varios ministros lo han replicado. “Nos mueve la selva, nos mueven los océanos, nos mueven los manglares”, se oye en un video que compartió promoviendo las concentraciones. Laura Sarabia, directora del DPS, lo replicó.
¿Acaso, el jefe de Estado no tiene garras jurídicas para tomar decisiones frente a la selva y los océanos?, preguntan algunos de los opositores al Gobierno. “Este 27 de septiembre vente pa’ la plaza y súmate al movimiento del carnaval por la vida”, escribió el Ministerio de Agricultura en su cuenta oficial de X.
En Putumayo, la directora territorial de la Unidad de Restitución de Tierras, Diana Silva, ha participado directamente en la convocatoria, según chats que conoció SEMANA.
“Hola María, estamos a la espera de la información de los responsables de cada organización para saber cuántas personas salen por cada municipio y poder gestionar el transporte”, se lee en un mensaje que la funcionaria compartió en un grupo de la Unidad de Restitución de Tierras, que hace parte del Ministerio de Agricultura. Varias fuentes de la entidad le dijeron a esta revista que algunos de sus empleados asumirían el pago del transporte, la hidratación y la comida para los ciudadanos.
“Es urgente allegar la información, compañeros porque los trámites institucionales son muy demorados y no podemos arriesgarnos a quedarnos sin esa gestión”, añade Silva. Petro busca dar un golpe de opinión, agitar las calles y enviarle un mensaje claro al país ad portas de las elecciones del 29 de octubre y que apunta a que su poderío en el asfalto sigue intacto.