SEMANA: Usted ha dicho públicamente que Piedad Córdoba murió debiendo la verdad y en impunidad. ¿Cómo califica usted la vida de la senadora?
María Fernanda Cabal (M. F. C.): Piedad Córdoba fue una mujer de una personalidad audaz, atrevida, que entendió que cobijándose con la extrema izquierda podía tener una patente de impunidad, en ese juego de tener un pie entre la legalidad y la ilegalidad. Piedad fue impulsora de un bloqueo a Colombia usando su vocería en otros países, y Piedad finalmente terminó siendo beneficiaria de un sistema terriblemente impune, con conductas que quedaron a la luz pública, que no fueron finalmente aclaradas por la justicia, como si fue o no Teodora Bolívar, como el computador de Raúl Reyes que de forma descarada fue declarado como prueba no válida, cuando todo Colombia vio cómo la Policía ejerciendo sus facultades de Policía Judicial hizo la debida incautación y la cadena de custodia.
En fin, Piedad fue una persona de una personalidad sin lugar arrolladora, que usó sin pudor el dolor de víctimas para su beneficio político.
SEMANA: Precisamente frente a esa impunidad que usted menciona, ¿qué opinión le merece todas esas investigaciones y líos judiciales que llegó a tener la senadora Piedad Córdoba?
M. F. C: Pues es muy triste porque el único que tuvo el valor civil, moral y sus facultades disciplinarias a través de la Procuraduría, fue el entonces procurador Alejandro Ordóñez, quien la destituyó, y que tristemente después casi le acaban la vida a él, y el Consejo de Estado termina restableciéndole los derechos y pagándole 1.800 millones de plata de todos los colombianos, de resto nadie más.
Ella estaba llena de pruebas en su contra, de haber participado ocultamente en visitas a Raúl Reyes, en visitas a las Farc, recordamos esa foto con las flores que le daba el bandido de Iván Márquez. Un pie allá, un pie acá, y pues para la muestra están las declaraciones de Ingrid Betancourt y del general Mendieta, que fueron personas que una buena parte de sus vidas estuvieron en cautiverio, alejados de sus familias, de sus hijos, y ella no mostró ninguna misericordia, era jugar al intercambio humanitario, igualando a los criminales con los ciudadanos, con los civiles y con la legitimidad del Estado.
SEMANA: Usted refutó públicamente el mensaje que le dedicó José Félix Lafaurie a la senadora Piedad Córdoba, ¿por qué se mostró en desacuerdo con él?
M. F. C: José Félix tiene su opinión personal, él la conoció de mucho tiempo atrás más que yo, ha tenido varios amigos de esa línea, entre otros, el señor Wilson Borja; los políticos son muy de ese cariz, de tener amigos a veces por afinidad regional, en fin. Yo, por el contrario, no podría ser amiga de personajes que han tenido esa relaciones, que terminaron generando tanta distorsión y una historia de violencia en este país, pero esa es la política y es una política que yo nunca entendería, por eso me alejé de su postura, porque veo que a José Félix le fueron más emotivas seguramente conversaciones que tuvo en muchas ocasiones con ella, pero no así toda esta deuda moral y legal que dejó Piedad.
SEMANA: ¿Siente usted que José Félix Lafaurie se hizo una imagen que no era de la senadora Piedad Córdoba?
M. F. C: Cada cual se hace la imagen de alguna persona, muchas veces al esposo de uno le cae bien alguien que a uno le cae mal, y viceversa, es su forma de aproximarse a distintas situaciones y a cómo calificar quiénes son amigos o cercanos, o simplemente relaciones políticas, por eso no comparto la apreciación de él. Si es errónea o no, pues de pronto tuvo más cercanía con ella por tantos años haciendo política, él muchos más que yo y bueno, son formas, pero son formas que a mí me cuestan mucha dificultad.
SEMANA: ¿Qué decir de esa cercanía que siempre tuvo la senadora Piedad Córdoba con la guerrilla de las Farc y con el régimen de Hugo Chávez y Nicolás Maduro?
M. F. C: Su cercanía con la guerrilla hizo que tuviera un papel en el que tenía un pie en la legalidad y otro en la ilegalidad, y siempre terminaba victimizándose si había algún tipo de investigación judicial o de señalamiento de alguien. Su amistad con Chávez le garantizó, a mi juicio, unos negocios bien lucrativos; su amistad con Maduro, como herencia de Chávez y obviamente su amistad con Álex Saab, y adicionalmente sirviendo de intermediaria con empresarios que quedaron con unas carteras gigantescas, por deudas no pagadas por venezolanos o por el Gobierno venezolano y por el régimen.
Ingrid Betancourt lo ha dicho claramente y también el general Mendieta, ellos sienten que la vida de Piedad tuvo acciones que les hicieron mucho daño y que nunca fueron reparados.
SEMANA: El presidente Gustavo Petro salió a lamentar la muerte de Piedad Córdoba, a pesar de que la apartó de su campaña en el Pacto Histórico por sus líos jurídicos. ¿Cómo tomó usted la reacción del primer mandatario?
M. F. C: Gustavo Petro utiliza la muerte de la senadora Piedad Córdoba como un instrumento de propaganda política, incluso en contra de la ley, invitando a la unión del Pacto Histórico en todos los municipios con miras a las elecciones de 2026; él la usa desconociendo que había un distanciamiento entre ellos, uno, por la extradición del hermano de Piedad Córdoba; dos, Piedad también estuvo visitando a narcos y extraditables en el famoso Pacto de La Picota, donde estuvo su propio hermano, y el ex alto comisionado de Paz, Danilo Rueda. O sea, hoy lo que hace es utilizar la muerte de Piedad para recrear otra vez el romanticismo revolucionario de jóvenes, que lo que fueron fue unos asesinos anarquistas, que destruyeron Colombia, quemaron vivos a los magistrados del Palacio de Justicia y parece que a la juventud ideologizada se le olvidó este episodio de barbarie que vivió Colombia, barbarie que fue mucho más allá. Preguntémosle a Petro por José Raquel Mercado, negro, sindicalista, alejado de estas ideas de izquierda, que fue martirizado, secuestrado, torturado y asesinado; seguramente él no merece la recordación que tienen otros falsos líderes creados por la izquierda.
SEMANA: ¿Va a asistir al homenaje que le hará el Senado a Piedad Córdoba?
M. F. C.: A mí me causa mucha curiosidad que las personas cuando fallecen prácticamente quedan eximidas de sus responsabilidades, y muchas veces cuando vienen de regímenes dictatoriales como lo de Mao o Stalin, se convierten por esa dominación de ellos sobre sus pueblos en Mesías, entonces yo pienso que ella nos debe, nos quedó debiendo, su verdad; la justicia colombiana nos quedó debiendo ejercer las acciones debidas judiciales, reparadoras en contra de tantas víctimas de las Farc y al final de cuentas no creo que porque una persona fallezca, se merezca homenajes si en vida no ha hecho nada por merecerlos.