VICKY DÁVILA: María Corina, gracias por defender la democracia, la libertad, por ser un ejemplo, usted es una heroína; es que no sé qué más palabras decirle, estoy emocionada de verla.
MARÍA CORINA MACHADO: Vicky, muchas gracias, estoy muy orgullosa de lo que hemos hecho los venezolanos con el apoyo de los colombianos y los latinoamericanos. Lo que está en juego es el futuro de una sociedad, de millones y millones de personas en Venezuela.
V.D.: Fue estremecedor escucharla cuando anunció que tenía que proteger su libertad y su vida. ¿Sigue resguardada en la clandestinidad?
M.M.: Sí, son cientos los dirigentes de todos nuestros comandos de los partidos, de los equipos, periodistas, dirigentes de la sociedad civil, que hemos tomado medidas de resguardo porque la lucha continúa ahora con más fuerza que nunca y no vamos a dejar sola a nuestra gente, y hay que tomar precauciones.
V.D.: Hay una sensación de que Maduro se está quedando en el poder y que está ganando tiempo. ¿Cómo lo ve?
M.M.: Todo lo contrario, Vicky, creo que los ciudadanos nunca hemos estado en una posición de tanta fuerza. Los sectores democráticos y nunca el régimen ha estado tan débil. Lo que ocurrió el 28 de julio no se lo esperaban. Jamás se imaginaron que iba a salir a votar tanta gente, que el voto por Edmundo González iba a ser de ese nivel tan abrumador y apabullante, y nunca, muchísimo menos, se imaginaron que estábamos listos para demostrar nuestra victoria. Pudimos recoger cada una de las actas, que son documentos originales. Trataron de expulsar a nuestros testigos, impedir que enviáramos la información, pero lo logramos con el apoyo de muchos funcionarios del Consejo Nacional Electoral y del Plan República que desobedecieron órdenes ese día y hoy están allí.
V.D.: Realmente fue un proceso crucial, increíble y muy valiente. Algo irrebatible.
M.M.: Recogimos las actas, las escaneamos, las digitalizamos y el mundo entero ha hecho un escrutinio. Decenas de estudios ratifican que es una información absolutamente auténtica. Maduro perdió toda legitimidad, el mundo sabe que pretende robarse una elección con el fraude más grande de la historia de la humanidad y no lo vamos a permitir. ¿Qué es lo que le queda a él? Un segmento del alto mando militar y la violencia, más nada. Y mientras siga reprimiendo a los venezolanos, pues se termina de hundir, hundir y hundir, y aislarse más.
V.D.: Hablemos de esa represión. Las imágenes que hemos visto, lo que ha pasado con su gente, con la oposición, es aterrador.
M.M.: Es cruel. Maduro habla de 2.500 personas que ellos dicen que han detenido. Las organizaciones de derechos humanos, las ONG, hablan de 1.350. Hay 44 casos de desapariciones forzadas, siete periodistas detenidos, cuatro acusados de terrorismo, 24 asesinatos. Ha sido algo brutal, masivo, sistemático, o sea, ir a las casas de los testigos y llevárselos arrastrados. Si ellos no están, porque se han escondido, entonces se llevan a la esposa o a los hijos. Y marcan las puertas.
V.D.: El secuestro de María Oropeza por parte de un comando armado del régimen muestra la crueldad de Maduro.
M.M.: Es un caso que nos conmovió a todos, porque lo vimos en tiempo real, cómo llegaron a la casa de María, nuestra directora de campaña en el estado Portuguesa. Una joven que tuvo la firmeza, la reciedumbre de transmitir a través de su Instagram en tiempo real cómo reventaban la reja de su casa y cómo se la llevaron arrastrada. Y la dignidad con que han reaccionado los equipos, los familiares, es decir, es brutal, el mundo está viendo como actúa un régimen que lo único que le queda es apelar al crimen. Se divulgó un informe de la Misión de Determinación de los Hechos y es verdaderamente demoledor. Creo que el mundo ya entendió. O sea, es un régimen que pretende quedarse por la fuerza y es una sociedad que pacíficamente resiste, se organiza y avanza. Aquí esto no tiene vuelta atrás. Nosotros vamos a hacer valer la soberanía popular expresada el 28 de julio.
V.D.: María Corina, hay algo que me conmueve. ¿Usted de dónde saca tanto valor?
M.M.: Es el valor que ha demostrado la sociedad venezolana, Vicky. Yo soy una más. Mira lo que pasó ese día de elecciones. Millones y millones de venezolanos salimos, a pesar de toda la intimidación y las amenazas del régimen. Más de un millón de venezolanos teníamos tareas concretas ese día y se hicieron bien. Y aunque el régimen nos acusa de terroristas, nos ofende nuestro honor, a nuestra familia y nuestra dignidad, la gente sigue allí firme. Entonces, de allí viene la fuerza. Unos la damos a los otros. Y por esto ha sido un movimiento social y cultural poderosísimo. Creo que el más poderoso que ha habido en generaciones en Venezuela.
V.D.: Y, sin duda, el más valiente…
M.M.: Es un movimiento por la redención, por la liberación y por el reencuentro de la familia, ¿sabes? Por eso, esto ha adquirido una dimensión que va mucho más allá de una lucha electoral. Para nosotros es una lucha existencial y espiritual. Y por eso vamos hasta el final.
V.D.: ¿Qué piensa del papel de Estados Unidos?
M.M.: Estados Unidos, al igual que muchos otros países de América Latina, han dicho que saben que el pueblo de Venezuela ganó. De ahí no se han movido. Algunos países han ido más allá y han dicho que reconocen a Edmundo González como presidente electo, y hay algunos países que han mantenido una posición más prudente, como México, Colombia y Brasil, para mantener una interlocución con Nicolás Maduro por razones que todos sabemos son históricas y mantienen algunos vínculos. Pero al final, todo el mundo sabe lo que pasó, Vicky. Lo saben las Fuerzas Armadas, lo saben los chavistas y todos los venezolanos. Entonces aquí lo que se está manteniendo son unos espacios para presionar en favor de la negociación con el régimen, que al final es la mejor opción que tiene Maduro. Hasta ahora quizás no ha hecho una evaluación realista de cuáles son sus opciones; pero, sin lugar a dudas, su mejor opción es aceptar los términos de una negociación.
V.D.: ¿Qué tipo de negociación?
M.M.: Habría cuatro componentes: el primero es partir del reconocimiento de los resultados del 28 de octubre, eso no se negocia. En segundo lugar, es una negociación para la transición. Aquí no hay que hacer ni nuevas elecciones, ni ningún esquema de poder compartido, aquí vamos a la transición democrática, como consecuencia del reconocimiento de la soberanía popular. En tercer lugar, obviamente, estamos dispuestos a ofrecer garantías, a ofrecer salvaguardas e incentivos a las partes. Y finalmente, una negociación en la cual el centro es el pueblo de Venezuela, representado por los líderes que legítimamente el pueblo escogió el 28 de julio y el 22 de octubre.
V.D.: Petro propuso que Venezuela repita las elecciones, pero usted ha sido clara en que no se negocia con los resultados del 28 de julio en los que ganó Edmundo González, ¿entonces?
M.M.: Hemos planteado una negociación para la transición democrática, he escuchado planteamientos de nuevas elecciones, eso es un exabrupto, la elección aquí ya ocurrió, ocurrió con las reglas del juego del régimen, ocurrió en condiciones totalmente asimétricas y aun así, no solamente ganamos, arrasamos y lo demostramos. Entonces, la elección ya ocurrió, y la soberanía popular hay que respetarla. Que se respete la voluntad del 28 de julio, y que el mundo tenga la evidencia del resultado que ocurrió. El Consejo Nacional Electoral se niega a hacerlo, ¿por qué? Porque también tienen las actas y son las mismas que tenemos nosotros, porque son documentos oficiales que se imprimieron simultáneamente. Entonces no las muestran porque evidentemente coinciden con el resultado que nosotros hemos anunciado y eso lo sabe el mundo entero, hasta el Centro Carter y el panel de expertos de las Naciones Unidas. De verdad le agradecemos al secretario general de la ONU que haya hecho público este informe, porque demuestra que todo lo que hemos dicho es verdad.
V.D.: Cuando Maduro anunció que entregaron las actas, ¿fue un parapeto, un cuento, un distractor?
M.M.: Que las muestre, que enseñe una. Elvis Amoroso proclamó a Nicolás Maduro con una servilleta, no ha mostrado el resultado de una mesa, nosotros tenemos el 84 por ciento de las actas recogidas, digitalizadas, publicadas en una página web, tenían un QR, las ha revisado ‘Raimundo y todo el mundo’, expertos, académicos, universidades, institutos, Gobiernos y todos concluyen que la información es absolutamente auténtica: Edmundo González ganó con el 67 por ciento de los votos.
V.D.: Cuando se habla de nuevas elecciones, ¿cuál es el peligro de aceptar eso, María Corina?
M.M.: Y si tampoco les gustan los resultados de esa segunda elección, ¿qué hacemos? ¿Una tercera, una cuarta, una quinta? O sea, ¿cuántas hacen falta? ¿Ustedes aceptarían eso en Colombia?
V.D.: No…
M.M.: Al que no le gusta el resultado dice: vamos a hacer una elección nueva, entonces miren, aquí hay que ser serios, el pueblo de Venezuela habló, habló claro, de manera cívica, de manera organizada. Entonces el pueblo se respeta. Cuando se plantea si hay que hacer una nueva elección, es una burla a los ciudadanos que han dado su vida y arriesgado su vida por expresar la voluntad popular y el ejercicio de la soberanía popular en el voto.
V.D.: Cuando usted menciona a Colombia, me hace recordar que aquí muchos pensamos que si Maduro se queda a la fuerza en el poder, hay una mayor probabilidad de que Petro se nos quede acá. ¿Cree que cundiría ese mal ejemplo del dictador venezolano?
M.M.: Maduro, recurriendo a la fuerza, que es lo único que le queda, está en una situación absolutamente inestable. Cuando te digo que no es sostenible, es porque en la sociedad venezolana no nos vamos a rendir y yo sé que ustedes tampoco. Ustedes nos van a acompañar. Si Maduro pretendiera prolongar esta agonía unos meses, lo que sí estaríamos viendo, Vicky, es la ola migratoria más grande que ha habido hasta ahora. Hemos perdido más del 25 por ciento de la población, que ha tenido que huir, una buena parte ha cruzado a tu país. Imagínate tres, cuatro, cinco millones de venezolanos huyendo ahora.
V.D.: ¿Qué ha pasado, tras las elecciones, con esos venezolanos que huyen del régimen?
M.M.: En los primeros días, después del 28 de julio, en el informe de Acnur, vemos cómo la migración a Brasil pasó de 50 personas diarias, el 28 de julio, a 353 personas diarias, una semana después. Solo en una semana.
Entonces, esta hemorragia es la que tenemos que parar. No solamente queremos que la gente deje de irse, sino que los que se han ido regresen, y eso va a ocurrir en el momento en el que Maduro acepte los términos de una negociación. Perdió, fue derrotado por el pueblo de Venezuela. Todo el mundo lo sabe. Tiene que irse y estamos dispuestos a que esto sea de una manera ordenada y pacífica.
V.D.: Petro ha sido criticado por no tener una posición radical contra Maduro, teniendo en cuenta que se está robando las elecciones democráticas en su país. ¿Qué piensa?
M.M.: Entiendo en este momento lo que están intentando los Gobiernos de Colombia, Brasil y México, y, sobre todo, los dos primeros, que creo que han sido más claros en ese sentido. A nivel de la Cancillería, hay toda la disposición de mantener este canal abierto y se ha trabajado duro para que, efectivamente, se pueda avanzar en una dirección, que es lo que queremos todos. Y debo decirte algo, yo nunca había visto este nivel de unanimidad de los países democráticos de Occidente, salvo Honduras, Nicaragua y Cuba. Toda la Unión Europea, incluso países de otros continentes.
V.D.: ¿Habrá posesión de Edmundo González en enero, como corresponde?
M.M.: Será el nuevo presidente de la república y el nuevo comandante en jefe.
V.D.: Hablemos de los militares venezolanos que están divididos entre quienes están con el régimen y los que piensan como la oposición…
M.M.: Desde hace muchos años, no puedo salir del país y no me dejan tomar un avión, ni comercial. De modo que he recorrido mi país manejando mi carro en estos últimos meses de una manera muy intensa. Ha sido una oportunidad para hablar con los militares o con los policías y los ciudadanos, y escucharnos. Y lo que yo encuentro es que son hombres y mujeres que, como el resto de los venezolanos, anhelan un cambio. Tienen esposas, madres, hijas que no tienen qué comer, que no están recibiendo educación, que no tienen salud, que no tienen agua o luz en sus casas, que se les han ido seres queridos. Además, saben que están sirviendo en una institución a la que aman, a la que quieren, pero que está totalmente debilitada, porque la han convertido en una institución al servicio de una parcialidad política y no de la patria, no de la nación, como ellos juraron.
El día de la elección vimos cómo en la inmensa mayoría de los centros de votación los efectivos del Plan República contribuyeron al pacífico desarrollo del proceso y a que obtuviéramos las actas, y obviamente saben lo que pasó, porque ellos fueron testigos de primera fila. En muchos centros de votación, donde hay alta concentración de militares, Edmundo arrasó, como en el resto de los centros de votación. De modo que aquí no hay dos Venezuelas, eso es lo que Chávez intentó hacer y mandó exacerbar, nosotros hemos derribado esas divisiones que ellos trataron de construir entre izquierda, derecha, blancos, negros, ricos, pobres, militares o civiles, los que estamos aquí y los que están afuera. Somos un solo país y eso es muy poderoso.
V.D.: Estoy frente a una mujer infinitamente valiente, pero, ante todo, estoy frente a una mamá. Quiero saber qué ha pasado en esas conversaciones con los hijos, no quiero imaginar lo que alcanzan a pensar.
M.M.: Ay, bueno, esa es una tecla delicada. Siento como una gran contradicción en mí misma, porque al final, todo lo que uno hace es por ellos, por dejarles a ellos y a todos los niños de Venezuela un país del que se sientan superorgullosos, que puedan vivir aquí y que puedan tener el destino de su futuro en las manos. En una nación luminosa, alegre, donde todos podamos vivir bien felices. Pero, al mismo tiempo, todo lo que hago también los perjudica a ellos, especialmente, y obviamente, veo en ellos mucha angustia, pero bueno, me apoyan mucho, están muy cerca de mí. Hablamos todos los días, así sea un ratico, y como todos los venezolanos alrededor del mundo, están todo el tiempo pensando cómo pueden ayudar.
V.D.: Este sábado usted ha convocado una movilización mundial por Venezuela, la democracia y la libertad.
M.M.: Tenemos una enorme movilización a nivel mundial y a todos los que están afuera, junto con los que estamos aquí. Quiero pedirles que nos encontremos, no solo los venezolanos, todos, todos los demócratas del mundo, muy especialmente los colombianos.
V.D.: Y así va a ser, María Corina. Imagino que allá en su corazón sueña con una Venezuela libre, pero creo que en lo más profundo desea que sus hijos puedan regresar, ¿verdad? Volver a estar juntos, volver a tomarse un café, a pasear sin el temor de la dictadura.
M.M.: Yo me convencí de que la tiranía estaba derrotada y de que, más allá de los obstáculos y del tiempo que esto tomará, el destino es la libertad. Hablando con cientos y millones de mujeres, abuelos que me decían: “Mira, ¿qué más me van a quitar?, si me han quitado a mis hijos, dime, ¿qué tengo que hacer?”. Es algo que nos ha unificado, que le ha dado un sentido, que le ha dado una fuerza, que ha unido a todos los venezolanos. Queremos a nuestros hijos de vuelta, queremos tener a nuestra familia unida, nos queremos comer nuestras hallacas, nuestra arepa, queremos cantar, pasarla juntos en Navidad, queremos trabajar.
V.D.: Un sueño de libertad, María Corina…
M.M.: Este país lo vamos a sacar adelante y yo a los venezolanos lo único que les ofrezco es trabajo, trabajo y más trabajo, pero trabajo productivo, decente, honesto, una Venezuela donde vamos a ser todos iguales ante la ley, donde nunca más una mujer venezolana va a bajar la cabeza por una bolsa de comida, nunca más. Una Venezuela donde vamos a poder vivir con dignidad, con respeto, donde nuestros servidores públicos rendirán cuentas y donde el Estado estará al servicio de la sociedad. Nunca se volverá a servir de ella y esto es muy poderoso, Vicky, y créeme que vienen días muy complicados, muy peligrosos, sin duda, pero mira lo que logramos. ¿Cuántas veces nos dijeron que era imposible, que no iba a haber primarias, que no iba a poder competir, que nunca iba a ganar, que no iba a haber elecciones, que no íbamos a tener candidato, que no íbamos a demostrar el fraude? Todo lo hemos logrado. Hemos avanzado cuatro etapas. Estamos en la quinta, que es lograr el reconocimiento de la victoria de Edmundo González y avanzar en la negociación, y la sexta será la transición hacia la democracia.
V.D.: Cada minuto de dolor que ha vivido el pueblo venezolano es un ejemplo para la región, para el mundo, esa lucha, esa firmeza. Cuando la escucho, le confieso que me conmueve en lo más profundo. Ese es el valor de la democracia y la libertad, perderlas es muy fácil, pero recuperarlas es un calvario en el que se pierden muchas vidas e ilusiones. Ustedes llevan 25 años. Hoy hay otros pueblos que están en riesgo y le menciono, claramente, a Colombia.
M.M.: Creo que lo que ha vivido Venezuela… es que a veces es muy difícil aprender en pellejo ajeno. Nosotros mirábamos a Cuba y decíamos: “No, Venezuela no es Cuba”, y fíjate. Entonces, yo creo que, al final, el antídoto es una ciudadanía consciente de lo frágiles que pueden ser la democracia y la libertad, y que, al final, es la responsabilidad absolutamente de todos de cuidarlas y de protegerlas. Eso parte de la educación para la libertad y de ciudadanos activos involucrados en política, que fue una de las grandes deficiencias que tuvimos nosotros.
V.D.: Siempre he pensado que la indiferencia es el peor enemigo ante las amenazas contra la democracia y la libertad.
M.M.: Mi generación decía que meterse en la política era una cosa horrible, porque implicaba hacer concesiones éticas, etcétera. Tremendo error. Sí creo que eso ha cambiado en América Latina en general y que el dolor y la tragedia venezolana han servido de experiencia. Vamos adelante y sé que contamos con ustedes, y gracias por estar siempre cerca de Venezuela, confíen en este pueblo, que nos ha dado estas lecciones maravillosas. Lo vamos a lograr, vamos hasta el final.
V.D.: Claro que sí y vamos a estar muy atentos al sábado. No me imagino sus noches, ¿cómo son?
M.M.: Tranquilas, serenas. Estoy muy orgullosa de lo que hizo la sociedad venezolana y muy ocupada, nunca pensé que tendría más trabajo después de la elección que antes de la elección, pero bueno, estas son las pruebas que me ha puesto la vida y vamos de la mano de Dios.
V.D.: Mil bendiciones, María Corina, y gracias por ese ejemplo. Que Dios le pague.
M.M.: Gracias, que Dios los bendiga.