Una vez más, el Congreso comenzó el debate de una reforma política, uno de los proyectos que más veces ha sido discutido en el Legislativo y que más veces ha fracasado en el pasado.
En esta ocasión, la Comisión Primera del Senado empezó este miércoles la discusión del proyecto de reforma constitucional que modifica varias costumbres políticas y electorales y que promete tener una intensa discusión entre los partidos políticos.
Para esta iniciativa se acumularon varias propuestas que llegaron al Congreso -entre ellas la del Gobierno Nacional- y que proponen diferentes reglas para la actividad política. Entre ellas una financiación totalmente estatal de las campañas electorales, la posibilidad del transfuguismo, nuevas reglas para la consecución de la personería jurídica para los movimientos políticos y las listas cerradas para las elecciones de cuerpos colegiados como el Congreso de la República, entre otros.
En medio del primero de los ocho debates a la reforma política, el senador Jota Pe Hernández, elegido en la lista de la coalición Centro Esperanza-Alianza Verde, mostró su rechazo a la propuesta de las listas cerradas con una frase que llamó la atención de sus compañeros.
“Me hice elegir con 194.758 votos en una lista abierta, ubicado en la posición 54. Era más fácil encontrarle la mamá al “chavo del 8″ que encontrar el número 54 en el tarjetón. Y aún así sucedió la sorpresa: obtuve la mayor votación del partido Alianza Verde colocándole casi 200.000 votos”, afirmó el congresista.
Hernández aseguró, además, que les manifestó a los directivos de esta fuerza política que si la lista al Senado era cerrada él no participaría.
Pero el senador fue más allá y llevó unos muñecos simulando un equipo de fútbol para explicar los perjuicios que, en su opinión, tienen las listas cerradas para la elección de congresistas, concejales y diputados, como se propone en la reforma política.
Según él, habría una figura o especie de “cacique” en varios partidos políticos que sería el que armaría “la lista cerrada como le dé la gana”, con algunas variables, entre ellas que solamente ingresarían “quienes más platica tengan”.
“Me contaron que el 13 de marzo del año 2022 (fecha de las elecciones legislativas) una lista cerrada que llegó a este Congreso cobró 400 millones de pesos por la primera posición en esa plancha; 300 millones por la segunda posición, y 200 millones por la tercera”, denunció Hernández.
Las listas cerradas ha sido una de las propuestas que ha estado en tiempos recientes en los proyectos de reformas políticas que han fracasado en el Capitolio. En este mecanismo cada partido que vaya a competir en las elecciones elabora una plancha en la que ubica un número 1 o cabeza de la lista por el que los ciudadanos votan. De acuerdo con los votos que saque este candidato se van eligiendo, de manera descendente, los miembros de la lista.
El mecanismo de listas abiertas, el cual utilizan la mayoría de las organizaciones políticas en las elecciones, consiste en que cada candidato tiene su propio número y, de acuerdo con la cantidad de sufragios que cada uno de ellos obtenga, se va conformando la bancada de elegidos.
Sin embargo, diferentes sectores políticos han venido denunciando en los últimos años que la lista abierta impide, entre otros controles, una vigilancia rigurosa de los recursos que llegan a las campañas y que, en algunas ocasiones, pueden ser superiores a los que permiten las normas para cada jornada electoral.
Pese a que la mayoría de los congresistas manifiesta su disposición de acoger las listas cerradas como mecanismo de elaboración de las planchas, lo cierto es que al final los votos escasean y estas propuestas terminan naufragando en el Congreso.
En el caso de esta reforma política todavía le queda bastante camino por recorrer y solamente hasta junio del próximo año, cuando complete sus debates reglamentarios, se sabrá si esta vez el Congreso acoge este mecanismo o lo vuelve a archivar.