SEMANA: ¿A usted le gusta generar polémica?

Juan José Lafaurie (J. L.): No hago mis comentarios con la intención de generar polémica. Escribo lo que pienso, pero no lo hago con la intención de llamar la atención o desatar polémica.

SEMANA: Y cuando termina generando, ¿en qué piensa?

J. L.: No le pongo mucha atención. Con el tema de la secretaria de Salud de Medellín escribí el trino, como trabajo me desentendí y en la noche, cuando me vi con mi mejor amigo, él me comentó riéndose porque me daban palo por el trino.

SEMANA: ¿Por qué criticó a la mujer pasada de kilos que el alcalde Daniel Quintero designó como secretaria de Salud?

J. L: Me parece interesante ver cómo ellos –la izquierda– son curiosos: los cargos públicos los deben ejercer personas que den ejemplo. Es como si mañana escogen de ministro de Justicia a un señor que ha sido condenado por corrupción. Es una señora que es secretaria de Salud de Medellín, pero no puede proteger, ni siquiera, su propia salud.

SEMANA: ¿Usted cree que porque está gordita está enferma?

J. L.: ¿A usted le parece que la secretaria de Salud de Medellín refleja un cuidado en su salud? ¿Usted la ve a ella y dice que es saludable, que es un ejemplo?

SEMANA: Pero hay personas gordas por enfermedad…

J. L.: De acuerdo. Además, le aseguro que todos ellos están de acuerdo con subir los impuestos a las gaseosas por la obesidad. Es decir, ahí sí les sirve el discurso, imponen, pero no aplican.

SEMANA: ¿Usted tiene algo contra los gordos?

J. L.: Yo qué voy a tener algo contra los gorditos. ¿A mí qué me importa que la gente sea gorda? No es problema mío.

SEMANA: Confiese una cosa, ¿la crítica suya era contra ella o por el alcalde Daniel Quintero, quien la posesionó?

J. L.: No pensé en Daniel Quintero cuando hice el trino si le soy sincero. Por cierto, el alcalde de Medellín y su esposa son chistosos, hablan de los animales, ella dice que son amigos y que no se comen y después se ve comiendo carne. No pueden sostener ni lo que dicen.

Juan José Lafaurie criticó la talla de la nueva Secretaria de Salud de Medellín. | Foto: archivo y @MilenaLoperaC

SEMANA: Usted también criticó al congresista Andrés Cancimance porque llevó unos tacones el día de la posesión en la Cámara. Habló hasta de los juanetes del político. ¿Por qué?

J. L.: Ellos quieren llamar la atención, uno, no. El Congreso, las instituciones, son escenarios respetables. Si usted es homosexual o lo que sea, es normal, no importa, pero no entiendo cuáles son las ganas de llamar la atención, de gritarlo al mundo, de imponerlo. Ahí está el problema. El señor se fue con tacones para llamar la atención cuando al final se ve completamente ridículo.

SEMANA: ¿Estas críticas le han causado amenazas? Se lo pregunto porque hay mucho intolerante suelto…

J. L.: Yo, creo, debo tener un par de amenazas, pero no me fijo en eso. Si me pongo a mirar los mensajes en Instagram, en Facebook, Twitter, alguna que otra encontraré, pero en la calle no me han ofendido. Me ha pasado lo contrario, mucha gente me reitera el apoyo, me ocurre frecuentemente.

SEMANA: ¿Salir a la calle con María Fernanda Cabal qué tal es? Ustedes tienen espacios en familia…

J. L.: Cada vez menos tenemos espacios porque ella cada vez más está en el territorio viajando.

SEMANA: ¿Quién le controla el Twitter?

J. L.: Nadie. La verdad es que en mi casa cada quien va teniendo sus propias ideas. Mis papás son muy tranquilos en eso.

SEMANA: ¿Ya dejó de meter a su mamá en líos con el Centro Democrático?

J. L: Yo creo que no. Tampoco es que la metiera en muchos líos o piensa lo contrario.

SEMANA: Uno que otro dolor de cabeza en el uribismo, sí…

J. L.: Sí, pero creo que si ella no puede verse afectada por lo que diga yo. Igual, le he bajado un poco.

SEMANA: Su padre, José Félix Lafaurie, aparentemente, se ve cercano a Petro, hace acuerdos con los ganaderos, se le ha visto con la ministra Cecilia López. ¿Cómo ve ese tema?

J. L.: Considero que él, como lo ha dicho, es el presidente de un gremio (Fedegán), y representa los intereses de un gremio. Representar los intereses de un gremio significa que él se tenga que reunir con el Gobierno. Eso no lo hace ni cercano ni nada por el estilo. Al final, si le digo lo que pienso, este gobierno de izquierda y como buen gobierno de izquierda, no creo que cumpla con sus promesas.

SEMANA: ¿Es decir, cree que Petro les hará conejo a los ganaderos?

J. L.: No lo sé, pero no me extrañaría.

SEMANA: El Partido Conservador está a punto de dividirse porque hay un sector molesto por el apoyo de la bancada a Petro. ¿Qué opina? Usted perteneció a esa colectividad.

J. L.: Es muy importante porque el Partido Conservador como está hoy es una vergüenza. Demostraron que no tienen pudor, que no les importa nada distinto que los contratos y reelegirse. A ellos no les importa qué gobierno está porque ahí estarán. Yo tengo la ilusión que en las próximas elecciones el pueblo los castigue porque quedaron en evidencia.

SEMANA: Pero usted se iría al nuevo movimiento del conservatismo...

J. L.: No me quiero ir a ningún lado, estoy sin partido, tranquilo porque me fui al Partido Conservador y me fue muy mal.

SEMANA: Usted es joven, ¿de los jóvenes en el Congreso cuál lo representa?

J. L.: Miguel Polo Polo me representa en todos los sentidos. Yo voté por él y estoy superorgulloso de ese voto.

SEMANA: ¿Y quién no lo representa?

J. L.: Los conservadores, son la razón por la que el país está mal. Le confieso que me molestan más los congresistas del Partido Conservador que los de izquierda. Son oportunistas y me molestan muchísimo. Miremos otros ejemplos: Alejandro Gaviria. Aparte de que acabó con la Universidad de los Andes porque hoy no tiene el prestigio de antes, él va por ahí metiéndose, de Santos a Petro. Lo mismo que Alfonso Prada, se acomodan y se acomodan. Un político como Jorge Enrique Robledo, más allá de que sea de izquierda, me parece un gran político. Es muy bonito y muy bueno tener políticos como Robledo. Aunque es de izquierda y tiene sus pensamientos, es coherente. El que vota por Jorge Enrique Robledo sabe por lo que vota, pero quien apoya a los congresistas conservadores, no.

SEMANA: ¿Por último, ¿a usted le gustaría aspirar al Concejo de Bogotá?

J. L.: Lo he pensado, pero estoy muy contento donde trabajo, tengo el mejor jefe, el doctor Jaime Lombana. Quiero ser abogado y dejar el derecho por cuatro años para ser concejal, no creo que sea la mejor opción.