SEMANA: ¿qué pasó después de la conferencia internacional de Venezuela en Bogotá que organizó el gobierno de Gustavo Petro?
MARÍA CORINA MACHADO (M. C. M.): quedó igualito como estaba antes, igualito antes que después. Y no es algo que pueda sorprender a nadie. ¿Dónde están los incentivos hoy para que Nicolás Maduro y la tiranía cedan en aspectos que son relevantes para la transición en la democracia y acabar con la crisis humanitaria que vive el país? Lamentablemente ya son 15 iniciativas con distintas denominaciones (diálogos, negociaciones, cumbres, conferencias), y todas han terminado igual. Maduro lo que busca es ganar tiempo, lavarse la cara y conseguir plata. Y, al final, algo de esas cosas siempre consigue.
SEMANA: ¿es decir, no sirvió de nada la conferencia en Bogotá?
M. C. M.: yo pregunto: ¿está Venezuela mejor hoy? ¿Hay alguna posibilidad mayor de avanzar en la corrección de las prácticas corruptas, violatorias de derechos humanos, de represión y silencio a la libertad de expresión del país? Absolutamente, no. No hay ninguna señal de que el régimen, producto de esa u otras iniciativas, esté pensando en cambiar sus políticas.
SEMANA: ¿qué pasó con la intermediación de Gustavo Petro?
M. C. M.: es una buena pregunta porque al final, ¿qué es lo que quiere cada una de las partes? Esa es la gran pregunta, ¿qué es lo que busca Gustavo Petro de su relación con Nicolás Maduro? ¿Y Maduro con Petro? Quizá lo del venezolano es más evidente, que Petro sea un agente para que le quiten todas las presiones internacionales, sanciones económicas, persecuciones, investigaciones judiciales, las restricciones al uso de los recursos del Estado venezolano, entre otros.
SEMANA: ¿y qué quiere Petro a cambio?
M. C. M.: es la gran pregunta. Uno de los intereses podría ser que Maduro intercediera frente al ELN para que se sumara a la ‘paz total’. ¿Pero puede Petro cumplirle a Maduro y lograr quitarle las sanciones? Y más aún, ¿quiere Maduro que el ELN suspenda sus actividades criminales y se sume a una política de paz? La respuesta en ambos casos es no.
SEMANA: ¿es decir, no ve futuro y resultados a esa relación?
M. C. M.: en este momento, no. Creo que la comunidad internacional debe atender lo que está pasando en Venezuela y observar bien, no en la superficie, no lo que el régimen y su aparato de propaganda pretenden transmitir, es una imagen muy distinta a la realidad venezolana.
SEMANA: ¿y cómo está Venezuela? En Colombia hablan de una mejoría.
M. C. M.: cada día que pasa este país va palo abajo, en términos de calidad de vida, servicios, expectativa de la sociedad. Venezuela se ha convertido en un hervidero. Cada día la tensión social es mayor. Eso está creando una energía, un caldo de cultivo tremendo en el país y se refleja también en las bases de las Fuerzas Armadas. Mientras esto ocurre, el régimen pretende vender una imagen de que el país va en proceso de normalización y no es así. Estamos frente a una oportunidad -puede ser la última para muchos venezolanos- en 2024, de lograr que los que se han ido regresen. Esta fuerza social que se está produciendo se está canalizando a través de la aspiración de un nuevo liderazgo político. Las elecciones primarias son un hito fundamental para construir esa fuerza, para construir un liderazgo robusto, confiable y que sirva de interlocutor frente a los actores internacionales de cara a una negociación seria con la tiranía. Por eso, no creo que antes de las primarias sea posible que el régimen ceda en absolutamente nada.
SEMANA: confiese: ¿usted confía en Gustavo Petro como intermediador?
M. C. M.: Gustavo Petro ha demostrado ser un aliado de Nicolás Maduro. Eso ha sido hasta ahora. Tendríamos que ver si a partir de este momento, hay evidencias de lo contrario. Por el bien de Colombia, es necesario que Maduro entienda que tanto Venezuela como el hemisferio occidental no van a aceptar que él niegue la opción o el compromiso electoral de 2024. El mundo no lo va a aceptar. Venezuela, tampoco. Lo que está ocurriendo en mi país es grande, quizá no es evidente, lo digo yo que estoy recorriendo el país de punta a punta. Llevo diez años con prohibición de salir del país y desde hace seis no me permiten montarme en un vuelo doméstico. El régimen les ha dicho a las aerolíneas comerciales privadas que si me montan en un avión les quitan la licencia. Yo recorro mi país manejando mi carro. Yo sé lo que está pasando. Hablo con los policías, los militares, trabajadores, transportistas, las amas de casa. Esto se está levantando de una manera inédita. En las concentraciones políticas que estamos realizando, que esperaban 200 personas, nos llegan 2.000, 3.000 ciudadanos, gente que va a pie, que camina dos y tres horas para llegar, incluso del chavismo. Lo que se está dando es una lucha espiritual entre el bien y el mal.
SEMANA: ¿cómo le ha parecido la forma en que el Gobierno de Colombia se acercó al régimen de Venezuela?
M. C. M.: ha sido absolutamente turbio. Nadie conoce qué es lo que allí se está discutiendo, en un momento tan crucial y tan delicado, porque sabemos lo que está ocurriendo en términos de la frontera, narcotráfico, lavado de dólares. Voy a visitar toda la frontera la semana que viene. En un municipio de Táchira, pueblos y caseríos, la guerrilla (disidencias de las Farc y ELN) decide absolutamente todo, si los niños van a la escuela, si se abre o no el comercio, si se transporta o no mercancía. Venezuela se ha convertido en el territorio de libre operación de la guerrilla colombiana, además de la presencia evidente de carteles de la droga mexicanos. Los grupos criminales ponen la ley y las Fuerzas Armadas Venezolanas han estado relegadas por instrucciones de Maduro (...). En Venezuela están operando a sus anchas Irán, Rusia y los grupos terroristas vinculados a Irán, pero la base de esta estructura, de este sistema, es un entramado criminal muy oscuro que tiene, indiscutiblemente, operaciones en Colombia y otros países de la región. Y todo con el propósito de debilitar las democracias liberales de Occidente, en particular, Estados Unidos.
SEMANA: preocupa que estos grupos de Irán, Rusia pasen a Colombia.
M. C. M.: yo creo que ya están pasando. No hay manera de colocar fronteras físicas en este siglo. No hay manera de colocar una contención y en la medida en que las Fuerzas Armadas colombianas se debiliten, Colombia se hace mucho más frágil, vulnerable. Esa es mi gran preocupación. De alguna manera, Colombia ha sido una barrera por sus Fuerzas Armadas y la Policía, al menos hasta ahora.
SEMANA: ¿cómo ve el papel de Armando Benedetti como embajador en Venezuela?
M. C. M.: muy triste. Creo que las relaciones entre Colombia y Venezuela son complejas y delicadas y ameritan ser manejadas con mucho respeto y profesionalismo.
SEMANA: ¿por qué muy triste?
M. C. M.: si Petro quiere enviar una señal al mundo de que quiere hacer su contribución a la transición democrática de Venezuela lo primero que tendría que hacer es escoger representantes que transmitan ese propósito.
SEMANA: ¿y Benedetti no lo transmite?
M. C. M.: todo lo contrario.
SEMANA: ¿por qué en la mesa de negociación de la oposición no están usted, Enrique Capriles, Leopoldo López, los personajes venezolanos que el mundo conoce?
M. C. M.: las otras personas tienen su representante en esa mesa. Yo no porque para mí eso no es una mesa de negociación, eso, al final, se ha terminado convirtiendo en una mesa de extorsión, donde el régimen va a amenazar con múltiples informaciones a quienes están allí. El régimen ha ido depurando los representantes que allí existen y escogiendo sus interlocutores.
SEMANA: confirmado, ¿usted apirará a la Presidencia?
M. C. M.: por supuesto. Tendrían que venir conmigo para ver cómo es la acogida de la gente, es muy emocionante. No puedo tomar aviones, me voy a Táchira la semana que viene conduciendo mi carro. Se suma tanta y tanta gente. Esto no es una campaña electoral, es un movimiento social que se está levantando con enorme esperanza. El 22 de octubre son las elecciones primarias, ese día los venezolanos aquí y afuera podrán votar. Ese día la sociedad venezolana se va a unir para decir qué queremos. Estoy convencida de que será un momento luminoso. El régimen le tiene terror. ¿Qué ofrecen las primarias? Organización ciudadana, coordinación de todas las fuerzas de oposición y una gran legitimidad porque es el pueblo el que elige el liderazgo para enfrentar y derrotar a Maduro en 2024.
SEMANA: si Petro lee esta entrevista, ¿qué le dice?
M. C. M.: que después del 22 de octubre le espera una cita conmigo porque un buen grupo de venezolanos va a votar las primarias. A partir de ese día su deber será que Maduro acepte que todos los venezolanos que están en Colombia voten en 2024. Si eso es lo que él dice que está dispuesto a interceder con Maduro para una elección con garantías en el próximo año, nos vemos el 23 de octubre.